Ocariz y la debacle amarilla

Ocariz y toda la extrema derecha amarilla de Primero Justicia se han llevado su gran chaparrón. Que les sirva de escarmiento. Los seguidores de la derecha le han pasado factura a sus guabineos, su agenda de violencia y a toda su locura golpista. En términos de la gran política han perdido el chivo y el mecate, por cuanto para la lógica de esta facción política de la derecha, ganar la gobernación de Miranda no era más que un trampolín para aspirar a la silla presidencial. Ese era el guión escrito maquiavélicamente para Ocariz por sus asesores, gestores y financistas. Fracasó estrepitosamente en el intento.

A estos ambiciosos politiqueros nunca les ha importado la gente y la resolución de sus problemas. El abandono en la gestión regional (Gobernación de Miranda) y local (Alcaldía de Sucre) es más que evidente, patético y catastrófico. Han pauperizando la calidad de vida de todos los mirandinos. No es solo un problema de recursos financieros o de acciones gerenciales, es el abandono y la pérdida total del control sobre el espacio territorial que les correspondía atender. Han defraudado a su propia gente que se ha negado a apoyarlos y los "bien hecho que perdieron" se escuchan a granel entre la molesta masa opositora. No solo es el sentimiento de repudio en las zonas populares, la clase media también ha castigado con su voto (o su no voto) a la paupérrima propuesta electoral presentada por la derecha amarilla.

Luego de la contundente derrota electoral, ahora se aparece lloroso el vapuleado Ocariz. Después que se dio el tupé en la campaña electoral de no asistir a las zonas populares, "llenas de obreros y gente fea". Él sabe muy bien que la clase media le dio la espalda, negándole su voto. Sin embargo, grita fraude de manera iracunda y pide "verificación ciudadana" total, como si sus testigos y técnicos no hubiesen estado sobre el terreno cuidándole los votos en todas las etapas del proceso electoral. La verdad es que sus asesores erraron los cálculos de que solo con los votos de la derecha histérica anidada en la clase media urbana de Chacao, Baruta, El Hatillo y Petare Oeste tenían suficiente para "arrasar". Pues su soberbia, su falta de humildad y carisma lo llevaron directo al fracaso y al ostracismo.

Es en la clase media urbana donde se produjo una significativa diferencia, mermándole en más de 170.000 votos su supuesto triunfo seguro. Desconocer este descontento y desmotivación es parte de la miopía de la dirigencia de Primero Justicia, que quiere negar que la inmensa mayoría de los venezolanos prefiera las opciones de paz y democracia, bien alejados de la agenda golpista y guarimbera que durante años ha impulsado este partido de la extrema derecha.

A esto se suma y agrava mortalmente su debacle electoral a nivel nacional. Todo el país reconoce que las acciones de injerencia, el bloqueo financiero y el acoso militar que potencias extranjeras ejecutan en contra el país, han estado coordinadas personalísimamente por el infausto Coordinador Nacional de Primero Justicia, Julio Borges. El pueblo continuará castigándoles por estas acciones contra su propia patria, por andar mal poniendo dolosamente al país en cuanta instancia internacional existe. Borges es un apátrida que debe ser presentado ante la justicia.

La debacle amarilla es para coger palco. Luego de muchos pujos, pataleos, soberbia y egoísmo, donde se confabularon para impedir que la MUD llegara a acuerdos unitarios en todos los estados, a duras penas pudieron ganar la gobernación del Zulia (allí si no cantan fraude, ni piden revisión de papeletas). Ganaron allí con la lengua afuera, viéndosele todas las costuras a su maloso candidato.

Debe quedar un sabor amargo entre la dirigencia y la militancia de este partido. Hubo un fracaso contundente en el diseño de la estrategia electoral y en la fórmula que permitiera captar militantes o simpatizantes para su causa. Su mensaje político de partido demócrata se desdice por su pública predilección por la violencia y por aparecer retratados en cuanta intentona golpista haya en el país.

Ahora son un partido desteñido y pauperizado en la preferencia electoral, pues mientras el Partido Socialista Unido de Venezuela logró aglutinar en su tarjeta 4.950.553 votos del pueblo, Primero Justicia apenas logró 1.605.389 votos, bien lejos del PSUV, pero incluso por debajo de Acción Democrática que logró alcanzar 1.700.239 votos.

En el mapa político electoral se dibuja que forzosamente van a terminar de morir cobijados bajo la cacareada candidatura del protoprócer adeco Ramos Allup. Por más que les pique y duela, no les queda nadie dentro de ese partido, lleno de manzanas podridas, que anime o acumule un mínimo de fuerza para aspirar a ser un digno candidato presidencial. Sin embargo, armados de la torpeza y soberbia que los caracteriza no es de extrañar que se atrevan a lanzar al vendepatria de Julio Borges, el cual de seguro hará campaña electoral utilizando la foto-selfie que se tomó en el baño de la Casa Blanca abrazado con el peligrosísimo genocida teniente general McMaster (pregunten por sus miles de víctimas en Irak, Afganistán y Siria). Así son los amigos de Borges, los aliados de la derecha amarilla.

En todo caso el mensaje que ha dado el pueblo venezolano es que no quiere nada con estos grupos promotores de la violencia y el golpismo. La gente quiere paz, quiere que cualquier escenario político se decida por la vía pacífica y electoral.



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Richard Canán

Sociólogo.

 @richardcanan

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