¿Qué, cómo hacemos, qué otra vaina inventamos, Dios mío, para salir de este hombre?
Lanzamos el golpe de abril, apoyados en la cúpula militar, jugada que nunca en este país había fallado y el hombre regresó. La chusma, factor que nunca ponderamos, salió de sus covachas y cuarteles a defender al dictador, al enemigo de la democracia; nos quedamos sólo con generales sin tropa y el rabo metido entre las piernas.
Quemamos las naves, se podría decir, cuando lanzamos el paro petrolero y pusimos en manos de Chávez una industria que nos reportaba millones de dólares y que él ahora usa para beneficiar a los desdentados y quienes acostumbrados estaban a mal vivir de las pingües migajas que por allí dejábamos. Habíamos creído que únicamente gente nuestra, de Luis Guisti y Quiroz Corradi, podía manejar la industria petrolera. Y en eso, también de un coco nos caímos.
Nos quedamos sin apoyo militar, de pueblo y fuentes estadales de financiamiento y además, el maldito zambo recupera la economía y fortalece sus relaciones internacionales. ¿Siendo así, mi Dios, qué debemos hacer? ¿Jugarnos la parada aquella, que siempre ha estado allí como tabla salvadora? ¿La de marines, mercenarios a lo Rambo y gigantescos portaaviones?
Eso significa pasar el mando a los menos cuerdos de nosotros que en Miami hacen lobby y admitir que nos dirija la gente de TV, tal como se hace una novela, para ver que vaina de todo esto sale.
Y no es malo el libreto. Si uno bien lo piensa, pues hasta resulta divertido porque viene por capítulo y con un fino sentido del humor.
En el primer capítulo aparece el Euro parlamento; allí, las masas parlamentarias se solidarizan con el canal de Quinta Crespo. De 788 diputados que componen el cuerpo, nada más que 65 asistieron a la sesión; 43, un poco más del 3% aprobó el documento. El 95 % de sus miembros no asistió por considerar irrelevante el asunto y fuera de su competencia.
Este triunfo nos acelera el pulso y nos empuja a seguir en la puja y empujar hasta que la barda caiga.
El segundo capítulo es a todas luces fúnebre pero bueno. En Estados Unidos, el Senado nos apoya y manifiesta su preocupación por la libertad de pensamiento y los derechos humanos en Venezuela y hasta, insta a la OEA “a intervenir”. ¡Qué novedad! ¡Cuánto amor por la democracia popular!
En el tercero, de inmediato, al escuchar este pedido, uno luchador contra esta dictadura que a nadie deja hablar y ha cerrado todos los medios existentes, ve con esperanza que “La Corte Interamericana de la OEA, admitió demanda contra el Estado venezolano por violar derechos”. La alegría es mayor, cuando leemos que el Senado del Norte dice sobre lo relativo a RCTV “es un asunto contra la libertad de pensamiento y expresión que no puede ser aceptada por los países democráticos”. Pese a que Amnistía Internacional, hoy acusa a EEUU, de violar a diestra y siniestra en el mundo los derechos humanos.
Y a uno, compañero opositor levantó el ánimo, el espíritu combatiente, pues en verdad, esa solidaridad gringa no me la esperaba.
El cuarto capítulo trae el desenlace de la trama del libreto. Pues por todo eso, por nuestra carencia de ideas, de respaldo contundente aquí adentro, nada más nos queda que buscar hacia afuera. Y no hay duda que razón tiene Granier- otra vez los medios a la cabeza- cuando con dignidad patriótica, dice “Tenemos esperanza en que LAS INSTANCIAS INTERNACIONALES a las que hemos acudido en defensa de nuestros derechos IMPARTIRAN LA JUSTICIA que nos niegan las instituciones nacionales”.
¡Dios mío, no nos dejes en la estaca! Que venga una invasión; otro camino no nos queda. Que ruede el libreto cocinado en el mando televisivo, pues con “Fuente Ovejuna” no se cuenta.
Apoyemos a Granier y a RCTV con el pañuelo en la nariz, esperando que nos sirva de mecha, porque este zambo es una vaina; es muy duro y curvero. Y ya uno no espera, como dijese Joselo, que “salte la talanquera”·
pacadomas1@cantv.net
