De viejos pendejos líbrame Señor: aquí está otro

¿POR QUÉ SERÁ -SE PREGUNTABA DOSTOIEVSKI- QUE EN UN GRAN NÚMERO DE LOS QUE SE DICEN COMUNISTAS REVERBERA EN SU INTERIOR UN PODEROSO PEQUEÑO BURGUÉS?

Yo fui militante del Partido Comunista de Venezuela y de los fundadores de “Los Pioneros Rojos”, en San Juan de Los Morros en 1958. Mis hermanos mayores eran comunistas y un día, en una reunión en casa les pregunté a todos los presentes: “¿quién nos puede asegurar que ustedes mañana no terminarán siendo unos reaccionarios como lo es hoy Rómulo Betancourt?”

Se encontraba en aquella reunión Simón García (conocido como “Puyuta”) y quien luego sería ministro de Estado de Rafael Caldera. Comenzaban a resonar con fuerza en aquel mundo de “revolucionarios” y de intelectuales con garra social, los nombres de Teodoro Petkoff, Pompeyo Márquez, Eloy Torres, Adriano González León, Manuel Caballero, Rafael Cadenas, Jesús Sanoja Hernández, Rodolfo Izaguirre, Daniel González, Francisco Pérez Perdomo y Héctor Silva Michelena entre muchos otros que hoy (algunos ya murieron siendo totalmente derechistas) son furibundos miembros del fascismo más recalcitrante.

El caso que nos toca referir hoy es el del ex militante del Partido Comunista, empedernido catador de licores finos, chanchos y morcillas a la parrilla, doctor en Ciencias Sociales, economista y pueta, Héctor Silva Michelena.

Fue criado este chancho en Caracas desde 1931 y formado al igual que Rafael caldera por los jesuitas del Colegio San Ignacio.

Cuando uno ve a un tipo metido en alguna Academia, háganle la cruz porque se ha vuelto un comemierda. Hoy Héctor Silva Michelena pregona que el chavismo está en la prehistoria del espíritu humano, y que él junto a los de su clase son ejemplo de sabiduría, amor y paz. Todo un elocuente, digo, viejo pendejo.

Por las venas de Héctor Silva Michelena corre impoluta toda la sentina de todos los dioses adecos y copeyanos.

Dice el chancho con barbas que una vez caído el Muro de Berlín, ya no le interesa el marxismo puro sino el llamado "marxismo crítico: nada de dogmas ni de ideas pétreas”. Afirma chasqueando el ano que: “El socialismo es una idea antigua que se basa en tres elementos clave: un ideal, un programa y un régimen (la ejecución). El ideal existe desde hace mucho tiempo. Hesiodo, en el siglo VIII antes de Cristo, hablaba ya de una Edad de Oro: un tiempo en el que el hombre podía satisfacer plenamente sus necesidades porque había bienes en abundancia. Esa plétora, en la que el ocio creador se impone por encima de la esclavitud por el trabajo, es lo que también persigue el comunismo.”

Y entonces viene este gran viejo pendejo y proclama airoso: “Allí se describe la evolución de las sociedades capitalistas, un modelo que tendería a agotarse y sería sustituido por la dictadura del proletariado. Eso choca contra el concepto de la democracia liberal y encierra ya un problema: una dictadura, así sea del proletariado, es una dictadura.” Este viejo nunca entendió nada en su vida, se parece a Jerónimo Carrera Damas, como si el sentido de democracia que tiene en su vacua cabeza no fuese exactamente el que le han metido desde carajito los libros de los jesuitas, el mismo que amó Caldera. ¿Quién ha definido lo que es una dictadura, y a quien le interesan las dictaduras defendidas por cierto en gran medida por los mentores de este viejo, los capitalistas?
En una reseña biográfica de este chancho, hecho por la periodista Gloria Bastidas (para Venezuela Real) leemos lo siguiente: “El hábito del estudio que le inculcaron los jesuitas es una marca de fábrica. Apenas recibe a la periodista y a la fotógrafa en su apartamento de Colinas de Bello Monte, dice: "Estuve preparándome para esta entrevista hasta las 2:00 de la mañana".

El viejo pendejo va sacándole a la periodista un fajo de carpetas que reposan sobre la mesa los con apuntes que ha escrito durante la noche anterior. De pronto, muestra una hoja donde mora una caligrafía diminuta y enumera las razones por las cuales el socialismo real colapsó: "Una: el aparato administrativo eliminaba la competencia entre productores; se sobreproducía en un área y se subproducía en otra, por eso a veces sobraban agujas de coser y faltaba el pan; dos: se ejercía un control directo de las empresas por las unidades políticas (la intervención del partido); y tres: la falta de libertad y de democracia.” Qué genialidad coño, y prosigue el viejo pendejo, con la entrevista que le fue hecha poco después de que perdimos el referendo para la reforma constitucional: “Eso es lo que se llama el Estado total. Y nosotros íbamos hacia allá, pero el referéndum de diciembre obligó a Chávez a pisar el freno. El chavismo es un proyecto que, al pretender absorber estas ideas, incurre en lo que Jean François Revel llamaba la tentación totalitaria".

Agrega el viejo pendejo que habría deseado que Fidel se le arrodillara a los gringos: “¿Qué queda en Cuba? Una sociedad pobre donde todavía hay cartillas de racionamiento. El chavismo está en la prehistoria del espíritu humano.”

Al viejo pendejo cuando le hacen alguna pregunta seria, le tiemblan las piernas y de inmediato sale a buscar un manojo de papeles:
-¿No es democrático el socialismo del siglo XXI?

Entonces el pueta-economista apela a su cerro de carpetas, de donde extrae un artículo publicado en Le Monde. Y suelta el arsenal hemerográfico con las mismas monocordes pendejadas que es lo único que sabe responder: "Edgar Morin, un sociólogo francés, señala que hay que volver a las tres preguntas que Kant se hacía dos siglos atrás. Una de ellas es qué me está permitido esperar (que es el ideal), la otra es qué puedo saber (que es el programa), y la tercera es qué debo hacer (la ejecución, el régimen). Sobre estas bases cognitivas, Marx elaboró su pensamiento. Morin entonces agrega: `Hoy día sabemos que las ciencias aportan las certezas locales pero que las teorías son científicas en la medida en que son refutables, es decir, no ciertas’. Y el marxismo no es refutable. Porque si usted refuta el marxismo es expulsado del partido y es fusilado.” ¡Bingo, coño! “Morin recuerda que Marx era determinista y creyó haber desentrañado leyes del devenir. Dice Morin: `La concepción marxista del hombre era unidimensional y pobre: ni el imaginario ni el mito formaban parte de la realidad humana profunda: el ser humano era un homo faber (el obrero que hace), sin interioridad, sin complejidades, un productor prometeico destinado a derrocar a los dioses y dominar el universo".

Hoy a este viejo pendejo de Héctor Silva Michelena lo entrevistan con asiduidad diario como “El UNiversal” y “El Nacional”, sus preferidos.

La obsesión de este anciano es el Comandante de la revolución bolivariana y en la Academia cacafonea cada vez que toma el micrófono: "es absolutamente demencial tratar de revivir al socialismo, repetir algo que ya fracasó; la Historia ha demostrado de forma empírica que es inviable y teóricamente, tal como funcionó, también es inviable". Es decir, la misma tesis de Mario Vargas Llosa de que los muertos de hambres siempre tienen que existir y es inútil tratar de ayudarlos.

Veamos cómo responde el viejo pendejo a las siguientes preguntas, cosa que es como para coger palco:
-Si como afirma es demencial el intento por revivir al socialismo, ¿por qué cree que el país ha caído en esta etapa de locura?
-Fidel Castro se la traspasó a Hugo Chávez, su influencia es terrible porque Chávez se ha enamorado de Fidel. También existe un pensamiento muy elemental, creer que tenemos que abrazar al socialismo para eliminar el lucro, la ganancia y alcanzar la felicidad; de allí surge la necesidad del hiperlíder, el redentor insustituible, así se sintió Stalin a pesar de los crímenes que cometió.
-Hugo Chávez ha comenzado a citar a Carlos Marx. ¿Tiene sentido seguir hablando de la teoría del valor-trabajo, de la plusvalía que el empresario le roba al trabajador?
-Ha sido demostrado desde hace ya un tercio de siglo que la teoría del valor-trabajo es falsa. Según esta teoría de Marx el valor de las cosas proviene del trabajo, eso se demostró que es falso porque en realidad el valor de las cosas proviene de su utilidad, la escasez. Por tanto, esa idea según la cual la ganancia la produce el trabajador y el capitalista lo explota apropiándosela, es falsa.
-Para el Gobierno el empresario es un personaje negativo que hay que eliminar porque no crea valor y se aprovecha de los trabajadores. ¿Qué opina?
- Estoy totalmente en desacuerdo, el empresario mejora continuamente su proceso de producción para poder competir, por eso uno de los problemas que tuvo la sustitución de importaciones es que eliminó la competencia extranjera. Cuando el empresario tiene una competencia no le queda más remedio que introducir innovaciones o morir.
-En el Primer Plan Socialista se afirma que el socialismo del siglo XXI lo estamos inventando y que solo será posible en el mediano tiempo histórico.
-Si el socialismo del siglo XXI es algo que el Gobierno y su líder están inventando, y que su plena realización requiere un mediano tiempo histórico, entonces los venezolanos somos objetos experimentales, como ratas y conejillos de laboratorio, manipulados por algún psicólogo conductista.
Además ¿por qué Chávez tiene la prisa declarada de eliminar las "leyes burguesas"? Esto no se comprende, a menos que nos situemos en el plano del absoluto voluntarismo autoritario que caracteriza la conducta del Presidente.
-¿Qué puede ocurrir si el Gobierno logra una victoria en las próximas elecciones, pautadas para septiembre, y mantiene el control sobre la Asamblea Nacional?
-Si el Gobierno tiene una victoria de ese tipo en las próximas elecciones, se acelerará el colapso, la demencia. Yo por lo menos ya estoy loco.

jsantroz@gmail.com


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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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