Payasos

Por instrucciones de mi oncóloga tratante salí al estacionamiento de mi conjunto residencial a estirar las piernas, en el momento en que un vecino me abordaba para preguntarme por mi salud. Él es escuálido, pero nos la llevamos muy bien, como debería ser entre todos los venezolanos y venezolanas: diferencias ideológicas y políticas, sí, pero con convivencia, con solidaridad y con la amistad que debe perdurar por encima de todo. Intercambiamos saludos, y no pude dejar de soltarle: “Vecino, ¿cómo va la dirigencia suya?”. Mi vecino se echó a reír. Era una risa constreñida. Noté un mutis en su rostro. Y después de unos segundos angustiosos, me soltó:

“Yo creo que usted me preguntó  ¿cómo van mis payasos? Así suena mejor. Una pregunta que responde exactamente a una realidad triste, para quienes hemos creído en ellos. Me da pena decir que soy opositor. Eso es bastante vecino”. En verdad me sorprendí con la respuesta. Yo tenía tiempo sin bajar de mi apartamento, y sin hablar con los vecinos. Sin embargo, guardándole el respeto que se merece esa persona, así como todas las demás, no quise seguir hurgando en ese “lamento”. Pero no fue necesario. El daño estaba hecho, y el vecino se abrió:

“Mire vecino, estoy avergonzado de la MUD y de quienes la dirigen. No son más que unos payasos de circo de pueblo. Las ideas se les chamuscaron. Lo que hacen es balbucear mentiras mal elaboradas, impensadas. Han caído muy bajo. Ese señor Capriles no lo paso. Es un inútil, perdedor. Sólo le queda usar un verbo ofensivo y procaz. Le queda grande ser gobernador, y mucho más grande pensar que puede ser candidato presidencial. Está impregnado de bajeza. Lo que lo coloca en una pobre posición desesperada porque nada de lo que dice es verdad, porque ni sus empleados creen sus payasadas ofensivas contra Maduro, contra las rectoras del CSE, contra la mujeres del TSJ, contra el gobierno, etcétera. Yo no meto la mano por el gobierno de Nicolás Maduro, pero no comparto esa posición de Capriles, del Chuo Torrealba y de Guanipa, entre otros. Todos ellos son unos payasos que serían rechazados en cualquier circo barato por “majunches”…”.

Como percibí que mi vecino estaba arrecho con la MUD y sus dirigentes, le preguntarle con mucha delicadeza, sí él creía que el chavismo  se había venido a menos, y perderían los eventos electoras por venir. Y esto fue lo que me respondió: “Mire, vecino. Le soy franco, muy franco. Con Capriles, Julio Borges, Carlos Ocariz, Guevarita, Guanipa, entre otros, la oposición seguirá llevando palos. Sus torpezas, sus payasadas y sus “palante y pá tras” no sólo ha mermado el entusiasmo de un grueso sector de la oposición, sino que han venido repotenciando al chavismo. Maduro se observa crecido, cada día. Mientras éstos están más perdidos que el hijo de Limbert”. Noté que no había nombrado a Leopoldo López, por lo que le pregunté sobre él. “Mire, si ese sale de Ramo Verde arrolla a estos payasos de cabo a rabo. Es el único que ha mantenido una posición firme y constante, sin guabineo. Es el único que puede unir a la oposición, y echarle un susto a Nicolás Maduro, o a quién sea… ¡Volveré!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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