Televen necesita ( y con urgencia) un canal humanitario

Soy de las personas que casi no se colocan frente a un televisor. El producto cultural que ofrece la TV venezolana es el chisme. Mezcla esta institución del chisme con los "valores" de la infidelidad, el escándalo, el plástico, la intriga y otros aliños.

La TV venezolana sólo necesita una mujer (como objeto) que natural o artificialmente tenga grandes tetas, buen trasero y sea experta en meter chisme. Es el producto cultural más exquisito de la TV venezolana y de toda la TV.

Por supuesto, estos son "valores" plenamente compartido con la actual institución cristiana, apostólica (¿y romana?) de la Conferencia Episcopal Venezolana, porque a diferencia de otra época, no tan lejana, la CEV se dejó de ver a la Televisión venezolana como una fuente de antivalores. Un anticristo.

Ya Marcelino Bisbal ha debido quemar las adaptaciones de "sus investigaciones" que realizó sobre la TV y tiene otras preocupaciones. No sé tampoco, que ha pasado con Antonio Pascuali y si quemó "sus libros". Este "crítico" de la TV en la década de los setenta también se abocó a realizar adaptaciones de "investigaciones" sobre la TV venezolana y la incomunicación que ellas ofrecen.

Hecho

En estos días, fui objeto de una invasión muy distinta a la que con ahínco y desespero desenfrenado pide Borges y Ledezma. Fue una invasión de ternura y amor. La de Borges y Ledezma nos promete por lo menos una guerra civil.

Me visitaron mis ocho nietos y la casa del fundo se puso patas arriba con varias bicicletas viejas tiradas por la casa, juguetes guardo de mis hijos que desempolvaron tirados por cualquier sitio y mucha bulla de la buena.

El día de la llegada de mis nietos la noche se le presentó corta y estuvieron, después de la cena jugando en la sala y toda la familia cerca de ellos.

Yo estaba como muchacho con juguete nuevo. Era casi la 10 pm y reunidos todos en la sala con el televisor encendido y sintonizando a Televen. En un momento, cuando casi nadie le prestaba atención a la TV, oí y vi, que en este canal (Televen) se anunciaba una novela. Se veía la imagen de un tipo bien vestido, aparentemente bien educadito, tipo clase media alta, con pinta de empresario, que le sugería a un tipo (sicario) lo siguiente: Quiero a mi hermano muerto y lo quiero hoy mismo. Prácticamente en esta imagen y con esas muy pacíficas y hermosas palabras cargadas de mucho amor, se promovía una telenovela, que si la memoria no me falla, tiene por nombre "Corazón traicionado".

Proyección de la cultura de la Violencia y la muerte

Supongo, que este señor con buena pinta quería darle piso a su hermano con el uso de un sicario, por un problema de esos "valores" que suelen ser los fuertes de la TV. Tal vez una infidelidad, un cacho, un dinero robado u otro aliño, propio de un negocio donde la intriga es el lugar común.

Era más o menos las 10 pm de y mis nietos estaban ahí. Claro era un horario restringido para menores, pero no para jóvenes y adultos con tornillos sueltos. Esto ha podido repetirse y se repite tal vez varias veces al día con jóvenes, adolescentes, adultos y adultos mayores frente al televisor. O sea, sin permiso del ministerio de educación, el de cultura y Conatel, se tiene una escuela de la violencia y del crimen mentida en las casas, sugiriéndonos, que si tenemos una bronca o un rollo con alguna persona o con un hermano, una idea muy vergataria e ingeniosa, es darle matarile. O sea, es mandarle a dar piso con un sicario.

Así estamos y miren que me han dicho, que Televen pide sin querer queriendo un canal humanitario para Venezuela.



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Amaranta Rojas


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