Permítanos pensar por usted

Como dice Joan Manuel Serrat, "la realidad es la única verdad". No hay otra. La realidad de las movilizaciones estudiantiles por el cese de la concesión de Marcel Granier, brotó como lava de volcán en el acto en la Asamblea Nacional del pasado jueves 7. Es decepcionante que un movimiento que introdujo elementos interesantes en el debate político; que para algunos constituía una novedad y alentó la esperanza en el surgimiento –en agraz, pero al fin y al cabo una posibilidad– de un nuevo liderazgo, desembocara en la inefable participación de ese sector en el evento parlamentario. Me atrevo a escribir que la decepción va más allá de lo que a simple vista se capta.

Decepción en personas sin vínculos con la política que idealizaron a esos jóvenes, y en aquellos opositores que vieron en ellos un aporte refrescante a la lucha contra el gobierno. Decepción que se extiende –lo confieso– hasta mi. Escribí en esta columna, y también lo dije en mi programa de televisión, que la aparición de esos jóvenes podía ser el inicio de una nueva manera de hacer política en el campo de la oposición. Que, por tanto, había que darles tratamiento apropiado y caracterizar el hecho de manera diferente a como se venía haciendo con los que enfrentan a Chávez desde que colapsó el puntofijismo.

Pero la actitud en la Asamblea Nacional de estos aspirantes a liderizar fue un baño de agua helada para todos, tirios y troyanos. Para adversarios de Chávez y, me atrevo a decirlo, para chavistas deseosos de que surja una oposición diferente, desvinculada del odio cocinado en la olla pestilente del golpismo. Fueron numerosos los errores cometidos por los jóvenes protestarios ese día menguado. El primero: haber concurrido a la cita con la intención, premeditada, de retirarse.

Era preferible no hacerlo, porque quien pide tribuna para debatir no debe rehuir, luego, el debate. Cometido este primer error, incurrieron en otros caracterizados por la teatralidad y tatuados por la mentira.

Ejemplos: 1) la payasada de ingresar al recinto parlamentario con franelas rojas para luego despojarse de ellas; 2) el discurso del vocero, plagado de lugares comunes, que eludió los temas que interesan directamente a la juventud; 3) el descuido, por el nerviosismo que los embargaba, que permitió que el país se enterara que la actuación estaba formateada a base de un libreto elaborado por la empresa "ARS Publicidad", ligada a poderosos intereses económicos y a la aventura golpista del 11 de abril. En él se pautaron, en detalle, los pasos que la representación estudiantil debía dar. Por si fuera poco, en declaraciones posteriores los jóvenes que metieron la pata -no se puede calificar de otra manera lo que hicieron–, reaccionaron como los políticos tradicionales, con la misma irresponsablidad de los dirigentes opositores que vienen de la entraña de la Cuarta República: a) mintieron para excusar sus errores, alegando que la trasmisión en cadena del acto constituía una violación a la libre expresión, cuando ellos mismos pidieron, en comunicación a la directiva de la AN, la difusión del acto por los medios públicos y privados; b) que el escenario no era imparcial y, por consiguiente, no era propicio para debatir, cuando fueron ellos los que solicitaron el espacio, y c) lo más ridículo de todo: que el debate debía darse en las universidades. Pregunta obvia, ¿Por qué entonces se echaron a la calle? Cada nueva explicación acentúa la magnitud del error y el tinte de comedia.


LABERINTO

Recomendación
para aspirantes a líderes: la política no es pantalla, es realidad.

Consecuencia con los principios. La política pasa recibo hasta el último céntimo por los errores que se cometen. Y ¡ay! de aquellos que perseveran en los errores o copian los errores de otros...


El primer ministro
británico Tony Blair calificó de "jauría salvaje" a los medios de comunicación de su país.

No conoce los de aquí...


Un psiquiatra
me definió la tendencia de la oposición a repetir errores como "compulsión a la repetición".

Esta característica reaparece con las manifestaciones del sector estudiantil de oposición: el agotamiento de las marchas con resultados sólo mediáticos y hastío de la población. El recuerdo de los militares de Plaza Altamira -y otros errores- es inevitable.

¿No se dan cuenta? En tanto, el chavismo se muere de risa.



¿Flor de un día?

Pero lo sucedido en la Asamblea Nacional no marca el final de este tipo de movilización.

Porque no hay la menor duda, a la luz de lo que pasó, que lo que estaba detrás de las manifestaciones es más poderoso que lo que se observó en la calle.

Aquella conversación telefónica del exdiputado Marquina, exadeco y ahora del partido de Rosales, fue reveladora de lo que se movía tras bastidores.

En la perspectiva del "golpe suave" o el "golpe duro", que al fin y al cabo es la misma cosa -prefiero llamarlo "golpe continuado"–, resultó que los alumnos de universidades y colegios privados y religiosos sólo han sido pieza de un engranaje que otros manejan. Lamentablemente para el país y, sobre todo, para ellos mismos.

El deprimente espectáculo protagonizado por ellos, nada menos que en cadena de radio y televisión, evidenció el acoplamiento entre realidad y virtualidad. El espectador nacional quedó estupefacto ante la imagen de aquellos jóvenes que se desgañitan en la calle pidiendo libertad para debatir que optaron por irse cuando se les brindó la posibilidad que nunca antes tuvieron otras generaciones. En criollo eso tiene nombre: ¡arrugar!.

Y para que la torta fuera mayor, porque nada más cierto que aquello que solían decir nuestros abuelos, que "las desgracias nunca llegan solas", en la memoria de colectiva afloró el recuerdo del 5 de diciembre de 2005, cuando a pocas horas de las elecciones parlamentarias la oposición decidió retirarse. O algo más reciente y emblemático, que viene por la misma vía: cuando en la Asamblea de la OEA en Panamá, Condoleezza Rice, Secretaria de Estado de EEUU, abandonó la sala de sesión con evidente mala educación y arrogancia para no escuchar la respuesta del canciller Nicolás Maduro.

El gesto de los potenciales líderes de una futura oposición, no sólo siguieron al pie de la letra el guión que les preparó ARS, sino también la "inteligente" jugada de los opositores a Chávez que determinó la actual composición del Parlamento ", y en la actitud soberbia de la representante del imperio en la OEA. Todo cuanto sucedió en las últimas semanas parece flor de un día. De nuevo el medio potenció lo virtual por sobre la realidad y como en anteriores episodios el tiempo y el pueblo hicieron su trabajo.





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José Vicente Rangel

Periodista, escritor, defensor de los derechos humanos

 jvrangelv@yahoo.es      @EspejoJVHOY

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