La Escala de Ritcher

Periodismo y Constituyente

En los tiempos difíciles que vivimos, época de revolución y de Constituyente, es necesario que los nuevos comunicadores sociales se ocupen de discernir entre lo bueno y lo malo. Deben sopesar, como profesionales en ciernes, en dónde está lo positivo y lo negativo, y no dejarse llevar por las apariencias.

Necesario es que tengan siempre presente el código de ética periodístico al momento de ejercer el oficio y no convertirse nunca en secretarios o secretarias, simples transcriptores de los dictados de los dueños de los medios comunicacionales. ¿Se debe seguir la línea periodística del medio en el cual se trabaja? Por supuesto que sí, pero con respeto y dignidad, ante todo. Y si consideran que la línea periodística está o va en contra de sus convicciones, simplemente deben abrirse camino.

Los periodistas del siglo XXI están obligados a asumir la profesión como un apostolado y no como un negocio lucrativo. La comunicación social es una carrera universitaria que debe permitirle a los fablistanes de esta época, pecuniariamente hablando, vivir con dignidad, sin aceptar halagos ni regalos, ya que esto podría poner en peligro su reputación profesional. En fin, lo que trato de expresar en estas breves líneas, es que al ejercer esta profesión se debe tener como norma, el decoro y la ética, para cumplir la función social a la que están destinados los comunicadores.

Según Fernando Savater, filósofo, periodista y escritor español: "La ética es el arte de elegir lo que más nos conviene y vivir lo mejor posible". Por lo que podemos sugerir que la ética forma parte de todo lo que nos rodea como seres humanos y por lo tanto debemos elegir y saber distinguir sobre lo que nos conviene o no; para así conocer qué es lo que queremos ser y de qué manera somos, para así afrontar de una buena forma todas las situaciones que se nos presenten en la vida.

El nuevo profesional del reporterismo buscará las maneras de convertirse en sujeto y masa a la vez. La idea es que se convierta en arado para sembrar la semilla del hombre nuevo y perseguir siempre el bien común de la humanidad.

¿Cómo se cumplirá con la anterior premisa?… Indudablemente habrá que hacer también una revolución del periodismo en la Constituyente. Echar los cimientos para darle la vuelta a la tortilla y crear las condiciones objetivas para dar ese salto. Ahora que estamos en vías de comenzar un proceso constituyente para darle una salida al laberinto de nuestro país, debemos arrancar sin esperar mucho.

No podemos darnos el lujo de esperar, pues el tiempo se nos acaba. Además, poseemos la posibilidad de actuar desde el poder, para acceder a las condiciones y crear escuelas de periodismo que a la vez sean herramientas, para "inventarnos una" de pensamiento y palabras, de diálogo en vez de monólogo. Todas esas propuestas comunicacionales deben estar inmersas en la Constitución reforzada que pariremos este año.

Tratemos de seguir los postulados robinsonianos y pongámonos a crear nuestro propio paradigma de la comunicación, para no caer en los errores de modelos importados que no son la solución. No repitamos la fórmula gastada de la escuela periodística que crea artífices de la información vacía y fragmentada.



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Ritcher Antúnez


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