Monseñor Diego Padrón, pídale a Dios que lo perdone

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Con el respeto que merece su investidura, Monseñor Diego Padrón, le dijo que, una vez más, usted y la cúpula eclesiástica, meten la “pata”. Se ponen del lado de los violentos, mercenarios y criminales, dejando a un lado al pueblo que sufre los embates del vandalismo, asesorado por paramilitares colombianos. Esa es la pura verdad, Monseñor Padrón. En la entrevista que le hizo el diario El Universal, el pasado domingo (uno de los periódicos más reaccionarios que existen en el país), usted afirmó que “La represión es otra expresión de guarimba”. ¿Qué significa esa frase, en boca de un prelado de la iglesia católica? ¿A quién está dándole respaldando, al gobierno, legítima y constitucionalmente elegido por el pueblo, o a los mercenario de Voluntad Popular, Primero Justicia y al imperio? Y  para rematar su faena gris y carente de toda objetividad, dice que “El Plan de la Patria”, es el problema La costura se le ve clarita, Monseñor.

 

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La cúpula de la iglesia venezolana no le para al Papa Francisco. Nunca le ha parado a los lineamientos del Vaticano. Ustedes, Monseñor Padrón, siempre han estado con la burguesía y la rancia derecha de los radicales de la oposición. Eso de que están con los pobres, es un parapeto. Reitero, es un parapeto, donde se esconden las verdaderas intenciones de la cúpula golpista de la iglesia. Tal vez con alguna excepción. Perdóneme que lo exhorte a que lea el libro “Los 365 días del Papa Francisco”. Pero no sólo es leerlo, sino asimilar sus prédicas y ponerlas en prácticas con sus feligreses. Lea: el Papa Francisco en tan corto tiempo ya ha dejado huellas. Su personalidad, sencilla y humilde. Sus palabras orientadoras, son una esperanza para la humanidad. El Papa Francisco, clama, con una sabiduría a flor de labios, por una iglesia diferente. Reclama por un cambio, a nivel mental, de la cúpula dirigencial de la iglesia. Lea, lo que sigue, Monseñor Diego Padrón.

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“Prefiero una iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una iglesia enferma por el encierro y por la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”.  En otras palabras, el Papa Francisco llama a la construcción de una iglesia nueva. Vinculada directamente a los pobres, a los más necesitados. No alineada con los poderosos, con la derecha y el imperio. Reitero, con el respeto que se merece, como Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana, como un obispo que es, y como persona, nacida en esta tierra, lea “365 días con el Papa  Francisco”. Tal vez en sus páginas encuentre usted la verdadera senda hacia el Señor. El diálogo que Francisco impulsa, es un diálogo sin condiciones. Un diálogo sincero entre los venezolanos. No un diálogo con condiciones, como usted lo afirma en su entrevista en El Universal. Aprenda del Papa, Monseñor. Arrímele una a la verdad y a la paz verdadera.

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Monseñor Diego Padrón, lea estas interroganates: ¿qué sabe usted del terrorismo? ¿Conoce, a caso, el significado de este término? Usted lo conoce, perfectamente, pues para llegar al nivel en que se encuentra actualmente, tiene que haber leído bastante. Eso pienso. Pero, por si acaso, le voy a dar una definición. Es sólo para refrescarle su memoria. Con su permiso: terrorismo es una sucesión de actos violentos y criminales, caracterizado por inducir terror a la población en forma sistemática. La RAE, dice que el terrorismo es usado en las luchas políticas, mediante la cual se persigue la destrucción del orden establecido…” Y por eso, el autor italiano, Umberto Eco, afirma que el terrorismo no tiene ninguna calificativo más: es criminal y asesino. ¿Usted y sus compañeros, con quienes están? ¿Con los asesinato de personas a través de francotiradores? ¿Con los mercenarios que talan árboles para barricadas? ¿Con quienes queman supermercados? ¿Con quienes queman perros y gatos para usarlos en las barricadas? ¿Con quienes colocan guayas para degollar personas? ¿Con quienes incendian universidades?  En fin, Monseñor, ¿está con estos criminales o con el Estado? No se necesita ser adivino para saber que usted y la cúpula del CEV están con los mercenarios (Salvo alguna excepción).

5

Ahora bien, usted, con una percepción errada de la realidad, en momentos en que le falla la memoria, afirma que la “El Plan de la Patria es el problema”. Es decir, es el culpable del desquiciamiento de los “estudiantes” que gritan “Maduro, vete ya”. Para que haya paz hay que enterrar al “Plan de la Patria”, el legado del Comandante eterno, Hugo Chávez Frías. ¿Qué le pasa, Monseñor? Pareciera, con todo respecto, que usted perdió la chaveta. Usted no vive en este país, porque si viviera aquí no diera esa declaración. Le ruego, qué coja mínimo y ábrale su corazón a las prédicas del Papa Francisco. Hágalo, antes de que sea tarde, y se lo lleve el enemigo de Dios.

 ¡Se cansa uno! ¡Volveré!



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Teófilo Santaella

Periodista, egresado de la UCV. Militar en situación de retiro. Ex prisionero de la Isla del Burro, en la década de los 60.

 teofilo_santaella@yahoo.com

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