Entre los involuntarios errores cometidos por esta inédita revolución, está haberle brindado papel protagonismo a quienes nunca tuvieron destacada figuración en el debate de las ideas; y que de golpes y porrazos, el portavion de Chávez logró sacarlos del anonimato de manera estrepitosa. Y porque la mona así se vista de seda, mona se queda, ahora encontramos que muchos de quienes pescaron en río revuelto, también resultaron ingratos y saltaron la talanquera por aquello de que el diablo paga muy mal. Ya en los albores del siglo pasado, Don Mariano Picón Sala describió a estos extraños especímenes cuando afirmaba que en nuestro trópico abundan los perezosos y palabreros", ¿o es cierto que aún persiste la herencia de los andaluces que llegaron en tiempos de La Conquista? Por ello, sin regodeo de mantuano ni añoranzas acantonadas, diremos que no en vano se dice: "cría cuervo y te sacan los ojos".
Queremos pensar que fue por supina ignorancia jurídica, que no han dejado de faltar en el debate constituyentista: esos que repiten todo lo que oyen al igual que los bachilleres cucuteños. A ello le hemos escuchamos críticas que revelan que orinan fuera del pote y que por ello les resulta difícil entender los alcances de esta novedosa y extraordinaria figura que logró revolucionar el derecho constitucional como rama interna de nuestro Derecho Público. ¿Y será por desconocimiento de las ciencias jurídicas, que quienes se las dan de pretendidos sabios del derecho, saben tanto que saben a miasma?
Que quede muy claro que la iniciativa del Poder Ejecutivo, obedece a que ante el fracaso del llamado al diálogo y las desmedidas ambiciones de grupúsculos fascistas, no queda otra opción que recurrir a medidas extraordinarias para matar la culebra por la cabeza.
Quien los entiende. ¡Verdad que parecen locos!
