La mesa Luis V de la unidad

En la quinta Prohibido Olvidar, en Alto Prado, suena la Quinta Sinfonía de Beethoven dirigida por Dudamel. En la cocina Katye Mendoza conversa con la señora de servicio, “no te olvides que esa gente son unos marginales. No sé cómo se le ocurrió a Jean invitarlos a cenar”.

Jean Brillembourg se había encontrado con Julio Borges y aprovechó para invitarlo a su casa a cenar y hablar de la unidad perfecta, “eso de que tanto habla el ñángara de Petkoff”. A Borges le pareció propicio el momento para realizar allí, en casa de Jean una reunión de la Mesa de la Unidad, porque “tú sabes que estamos haciendo reuniones itinerantes, no tenemos un lugar específico, si quieres le digo a todos los compañeros y nos vemos en tu casa, y también escuchamos tu aporte, tus planteamientos, porque estamos escuchando al pueblo”. A Jean no le gustó ese calificativo de pueblo, porque “eso no es conmigo, Julio, pueblo es esa cantidad de marginales y hordas que andan detrás del teniente coronel”. Borges le pidió disculpas por confundirlo, y estuvieron de acuerdo en reunirse el viernes de la próxima semana en horas de la tarde, y “ya sabes que vamos todos, incluso Omar Barboza, que no le gusta a nadie pero hay que cargar con esa pena”.

Y llegó el viernes en la tarde y todo estaba listo. Y el primer timbrazo lo dio Gabriel Puerta, y la señora de servicio le dijo que esperara un momento, y fue a decirle a los señores que allá afuera estaba el señor Gabriel Puerta, y Jean dijo, ¿quién es ese? Y ella dijo que era de la Mesa de la Unidad, así me dijo. Después llegó Andrés Velásquez y la señora lo dejó esperando en un salón al lado del señor Puerta y le avisó a los señores, y Jean dijo que “los primeros en llegar son siempre los que traicionan”.

Después llegaron Henry Ramos Allup, Omar Barboza, Enrique Mendoza, Julio Borges, Ramón Guillermo Aveledo y cuando todos ellos entraron a la sala, antes de llamarlos a sentarse a la mesa, Jean le dijo a la señora que le avisara a los otros dos que estaban esperando afuera que pasaran, así entraron Gabriel Puerta y Andrés Velásquez, y todos se sentaron en la mesa. Entonces Jean levantó su copa y les dijo. “Esta mesa Luis XV, herencia de mi padre, será hoy testigo histórico de los acuerdos a los que podamos llegar”. Y brindaron.

Después del segundo trago Gabriel Puerta dijo que “lo importante no es la mesa donde nos sentamos, lo importante es la unidad”. Y Jean Brillembourg no toleró que un comunista despreciara su mesa Luis XV.

(*) Periodista

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Roberto Malaver (*)

Periodista y escritor. Niega ser humorista, a pesar de algunas evidencias que indican lo contrario. Co-moderador del popular programa "Los Robertos", al cual insisten en llamar "Como Ustedes Pueden Ver". Co-editor del suplemento comico-politico "El Especulador Precóz". "Co-algo" de muchos otros proyectos porque le gusta jugar en equipo.

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