La intermitencia cerebral de la oposicion

En política, como en la guerra, los espacios no se ceden gratuitamente, eso es cosa de tontos. Cada espacio que se abandona es un espacio que el contrario intentará ocupar.

Partiendo de esa premisa, resulta incomprensible la actitud de la derecha venezolana. Tal pareciera que el cerebro de sus líderes funciona intermitentemente: plebiscito (SI), constituyente (NO), regionales (SI), municipales (NO), presidenciales (SI). Hasta ahora, lo único que han logrado con esa actitud es desmotivar a una muy buena parte de su gente, confundir a otra parte, causar malestar en el resto y sobre todo ceder espacios, muchos espacios.

¿A qué juegan? ¿Qué aspiran con esa posición? ¿De verdad saben para donde van?
No son pocos los que opinan que la estrategia está destinada es deslegitimar al sistema electoral venezolano y al gobierno, pero eso ya lo intentaron en el 2005 y lo único que lograron fue cederle todos los curules de la Asamblea Nacional al chavismo. Ni un paso más allá.

Hoy vuelven a tropezar con la misma piedra. Con una torpeza insudita han cedido la totalidad de la Asamblea Nacional Constituyente, el 80 de las gobernaciones y el 92% de las alcaldías.
Todos esos son espacios de poder político y la derecha los ha cedido por eso que ya definimos como cerebro intermitente, pero insistimos ¿cuál es la estrategia?

Ya anunciaron que participarán en las elecciones presidenciales, ante lo que resulta obligado preguntarse: ¿Y si llegarán a ganar qué?
¿Acaso los alcaldes, gobernadores y constituyentistas van a huir, o van a renunciar?
Con ellos tendrían que luchar y luchar muy fuerte, pues ocupan espacios de lucha y en ellos no les van a permitir hacer lo que les venga en ganas.

Se equivocan si creen que podrán lanzarse otro carmonazo y eliminar todos los poderes impunemente. El chavismo duro son millones lo que sumado a la posición del sector militar y de los poderes judicial y moral serán un freno a los desmanes de ese sector que piensa que puede materializar sus planes antidemocráticos.

Por otro lado, el control del gobierno central, de las alcaldías y de las gobernaciones representa poder, acceso a las masas, capacidad de movilización y apoyo a la organizacion. Un hándicap con el que van van a tener que luchar por esa intermitencia cerebral y por esa actitud fascista de desconocer todo el tiempo al contrario



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Alexis Arellano


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