Oposición es caos destructivo

En las postrimerías del carnaval, cuando algunos comienzan a jurungar en sus cajas escondidas por el polvo de los tiempos, tratando de conseguir viejas máscaras de antiguos carnavales en los que se podían comprar aún disfraces para su disfrute, hoy impedidos por una guerra que ha colocado inalcanzable para el modesto sueldo de un trabajador o trabajadora de la patria, poder obtenerlos. Pero, si el pueblo recicla viejos disfraces para hacer suya el disfrute de las fiestas carnestolendas, hay otros que desde que asumieron sus funciones de representantes del pueblo, se enmascararon para “en nombre del propio pueblo”, joder los derechos y garantías que ese pueblo se dio como derechos sociales, y aquí nos referimos a los encapuchados de la MUD. Quienes desde el pasado 5 de enero decretaron el carnaval, y un Poder tan fundamental para el funcionamiento cabal de nuestra República Bolivariana de Venezuela, lo han convertido en una especie de coliseo romano en que, el papel de los cristianos, lo representan los derechos sociales obtenidos a lo largo de estos últimos 17 años de Revolución Bolivariana; mientras que, el de los leones lo representan los diputados de la MUD y el de los gladiadores, lo representan la minoría gallarda de las y los diputados del Bloque de la Patria que, con gallardía les tocará responder desde el propio Hemiciclo, todas las agresiones que se vienen realizando en contra de los derechos y garantías sociales que en beneficio del pueblo venezolano, construyó la Revolución Bolivariana.

Esta actitud de la derecha fascista desde la Asamblea Nacional, es característica de su forma de actuar en contra del pueblo, traigamos a colación la descripción que nos hace Carlos Altamirano, en su obra “Dialéctica de una Derrota”, en la que resume la experiencia chilena: “Se extinguía el 4 de septiembre de 1970. El pueblo se había volcado sobre la alameda Bernardo O’Higgins, arteria principal de Santiago, para celebrar una victoria que por largas décadas se había mostrado esquiva. Allende era virtualmente el presidente de Chile, aunque el gobierno de Frei dilataba mañosamente el reconocimiento de los resultados electorales. Trabajadores, jóvenes estudiantes, mujeres de las poblaciones marginales y campesinos de la periferia capitalina, explosionaban sobre la ancha avenida, el júbilo del vasto movimiento popular triunfante. La burguesía amedrentada, intoxicada por su propia propaganda, se había parapetado en sus mansiones, aguardando el asalto de las turbas vencedoras. La culpa acumulada en siglo y medio de dominación y explotación, oscurecía y silenciaba los barrios elegantes. Aquella fue una noche de alegría larga. El pueblo cantó y bailó hasta avanzada ya la madrugada. Ni un solo vidrio se quebró en Santiago. Ni una sola bofetada castigó la arrogancia replegada del enemigo derrotado. Los trabajadores asomaban a su destino con una increíble demostración de generosidad y madurez cívica. Casi exactamente tres años después, cuando también se apagaba otro septiembre, la burguesía alborozada bebía champagne en sus lujosos salones. Allende había sido asesinado y se clausuraba brutalmente la vibrante experiencia que él encabezara. La soldadesca, inoculada de odio, irrumpía en los hogares populares, y allí destruía, robaba, violaba y asesinaba, mientras el pijerío ebrio delataba, golpeaba y colaboraba en la tarea de exterminio. Cuando septiembre fue del pueblo, los partes policiales no registraron un solo desmán. Cuando fue de la burguesía, murió ensombrecido por el hedor de 40 mil cadáveres. El terror rojo, persistentemente anunciado por los heraldos de la burguesía, no se asomó entonces ni en los tres años subsiguientes. El terror blanco, en cambio, vino sin anuncio y su faena nunca se dio pausa después de la derrota popular. Dos estilos de vida, dos concepciones diferentes de la sociedad y del hombre. Una, la del pueblo, alegre, generosa, abierta a la esperanza de una vida superior; otra, la sus adversarios, torva, deshumanizada, implacablemente resuelta a defender sus privilegios…” (Dialéctica de Una Derrota, Carlos Altamirano).

Ha pasado medio siglo y la actitud de la derecha fascista como expresión política de la burguesía, no ha variado en lo más mínimo. Lo podemos constatar en la Argentina de Mauricio Macri, que bien nos sirve de espejo a los pueblos de nuestro continente, hoy sometida a una profunda política de shock económico, de profundos ajustes, que ha conllevado a una extrema liberación de precios y divisas, acompañada de una verdadera razzia en el sector público que ya lleva cerca de 20 mil puestos cesantes. Política de genocidio económico, que ha colocado al pueblo argentino en señal de alerta y protesta permanente contra quienes en nombre de “el cambio”, han sometido a la otrora independiente y soberana hermana República Argentina, en tiempos de los Kirchner, a la hoy arrodillada y sometida República de Macri a los dictámenes del Fondo Monetario Internacional, por tan solo 20 mil millones de dólares que es la cifra con la cual pretende Macri, vender esa hermana República al capital transnacional. Quedará en la memoria colectiva, que se atrevió a votar por ese “cambio”, aquellas palabras imborrables de uno de los líderes fundamentales de este siglo, Néstor Kirchner: “…desnaturalizado como está en sus fines, el Fondo Monetario Internacional ha actuado, respecto de nuestro país, como promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor en el pueblo argentino, de la mano de gobiernos que eran proclamados alumnos ejemplares del ajuste permanente. Nuestro pueblo lo corrobora”. […] “Formamos parte de la triste realidad de integrar el grupo de países en los que esa institución ha aplicado y monitoreado mucho de sus 150 planes de ajuste. El resultado ha sido exclusión, pobreza, indigencia, la destrucción del aparato productivo” (Discurso de Néstor Kirchner sobre el pago al FMI, 15-12-2005). Bien decía Eduardo Galeano: “Los oprimidos suelen equivocarse de enemigo; los opresores, no”, esto en respuesta al General Perón, quien solía decir que “los pueblos nunca se equivocan” y, agregaba a continuación: “cuando están bien informados”.

La experiencia dramática que vive hoy el pueblo argentino, bien nos sirve de alerta ante el anunciado “cambio” que hoy nos presentan las fuerzas de la derecha fascista, como la mejor oportunidad ante un modelo económico que presentan sus medios de comunicación, como fracasado. Vaya “modelo fracasado”, que permitió al pueblo venezolano acceder a beneficios sociales, políticos y económicos antes vedados. Logros, que se expresan en temas fundamentales como la educación: la UNESCO reconoce a la República Bolivariana de Venezuela como libre de analfabetismo, siendo el tercer país de la región cuya población en mayor medida lee. Desde la guardería hasta la universidad, la educación es gratuita: el 72 por ciento de los niños y niñas asisten a guarderías públicas, el 85 por ciento de los niños y niñas en edad escolar asisten a la escuela. Nuestro país, es el segundo de América Latina y quinto en el mundo, con mayor número de estudiantes –proporcionalmente- universitarios. Uno de cada tres venezolanos, está inscrito en algún programa educativo. Un millón de familias, la Revolución Bolivariana les ha garantizado un techo propio, viviendas dignas a precios justos y plazos de pagos e intereses humanitarios, algo impensable antes de la llegada de Hugo Chávez Frías a la presidencia de la República. Tres millones de Pensionado y Pensionadas.

Avances demostrables en cuanto al acceso a la salud pública, expresada en logros reflejados en cifras de organismos internacionales como la mortalidad infantil, que se redujo de 25 por mil en 1990 a tan solo 13 por mil según cifras de 2010; hoy, el 96 por ciento de nuestra población, tienen acceso a agua potable; en 1998 habían en nuestro país 18 médicos por 10 mil habitantes, hoy tenemos 58; Barrio Adentro, programa bandera en salud de la Revolución Bolivariana, que cuenta con el apoyo de la hermana Revolución Cubana, ha salvado aproximadamente 1,4 millones de vidas de compatriotas que han sido atendidos para bien, en sus módulos de salud; hoy los venezolanos y venezolanas, reciben gratuitamente medicamentos de alto costo para tratamientos de patologías como el cáncer, la hepatitis, la osteoporosis, la esquizofrenia, el sida. Los venezolanos y venezolanas de nuestros tiempos, tienen atención gratuita en su salud oftalmológica a través de la Misión Milagro, donde no solo se les devuelve la visión si requieren la atención quirúrgica, sino que el Estado les provee de su respectiva dotación de lentes si así lo requiere, gratuitamente. No por casualidad, todo ese conjunto de programas sociales expresados en las Misiones, ha coadyuvado a una reducción sustancial de la pobreza extrema que para 1998 se manifestaba en un 10,88 por ciento de nuestra población, reducida a tan solo un 5,5 por ciento para el año 2013, según cifras recogidas de organismos internacionales. Otra cifra, que también expresa lo exitoso del Modelo Bolivariano, es el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual alcanzó 0,771 incluyendo nuestro país en aquel grupo de naciones consideradas con un “Alto Nivel de Desarrollo Humano”, al colocarse por encima del promedio de América Latina y El Caribe; esto, gracias al enfoque desarrollado por nuestra Revolución Bolivariana a partir de 1999, con la promulgación de la nueva Constitución, que incorporó conceptos, categorías y garantías inéditas en el mundo, reconociendo la universalidad de los derechos, la igualdad sustantiva y la corresponsabilidad.

A qué modelo se referirá la oposición al hablar de fracaso, los programas sociales, las Misiones y Grandes Misiones, continúan intactos, allí están para beneficio de nuestro pueblo. Sobrevenidas, posteriores al golpe de Estado de abril 2002, allí se han mantenido incólumes con brazo firme atendiendo nuestro pueblo, resistiendo agresiones de esa derecha fascista que desde su propio nacimiento las han visto, como un objetivo de guerra a destruir si volvieran a colocar sus garras sobre Miraflores. Apenas colocan sus botas en esa cabeza de playa en que han convertido la Asamblea Nacional, se plantean regularlas mediante una Ley de Misiones. Y regularlas, implica lo mismo que han hecho con la Gran Misión Vivienda Venezuela, ofrecer la titularidad de las viviendas para luego quitárselas, como bien lo ha expresado Ramos Allup en entrevista con Chataing, quien le pregunta sobre si una persona dejara de pagar su casa qué pasaría?, obteniendo la respuesta dura y contundente del mequetrefe del coliseo: “Si una persona no paga la casa habría que adjudicársela a otra que la pague”, lo que pone en duda la supuesta propiedad que estarían entregando con su Ley de Propiedad de la GMVV, que solo busca ocultar el fondo oculto de los fines que busca la bancada de la Cámara Inmobiliaria, que no viene a ser otro sino mercantilizar las viviendas del pueblo. Verdadero “paquete chileno” que hoy le entregan a los beneficiarios de la GMVV, para el día de mañana de concretar su ansiado “cambio” ir por sus viviendas, gracias al subterfugio manifestado por Alfredo Padilla, director general de la Asociación de Trabajadores Emprendedores y Microempresarios, para quien deberán resarcirse pagos a aquellos propietarios de terrenos sobre los cuales se construyeron edificaciones de la GMVV: “Hay que aclarar que no son los adjudicados de la GMVV quienes deberán pagar estos terrenos, sino el Estado conforma a la ley resarcir el daño, por ejemplo a esos 19 propietarios de estacionamientos que dejaron en la calle”. Terrenos que ya fueron cancelados a justo precio por el Estado, pero que en un hipotético “cambio” y vuelta a Miraflores de las fuerzas de la derecha fascista, no será el Estado en repliegue quien le toque asumir ese pago, por cierto ya cancelado, sino a los propietarios de las viviendas y a precios de dólar cucuteño tasado en Miami, imposible de pagar.

Detrás de cada nueva Ley que apruebe la bancada fascista hay una segunda intención. Así, detrás de la Ley de Amnistía y Reconciliación Nacional, esconden la vulneración del Derecho a la Justicia reivindicado por la Revolución Bolivariana y sustentado en el hecho incontestable de colocar tras las rejas al artífice de la matanza de 43 compatriotas en 2014: al monstruo de Ramo Verde, Leopoldo López. Detrás de la Ley de Propiedad, sustentan la posterior entrega de sus viviendas a un millón de compatriotas, que no podrán cancelar los costos de los terrenos privados sobre los cuales se construyeron un número importante de esas viviendas. Detrás de la Ley de Misiones, buscarán matar esa magna obra nacida al calor de la derrota del golpe de Estado de abril de 2002 y el paro-sabotaje petrolero, para beneficiar nuestro pueblo y sacarlo de la pobreza en que lo sumergieron los mismos que hoy bajo el subterfugio del “cambio” aspiran llevarlo al mismo terreno en que se encontraba nuestro pueblo, antes de la llegada de la Revolución Bolivariana en 1999.

La experiencia chilena sigue dándonos luces de lo que sigue en el libreto magistralmente escrito por la CIA: “La guerra decretada por el imperialismo fue dada sin cuartel en el terreno político, institucional e ideológico. Las reglas del juego se modifican sin rubor”. […] “El parlamento, el Poder Judicial y la Contraloría General de la República, convergen sincronizadamente en sistemática obstrucción a las tareas de gobierno. Se opera abiertamente, sin guardar apariencias seudoprincipistas y por el contrario, con impúdico abandono de las normas que hasta entonces habían reglado la institucionalidad chilena. El Parlamento no despacha ningún proyecto de ley de iniciativa gubernamental; aprueba proyectos de reajustes de remuneraciones sin financiamiento, a fin de incentivar el espiral inflacionario; remueve ministros atropellando el espíritu y la letra de la Constitución”. […] “Los decretos dictados por el gobierno no eran refrendados o lo eran después de inagotables discusiones, con lo cual se fortalecía la imagen de ilegitimidad”. […] “En los últimos meses, mientras se estimulaba toda clases de paros y huelgas ilegales, la derecha –con asesoría extranjera- monta una poderosa y eficiente organización terrorista, que lleva el “clima” a niveles de extrema tensión. Asesinan obreros y campesinos; hacen volar oleoductos, líneas férreas e instalaciones eléctricas; atentan contra la vida de dirigentes populares, queman locales partidarios y llegan asesinar a uno de los edecanes del presidente de la república”. […] “Finalmente, en el terreno económico es donde el quehacer reaccionario adquiere categoría de suprema inescrupulosidad. Planifica lisa y llanamente la destrucción de la economía nacional”. […] “Mientras en el exterior el imperialismo obstruye los créditos de los organismos financieros internacionales, embarga nuestro cobre para provocar inestabilidad en el mercado y bloquea el abastecimiento de los insumos indispensables para la gran minería y la industria; en el interior del país la burguesía hace lo suyo. Ésta deviene en burguesía especulativa al amparo de un mercado negro, debidamente administrado tras el objetivo de lograr dividendos políticos y financieros. Se utiliza el sabotaje en las empresas estatizadas. El paro empresarial de octubre de 1972 significa a Chile una pérdida neta de 200 millones de dólares; la huelga de un sector minero en julio de 1973, arrojó otra de 60 millones de dólares por concepto de menor producción. Salieron subrepticiamente del país más de trescientas mil cabezas de ganado, mientras eran sacrificadas miles de vaquillas en estado de parición, para provocar problemas de abastecimiento. Tal era el grado de resolución. A tal extremo llega la criminalidad de los métodos empleados” (Dialéctica de Una Derrota, Carlos Altamirano).



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Henry Escalante


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