Toque de queda y suspensión de garantías opositor

El pueblo venezolano, ese que trabaja todos los días; que estudia y trabaja; que crea y recrea diversas artes; ese que produce alimentos; ese que produce bienes y servicios; ese que produce conocimiento; ese que practica deportes; ese pueblo niño, niña, hombre, mujer, adolescente, joven, adulto contemporáneo, de la tercera edad; ese que es padre, madre, esposo, esposa, hijo, hija, hermano, hermana, primo, tío, tía abuelo, abuela; ese pueblo que vive en comunidad; ese pueblo que somos todos y todas, estamos en los actuales momentos padeciendo los rigores de todo un plan macabro de violencia programada, que si bien es cierto que el mismo se expresa con cierta contundencia en apenas el 1% del territorio del territorio nacional, y con acciones foquistas en otras ciudades del país, la proyección mediática de la cual es objeto, genera zozobra, angustia, desesperación, pánico y terror en el seno de las familias venezolanas, dando la impresión de que es todo el país el que está sumergido en la violencia de los actos terroristas.

Lo cierto del caso es que valiéndose de las redes sociales, los programadores de las acciones terroristas, colocan en ellas mensajes generadores de temor, de miedo, amenazando a quienes no se acojan a las indicaciones o directrices de dichos mensajes. En ellos llaman a trancas de vías, de portones de acceso a conjuntos residenciales, de tomas y paralización de circulación de transeúntes en las entradas y salidas de barrios y urbanizaciones, de amenazas a comerciantes para que no abran las puertas de sus negocios. Para ello colocan y hacen circular por esas redes sociales mensajes como: "todo el que se movilice es sospechoso de ser chavista, por lo tanto hay que agredirlo porque estamos en guerra, y en guerra todo se vale", mensajes que dejan ver y expresan una enfermedad terrible conocida como enfermedad de odio, odio azuzado por un permanente bombardeo mediático desde medios de comunicación privados venezolanos, y por medios foráneos, fundamentalmente desde Miami, odio que lleva al desconocimiento y fractura de relaciones familiares, de amistad, y de otros afectos.

Decimos que de hecho o de facto la oposición venezolana declara un toque de queda y de suspensión de garantías constitucionales, tales como el de derecho al libre tránsito; el de la libertad de opinión y de expresión dado que toda aquella persona que se profese como chavista y seguidora del gobierno del presidente Nicolás Maduro, o que se atreva a fijar una posición contraria o mesurada frente a las acciones violentas, corre el riesgo de ser linchado, de perder la vida, teniendo que apelar a la autocensura, eso significa la suspensión al derecho a la vida, derecho consagrado en nuestra constitución. Es este un comportamiento de los responsables de tales llamados, que a todas luces dejan ver lo que ellos serían capaces de hacer, de ejecutar, frente al contrario, al que no piensa como ellos, en caso de llegar a ser gobierno. Dios nos agarre confesados, y nos libre de tan terrible posibilidad.

El presidente Hugo Chávez en los momentos más difíciles que le tocó confrontar frente a la conspiración política, económica y militar, jamás, pero jamás decretó toque de queda alguno, ni suspensión de garantías constitucionales, como si era la norma en la época de los gobiernos adecos y copeyanos. De igual manera, el presidente Nicolás Maduro quien prácticamente desde el mismo momento de su elección como primer mandatario por vía del voto directo, secreto y universal del pueblo venezolano, le ha tocado enfrentar las mil y una conspiraciones, cuidado sino con mayor brutalidad y violencia de lo que le tocó al Comandante Chávez, y aun así, no ha habido toques de queda ni suspensión de ningún garantía constitucional, a pesar a que en amplios sectores de la población se deja escuchar que el Estado debería tomarlas con el firme propósito de contener a los violentos y preservar la paz.

Los enemigos de la paz, del diálogo, los que quieren ver a Venezuela sumergida en una guerra civil fratricida, los que han establecido acuerdos con factores foráneos de carácter imperial, militar, e intereses económicos orientados a la apropiación de recursos existentes en nuestro suelo patrio, tales como: petróleo (primera reserva probada y certificada), coltan (segunda reserva certificada del llamado oro azul por su preciado valor como recurso valioso para la industria de tecnologías de punta), oro, diamantes, hierro, bauxita, carbón, agua, y biodiversidad entre otros, dando fiel cumplimiento a las estrategias desestabilizadoras del Pentágono, del Comando Sur de los Estados Unidos, y del Congreso de esa nación, para generar el caos y producir la justificación perfecta que conlleve a la intervención militar, política y económica del país. Se puede afirmar entonces, que los responsables directos de los toques de queda y de la suspensión de garantías que de facto padecemos las venezolanas y los venezolanos, los verdaderos responsables están ubicados en las instituciones antes mencionadas que forman parte del sistema gringo, y que en Venezuela están los simples ejecutores materiales de esas órdenes dadas desde el norte, hay que recordar las constantes visitas y reuniones realizadas por el liderazgo opositor con los más conspicuos voceros de los intereses estadounidenses. Es decir, dejan ver manifiestamente su talante apátrida, traidor, y vende patria.

saberes1963@gmail.com



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