Hablan y hablan mal del gobierno, pero se están llenando

Profesionales inescrupulosos, técnicos de iguales talantes, bodegueros pobres pero ricos en ansias de hacerse ricos con la mayor brevedad posible, e ignorando que esa riqueza fácil es de un barro muy hidrófilo porque, si devaluada han puesto ellos mismos la moneda nacional, ellos y sus proveedores, usuarios como son de la referencia fronteriza aquella y miamera para marcar despiadadamente la paridad nacional, si devaluada está la moneda nacional, decimos, más aun se hallará la moneda con la que suponen que se están llenando.

Para quienes todavía se hallan enceguecido por esas burbuja o pompas de jabón financieras en formación y que vienen de colores muy bellos, para ellos, resulta incomprensible que luego de esta transitoria crisis vendrán bajones de precios, iniciados-es de esperarse-por algunos ahogados ya con inventarios fríos y deudas acumuladas de esos otros proveedores[1], ajenos a la cesta básica.

Muy probablemente, todo ese efectivo circulante devaluado, así devaluado se quedará y el mejor poder adquisitivo será para otro circulante, otro acorde con las necesidades reales y no las que artificial y malintencionadamente ha ido subvalorando el comerciante en general, aprovechando la “pendejada” de un gobierno que se ha empeñado en favorecer a los humildes, pero que los escuálidos, hoy “ex pobres”, se niegan a compartir porque ellos, con toda su riqueza cerebral, con su enmojonamiento de gente especial, desean mantener su distancia de esa “pestilente” gente, buena sólo para lavar baños, cocinar, coser, arreglar cañerías, sanitarios y demás "faenas inmundas" que ahora ellos desprecian a pesar de que fueron sus antepasados no muy muy lejanos quienes que a punta de esas “faenas sucias” los pudieron levantar.

Ese comerciante menor, mediano o grande, todos acá y acullá, se han enriquecido en un tiempo mucho menor que el que hubieran necesitado para apenas recibir el monto de sus ninguneadas prestaciones sociales que a duras penas habrían recibido como asalariados y recibe el asalariado que ellos tienen bajo su contrata. De perogrullo, algunos anos habrán echado mucha sangre para explicar su riqueza fácil como fabricantes-nominal-y como comerciantes.

[1] Nos referimos ase proveedor que ha visto bajar sus ventas precipitadamente porque, enceguecido también, sigue marcando precios reflejos como lo hace el bachaquero con los bienes de la cesta básica. Entonces, ese proveedor empezará el remate de esos inventarios, so pena de irse a la quiebra. Así comenzará una etapa parcialmente deflacionaria que repercutirá en el resto de los empresarios.


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Manuel C. Martínez


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