Desclasificando impresionantes secretos de la familia de María Corina…

  1. En aquellos tiempos (Época Puntofista), hasta la iglesia decía que amaba a los pobres y mientras más los amaba más tragaban a cuatro carrillos, más libaban buenos licores y más se refocilaban en las enfebrecidos brazos de la burguesía. "Clerecía y Burguesía unida, perversa y siempre corrompida".
  2. Durante todo el gobierno de Jaime Lusinchi, un espléndido zamuraje oscurecía y se agolpaba en los grandes salones de Miraflores. Allí todo eran risas y chocaban sus vasos de añejos vinos los empresarios con los diplomáticos de la vieja Europa y los Estados Unidos. Nada se hacía en política sin que lo aprobase aquel orondo asesino llamado Otto Reich.
  3. Los grandes dueños del Palacio eran sobre todo los obispos quienes le hacían la corte a la barragana Blanca Ibáñez y entonces decían que esta doña era mucho más preparada, encantadora y diligente que la concubina de Carlos Andrés Pérez (CAP), doña Cecilia Matos.
  4. Todo era tan dulce y alegre, y se la pasaban los cansados bueyes del CEN de Acción Democrática en las señoriales mansiones de los burgueses, libando buenos vinos y brandis, sabrosos condumios y hablando entre risas y jaranas del posible día luctuoso en que podrían bajar los cerros (nadie en verdad se lo creía). Y pasaron los sesenta, los setenta, los ochenta y …y no bajaban.
  5. Entonces llegó el Caracazo y la bella democracia representativa quedó seriamente tocada, y centenares de emisarios gringos comenzaron a enviar serios mensajes a todas las embajadas norteamericanas en América Latina: hay que reforzar el poder de represor de los gobiernos so pena de vernos rodeados…, y vino una época ominosa que amenazó con llenar de sangre el continente.
  6. Cuando se produjo la rebelión del 4-F (1992), a los pocos días se desató un terror incontenible en la oligarquía y en los partidos del estatus. CAP, uno de los mayores campeones del neoliberalismo en el hemisferio había sufrido un golpe de muerte. La familia de María Corina Machado (cuya mano llegaba a Washington) se comunicó con Henry Kissinger y le rogó encarecidamente que se presentara en Venezuela. Había que impedir que se repitiera en América Latina la pesadilla que había sufrido Chile con Allende. Así fue el mensaje de doña Corina Parisca de Machado (madre de María Corina) a mister Kissinger: "Venezuela posee elementos históricos muy peligrosos que pueden repetirse e inflamar la sangre bestial de mucha gente de color, de mucho resentido rabioso y radical, y convertirnos en pocos días un continente como África, bajo el poder de un diablaje sin control…".
  7. Kissinger, muy astuto, entendió el mensaje y dijo que ya no tenía más nada qué decir, y le dejó muy escuetamente un mensaje a doña Corina Parisca y altos dignatarios de AD. Fue un mensaje que causó pánico: "AD es un partido sin rumbo ni programa, y carece de base popular y de dirigentes para resistir los embates de una conflagración producto de la gran corrupción que socava las bases de la república…y lo más graves es que ya en Venezuela casi nadie cree en los partidos".
  8. Entonces no obstante, para calmar las aprehensiones gringas doña Corina Machado que representaba en aquella hora, el poder de la burguesía mejor embanderada con CAP hizo toda clase de malabarismos para agenciarse algún apoyo con la gente de COPEI. "En esta hora hay que erigir una gran confianza desde los partidos democráticos y ustedes, amigos de COPEI no nos pueden fallar". Doña Corina se encontró la decidida voluntad de defensa de la democracia y de CAP, por parte de Oswaldo Álvarez Paz. Y esta identificación de último momento fue, por carambola, lo que perdió a Eduardo Fernández, quien nunca más levantaría cabeza. Y el fenómeno tenía una explicación muy sencilla: los poderosos intereses económicos, que encontraron acogida bajo el gobierno de CAP, no veían otra salida a sus proyectos y aspiraciones sino liándose con la posición "liberal" del ex gobernador del Zulia. Eran los empresarios perecistas, no los copeyanos, los que les daban perfil y definición a los más poderosos magnates de los verdes.
  9. Aquel intento de recomposición de las fuerzas de la derecha, averiadas producto de la rebelión del 4-F, hizo que los grupos económicos pro-CAP se unieran a Oswaldo Álvarez Paz en un extraño esfuerzo por tratar de hacer reflotar, eso decían, las luces enérgicas de la "democracia betancurista". Corina de Machado hacía ver a CAP, que sólo con una arremetida violenta como la desplegada por Rómulo Betancourt contra la izquierda a inicio de los sesenta era posible meterle vitalidad al gobierno.
  10. Todo este cuadro de pesares y debilidades internas se les plantearon largamente a Kissinger y a sus asesores. Pero es importante señalar que por el lado netamente empresarial oligárquico, fue la señora Corina Parisca de Machado la que montó el mayúsculo sainete de apoyo a CAP, en Miraflores, en el momento de peor descrédito del régimen. Ella estaba defendiendo con todas sus fuerzas aquella nave que se iba a pique, y esta es una historia que marcaría también profundamente a María Corina Machado, quien nunca se ha cansado decir a sus más allegados: "Nuestra clase alta, no se preparó lo suficiente para asegurar el poder; nos descuidamos, no nos formamos, y ahora rescatar todo lo perdido quizá sea imposible…". María Corina heredó aquel golpe y ha hecho esfuerzos indecibles por coger el timón como intentó su madre cuando la nave de CAP fue seriamente escorada.
  11. El país todo entonces estaba agonizante, clamando por un cambio de gobierno distinto al de los adecos y copeyanos, pero entonces no se sabía hacia dónde coger porque aquí sino gobernaban los adecos tenían que gobernar los copeyanos y viceversa. Casi toda Venezuela estaba implorando por la salida de CAP; todo el mundo estaba harto del presidente ladrón y cínico que había prometido salir en brazos del pueblo una vez terminado su mandato; la nación cayéndose a pedazos por la versatilidad de un hombre maniatado por mil compromisos personales y ruines; por la ineptitud, por la debilidad frente a la corrupción, y en esa hecatombe casi imparable fue cuando apareció la señora Corina Parisca de Machado. Lo que pudo hacer fue crear con un grupo de infecundos y fatuos burgueses, con aquel "Movimiento 25 de abril", para tratar de reanimar un cadáver que pedía gritos que lo sepultaran. ¡Pero que se podía hacer con un hombre tan desprestigiado, dominado por el mayor descrédito político, no sólo nacional sino internacionalmente?
  12. Y entonces la señora Corina Parisca de Machado echó mano de cuanto recursos tuvo en sus manos, y repetía sin cesar que había que defender la democracia costase lo que costase, como si defender la democracia fuese presentarse en Miraflores con un frente acorazados de poderosos empresarios que siempre habían estafado al Estado venezolano... Quería, claro, seguir viviendo del Estado, adueñándose del país: eso era para ellos defender el tipo de la democracia betancurista, y cuando todo esto se le dijo a Kissinger, con una mueca aterradora los regañó: "I don't see nothing firm in any politician of the government of this country…".
  13. Doña Corina Parisca pasó muchas noches en vela, llorando, pero no podía esperar una salida en aquella gran esperanza verde, que era Oswaldo Álvarez Paz. Kissinger se fue muy decepcionado al no ver una clara estrategia de los partidos para salir de la crisis, y exigió que en pocos días se le presentara un plan más claro de la verdadera situación del país. Algo que pudiera responder a un plan manejable para el Departamento de Estado.
  14. Carlos Andrés tenía un carisma que había sido muy bien pulido y perfeccionado por la CIA a través de los medios de comunicación; tenía influjo sobre mucha gente poderosa; representaba un papel preponderante en el medio económico del hemisferio y su última carta se la jugaba recibiendo el apoyo de la mamá de María Corina Machado, promoviendo bajo cuerda un extraño respaldo a la candidatura de Oswaldo, un hombre muy amado y respetado por los gringos, en caso de que el país se volviese ingobernable.
  15. En muchas cosas coincidían doña Corina Parisca con Kissinger, pero el problema estaba en don Oswaldo, un tipo para ella nada fiar. a la final y producto de muchas reuniones con agentes gringos quedó en claro que en medio del vendaval que se veía venir, lo mejor sería echarle plomo cerrado a los pobres porque para ella y su gente la verdadera desgracia de Venezuela estaba en la delincuencia de los barrios, "y esa. Un día cualquiera se nos puede venir encima…".
  16. La propaganda tanto de Oswaldo como de Corina Parisca de Machado era decir que la inseguridad estaba en el 23 de Enero, en Catia, en Petare, en La Charneca…; la señora Corina Parisca de Machado achacaba la violencia a los barrios, decía que los asesinos estaban en los que cobraban peaje en las zonas pobres. Y esto lo decía cuando todo el mundo sabía cómo campeaba la delincuencia en el Zulia allí donde gobernaba don Oswaldo; de qué modo se acrecentaba cada día la miseria en esa región, tanto por la inseguridad como por el desempleo; por la calamidad en los servicios públicos, el negocio de la droga, el tráfico libre de vehículos robados a Colombia, el contrabando y un rosario infinito que jamás descendió durante el mandato del gran jeque verde: insalubridad, robos a bancos, desforestación, abusos policiales, contaminación en los ríos del Zulia y en el mismo Lago..., y cómo don Oswaldo podía ser un salvador, algo distinto de CAP, cómo, cómo, cómo, y doña Corina Parisca de Machado oía estos mismos gritos desde el limbo de las puercas conductas de los que llegaban a su casa, cómo, cómo, cómo carajo iremos a salir esto, cómo, cómo, cómo...


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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