En Venezuela la oposición es obstruccionista

Desde 1998, esta recalcitrante “oposición” (AD, COPEI y sus derivados), han mantenido sistemáticamente una conducta irracional, y se diría que atípica porque ni siquiera permitieron que se desarrollara la llamada “luna de miel”, que había sido característica de los gobiernos post-gomecista en su etapa inaugural. Negarlo todo y aferrarse a salir de Chávez, pareciera ser una pervertida manía de quienes fueron desplazados del poder por fracasar en el manejo del Estado con sus erráticas políticas públicas. En fin, si de algo podemos estar seguro, es que algún día el juicio de la historia reseñará que fue por miseria humana que el país desaprovecho su mejor oportunidad para despegar hacía el desarrollo integral, y todo porque una obtusa oposición pensó más en la obsesión del poder, en vez de un gran destino que hubiese sido posible con el concurso de todos, pues al fin y al cabo, unidos gobierno y oposición patriótica se habría logrado optimizar nuestras potencialidades en función del país grande que siempre hemos soñado.

Puntofijismo vs revolución

El 26 de septiembre el dilema de los electores será escoger entre profundizar los cambios mediante el salto dialectico al socialismo como formula redentora, o equivocadamente involucionar teniendo un parlamento fracturado que ponga en peligro las conquistas sociales y el normal desenvolvimiento institucional de la naciente Quinta Republica. Y en verdad no tendría sentido dar un paso atrás, ya que hace mucho tiempo que la mayoría de los países del mundo descubrieron que está en tela de juicio ese modelo económico basado en la explotación del hombre por el hombre. Entre tanto, acá, en nuestra sociedad venezolana persisten dos formas diametralmente opuestas de interrogar el destino y de darle respuestas a la posteridad: capitalismo vs, socialismo del siglo XXI. Y si por sus obras los conoceréis, se explica porque esa desenfrenada oposición no pierde ocasión sino que las busca para bombardear con ráfagas de mentiras; pensando que de esta manera podrá cosechar más incautos en el universo electoral. De ahí, que demagogos quincalleros como Ramón Guillermo Aveledo, se esmeren en elucubrar a diario la más variadas estupideces, ofendiendo a su vez la inteligencia de la gente. Entre sus cloacales expresiones, dice este ex-dirigente copeyano que pasó décadas chuleando a la nación cuando con su trasero calentaba un curul del extinto Congreso nacional, que “a todos nos conviene una Asamblea Nacional que haga su trabajo, que no se conforme con aplaudir, sino que trabaje para los ciudadanos”. ¿Y cómo creerle a un inmoral y farsante de oficio? ¿O Guillermo Aveledo piensa que perdimos la memoria?

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Escenario para la transición a la sociedad ideal y humanitaria

Y entrando en aguas profunda, cabe reseñar que nada es más funesto e inconveniente al interés del país, que retroceder a la vetusta praxis de un Poder Legislativo pluralista, integrado por revolucionarios bolivarianos y reaccionarios de la peor calaña que sirven a la oligarquía parasitaria y lacaya del imperialismo norteamericano. ¿Acaso no fue mediocre y vergonzosa la inherencia de la oposición cuando el Poder Constituyente Originario discutía el nuevo Contrato Social que sustituyó a la inoperante Constitución de 1961? ¿Cómo créele a una oposición que lanzó toda clase de peste contra la Constitución de 1999, y ahora se rasga la vestidura defendiendo hipócritamente el texto que habían satanizado con los más grotescos epítetos?

De copeyano de uña en el rabo, ahora flamante Secretario Ejecutivo de la supuesta Mesa de la Unidad dizque “democrática”

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PARLAMENTO UNICLASISTA Y NO POLICLASISTA

Quienes integren el nuevo parlamento no pueden darse el lujo de derrochar tiempo en discusiones bizantinas, así como tampoco gastar pólvora en zamuro buscando en los vericuetos cómo reciclar la vieja estructura capitalista. Por el contrario, está vez deberá execrar todo lo que hieda a capitalismo obsoleto. La Venezuela del siglo XXI no puede quedarse en el aparato, mientras en otras latitudes del planeta los pueblos construyen una sociedad de iguales, sin odiosas diferencias sociales, ni oligarquías tramposas y parasitarias. De ahí, que debemos entender que esta lucha de clases no fue un invento del chavismo pues lleva siglos latiéndole en la cueva a la historia contemporánea. Por esta razón, el 26 de septiembre está en juego el poder que por vez primera ejerce el pueblo oprimido, el mismo que por siglo permaneció pisoteado por una minoría corrupta que se niega a reconocer que su tiempo ya paso. A todas estas la pregunta obligada es la siguiente: ¿Acaso no está a la vista que soplan vientos de libertad?

(*)Analista político y Miembro de Numero de la Academia de Historia del Estado Falcón

kameleljuri@gmail.com


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Freddy Kamel Eljuri (*)

Presidente del Instituto Municipal de Patrimonio Histórico de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Miranda del estado Falcón. Vicepresidente de la academia de Historia del Estado Falcón. Escritor. Productor radial.

 kameleljuri@gmail.com

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