Como desfalcaron los Mendoza a Venezuela (II)

La familia Mendoza en el puntofijismo se terminaron de llenar, limpiaron la olla, fue la pieza restante para incorporarse de lleno en los puestos clave de la economía venezolana, debido a que Cisneros le hizo el lobby para articularse con la oligarquía gringa de los Mills, creadores de la empresa de molinos más grande del mundo: Pillsbury Mills. En Venezuela tuvo su enclave con los nombres de Monaca (Robin Hood, Lassie, Juana, Mónica) y Molinos Caracas Maracaibo, S.A. (Milani y Suprema). Gracias a este contacto, la parte Mendoza que se encargó del agronegocio y el agroconfeti consiguió importar los molinos que hoy trituran trigo y maíz para la fabricación y distribución de los productos Polar y demás pasapalos que pertenecen a la cadena trasnacional Pepsico (Doritos, Ruffles, Gatorade, Frito Lays, etc.). Los nuevos modelos de acumulación delictiva de capital se codificaron a partir de la especulación de la renta petrolera a través de las finanzas, la compra-venta de acciones y bonos y la banca. Esta migración hizo que a veces confluyeran los tradicionales Amos del Valle (Mendoza, Vollmer, Zuloaga) junto con los amigos de Pedro Tinoco en plena de década de 1970.

Los Mendoza poseían la mitad del Banco Provincial e importantes acciones en el Banco de Venezuela. También se adueñaron del Banco Venezolano de Crédito y del Banco La Guaira Internacional. ¿Cómo llegaron a poseer tantas acciones y bancos en su haber? Colocando hombres de confianza en los gobiernos puntofijistas y en las instituciones empresariales. Lorenzo Fernández, copeyano y ministro de Relaciones Interiores durante el primer gobierno de Rafael Caldera, fue también presidente de Productos EFE (hoy de Polar). Tío de los hermanos Armando y Alberto Espinoza Fernández, ambos parte del Consejo de Coordinación de Empresas Mendoza. Alberto Espinoza, fue el primer vicepresidente de C.A. Venezolana de Cementos, una de las empresas más lucrativas de Eugenio Mendoza. Haydeé Castillo fue ministra de Fomento y de Hacienda y directora del Departamento de Investigaciones Económicas del Grupo Empresas Mendoza. Andrés Germán Otero fue designado director del BCV. En 1974 funge como segundo vicepresidente de C.A. Venezolana de Cementos. Alfredo Lafee, presidente del BCV desde 1971 hasta 1974. En 1978, accionista activo de la Sherwin Williams, además de fungir como director principal de Cavaín Sociedad Financiera y presidente del Banco La Guaira Internacional. Presidente de la Compañía Venezolana de Guayana (CVG) entre 1970 y 1973, el General (R) Rafael Alfonzo Ravard era un acaudalado inversionista de la siderúrgica Sivensa, en cuya junta directiva generaciones de Mendoza han calentado sillas. Pero lo más importante del prontuario de Alfonzo Ravard, más allá de legislar a favor del grupo Alfonzo Rivas y compañía, es que fue el primer presidente de Petróleos de Venezuela, que nace con la supuesta nacionalización del petróleo. Y aquí comienza la lista de Carlos Andrés Pérez I.

Pedro Tinoco, el máximo operador de los Doce Apóstoles de CAP, fue director suplente del Banco La Guaira Internacional. Gustavo Pinto Cohen, además de ministro de Agricultura y Cría, en 1978 aparece como director del BCV. Fue director suplente de Cavendes, una sociedad financiera donde participaban las familias Boulton, Blohm, Cervini, y por supuesto Mendoza, entre otros. Carlos Romero Zuloaga, director de Meneven, incluso antes de su nacionalización, cuando se llamaba Mene Grande Oil Company. En 1978 apareció registrado como director principal del Banco La Guaira Internacional y como presidente de la Industria Eternit. César Mendoza pasó de ser director suplente de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) a director de facto en 1975. Presidente de Venalum (hoy Corporación Nacional de Aluminio) y de Adriática de Seguros, tenía capital invertido en la industria siderúrgica privada. Luis Ignacio Mendoza fue director suplente de Aluminios del Caroní en 1975, empresa mixta con la CVG, y con capital invertido en la Reynold Metal Company. En 1978 pasa a ser director principal de Siderúrgica Venezuela y de la mencionada Sivensa. También fungió como director de Calanese de Venezuela y presidente de la empresa Cantonez de Venezuela. Cementos Guayana, compañía que tenía como presidente a Eduardo Pantín en 1975, quien para 1978 fue director suplente de la C.A. Venezolana de Cementos, otro que estaba en la directiva de Cementos Guayana fue Gerardo Sansas, quien en 1978 ocupaba el cargo de presidente de la C.A. Venezolana de Cementos; ambos fieles representantes del grupo Mendoza.



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José M. Ameliach N.


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