Influencia de los medios de comunicación en la opinión pública

  1. Ideas Iniciales

Es innegable el efecto de los medios de comunicación en la opinión pública, algo ampliamente reconocido y reportado en diversos trabajos de investigación. Los medios crean una especie de marco de creencias, de constructos sociales. Sin embargo, muy poco se ha dicho acerca de cómo tal proceso se lleva a cabo. Acá ofrecemos una explicación de cómo tal proceso se realiza, recurriendo a consideraciones cognitivas y psicológicas, en base a un modelo más formal elaborado en trabajos de investigación de los autores del presente artículo. También ofrecemos una corta descripción de las consecuencias de dicho proceso.

Los medios de comunicación social tienen un gran impacto en la opinión pública. Buena parte de las creencias, expectativas, prácticas sociales y normas de comportamiento – qué es bueno y qué es malo – en la época presente, son creadas y controladas por los medios de comunicación. Esto tiene consecuencias importantes, como, por ejemplo, la gran dificultad para la autonomía de las naciones y de los individuos, y por tanto, para la democracia, ante un mundo de constructos altamente controlados por los medios de comunicación social, manejados, a su vez, por los actores de poder del mundo occidental a diversos niveles, internacional y nacional. Podríamos decir que estamos en una época de la dictadura mediática, donde los individuos y grupos sociales actúan atontados por las formas de comportamiento, actitudes y creencias, implantadas por los medios de comunicación.

Podemos diferenciar dos tipos de medios de comunicación, los llamados vieja media, que incluye a la TV, el cine, la radio, etc., y la nueva media o social media. La social media comprende básicamente a aquellos medios basados en la Internet, como Twitter y Facebook, los cuales permiten la interacción, conformación de redes y grupos, y el intercambio de contenidos. Los medios tradicionales ya tenían un fuerte impacto en los individuos antes de la aparición de la nueva media, pero ahora, la nueva media se ha vuelto mucho más eficaz, a través de mecanismos que han reemplazado la interacción social directa por medio de redes sociales virtuales, las cuales presentan grandes limitaciones a la interacción humana libre y natural; por ejemplo, la interacción generalmente es anónima, y se dice muchas veces lo que se quiere que el otro oiga, no lo que se piensa y se siente. Así, los medios crean un mundo de constructos ficticio, y una intencionalidad humana basada en la ilusión, la vanidad, y el control del otro.

Además, el impacto y alcance de los medios de comunicación a nivel mundial se ha ampliado a grandes pasos en las últimas décadas. Es innegable su influencia para crear revoluciones, y hasta tumbar gobiernos. Recordemos los casos de Ucrania, Libia, Irak, entre otros, o del mismo EE. UU., donde la opinión pública, luego del efecto manipulador de los medios de comunicación, ha dado fuerte apoyo a invasiones con grandes pérdidas de vidas inocentes (incluyendo miles de niños), bajo excusas cuya falsedad luego es comprobada. Lo peor es que, luego de comprobarse la falsedad de tales excusas, el proceso se vuelve a dar con buena efectividad sobre la población – al parecer hay un problema de falta de memoria colectiva, o de olvido, facilitado por el mareo en que nos mantiene los medios de comunicación social –.

Este proceso de manipulación parece ir más allá de movimientos políticos o de ideologías particulares, que terminan quedándose en discursos acomodadizos. La agenda de los medios es impuesta por los intereses particulares de quien los paga y/o los controla. En el caso Venezolano, los medios de comunicación están en buena medida en manos del Estado, y de grupos de poder que tienen lazos tanto con el gobierno actual como con la oposición (actores poderosos son: PSUV, gobierno, empresarios, MUD), por lo que no es difícil inferir a favor de quiénes estaría siendo manipulada la opinión pública venezolana. Otros actores importantes son los gobiernos de potencias internacionales y las empresas transnacionales, con intereses propios en pos del control de los recursos naturales, los cuales los ha llevado a crear alianzas históricas con actores nacionales.

Los medios, además de ser fuente de manipulación a favor de los grupos de poder económico, social, político (el político idealmente debe buscar el bien común, pero en muchos casos persigue fines particulares y/o partidistas, comportándose como politiquero), o de gobiernos extranjeros, se han convertido en una fuente de pérdida de tiempo, y hasta de vigilancia y control. Ellos facilitan el estudio de los individuos, por ejemplo, de sus preferencias, amigos, grupos de interés, etc., para la elaboración de perfiles que son explotados comercialmente, por organismos de inteligencia de las naciones, o, incluso, por grupos delictivos. Todo esto demuestra que los medios de comunicación no son neutrales.

Es particularmente importante el efecto de los medios de comunicación en los niños, creando en ellos actitudes, creencias, entre otras cosas, relacionadas con sus interpretaciones, e incluso, promoviendo en ellos ciertos comportamientos violentos. Algunos de los mecanismos más usados en este caso son los video-juegos, los programas de TV infantiles, y los juegos (en línea o fuera de línea) en las computadoras y tablets.

El objetivo de los medios se plasma en la llamada Agenda-setting (establecimiento de la agenda o plan mediático), y es implementado a través de lo que se conoce como Framing, o enmarcado/entrampado mediático, a través del uso de etiquetas mediáticas, con lenguaje connotativo, o sea, con contenido altamente emotivo, para caracterizar de manera interesada ciertos eventos y objetos, recurriendo así al aspecto emocional para manejar el comportamiento humano. Para aclarar este punto, consideremos un ejemplo: el uso de la etiqueta "terrorista" para caracterizar al otro, o "luchador por la libertad" para caracterizarse a sí mismo, por parte del gobierno de EE. UU., o la etiqueta "socialista" usada por los representantes del gobierno venezolano, o la de "demócratas" usado por la oposición venezolana, en cada caso, para auto-calificarse y auto-alabarse. Como vemos, los frames recurren a, o conectan con, las emociones fuertes de los individuos y grupos, a fin de crear comportamientos reactivos, evitando el análisis crítico y reflexivo del contenido del mensaje, y de su veracidad. Generalmente, tales etiquetas tienen más de falso que de cierto, pero su veracidad pasa por alto ante los individuos, ante el comportamiento reactivo inmediatista y descontextualizado que generan. Pero las etiquetas mediáticas o frames no son usadas aisladamente, se usan de manera planificada, de acuerdo a la agenda mediática.

A través de la Agenda mediática se establece el plan para los medios del mundo. Dicha agenda está bajo control de empresas y élites poderosas, y tiene un alto potencial para afectar la formación de la opinión pública, a favor de estos actores que la controlan. La agenda mediática determina qué historias serán importantes diseminar por los medios, de acuerdo al interés de estos actores. La agenda se pone en ejecución, especialmente vía Frames o etiquetas mediáticas.

A través de los frames o etiquetas, los medios promueven definiciones, interpretaciones, evaluaciones y recomendaciones particulares. Los frames se asocian espacial y temporalmente, en un sistema de mensajes interactivos. La influencia de los frames o etiquetas mediáticas se da de dos maneras: 1) como marcos de pensamiento, que consisten en simplificaciones mentales sobre interpretaciones de la realidad; y, 2) como marcos comunicacionales, que consisten en la transmisión recurrente de etiquetas mediáticas.

Veamos entonces, cómo es posible tal influencia de los medios, es decir, de qué se valen los medios para lograr tal efecto.

I.II. aspectos que influyen en la conformación de la opinion pública

Las decisiones por asociación, altamente emotivas y reactivas.

Comencemos por señalar que las partes más antiguas evolutivamente de nuestro cerebro, como lo son el cerebro límbico y el cerebro reptiliano, dominan buena parte de nuestras emociones, mientras que la corteza cerebral es muy activa en relación al aspecto racional. Buena parte de las costumbres, y en general, lo que se vuelve normal para nosotros, determina nuestra moralidad, es decir, lo que es bueno y lo que es malo, y reaccionamos ante lo que choque con esa moralidad. Estas reacciones son generalmente no conscientes, emotivas, no racionales, determinadas por los cerebros reptiliano y límbico. Los medios de comunicación actúan de manera muy activa, determinando lo que es y lo que no es normal, y activando nuestras emociones, sobre todo en los niños – luego de crear una creencia en nosotros, esta pasa a determinar lo que es normal, determinando nuestra moralidad en buena medida, influyendo de esta manera fuertemente en aquellas partes del cerebro cuya actividad es básicamente emotiva y reactiva –.

Por otra parte, cuando damos sentido a lo que ocurre en nuestro entorno podemos, en una primera instancia, razonar y concluir acerca de lo que ocurre, es decir, reflexionar, pero también, en una segunda instancia, podríamos asociar elementos de lo que ocurre con situaciones pasadas, de manera inconsciente, y a partir de allí tomar decisiones y actuar. En el primer caso se hace un análisis circunstancial, predominantemente vía la corteza cerebral, mientras que en el segundo caso actúan más aquellas partes del cerebro más antiguamente evolucionadas, teniendo una participación mucho más activa las emociones. Tales emociones normalmente están ligadas a un hecho o a un objeto, pero este podría no ser el caso cuando se usan mensajes subliminales, como veremos más abajo. En el segundo caso, categorizamos lo que ocurre a nuestro alrededor en base a prototipos, o ejemplos, o casos típicos, lo cual, como veremos, es usualmente explotado por los medios, valiéndose de mensajes repetitivos, aprovechando características de los cerebros reptiliano y límbico, en particular de ciertas emociones, para conducirnos a tomar decisiones de manera reactiva, y así controlarnos y manipularnos.

A.Emociones y estados de ánimo descontextualizados.

Para explotar el conocimiento por asociación, y su carácter altamente emocional y reactivo, los medios de comunicación se basan en una serie de mecanismos deshonestos y anti-éticos, como son los mensajes subliminales y los mensajes supraliminales descontextualizados. Los mensajes subliminales consisten en estímulos (primus) que envuelven a una persona por pocos milisegundos, y están por debajo del umbral de la percepción, o de la conciencia sensorial. De manera diferente, los mensajes supra-liminales involucran a la gente por períodos de tiempo mucho más largos que algunos milisegundos, y están sobre el umbral de la percepción sensorial. Sin embargo, los mensajes supra-liminales cuando no están apropiadamente contextualizados tienen un efecto parecido a los subliminales.

En el caso de los mensajes subliminales, la consciencia de la parte principal del mensaje es bloqueada por un segundo mensaje. No hay nada ni cognitivo ni pre-cognitivo envuelto en la percepción de tales mensajes, hay una máscara visual, que permite que la imagen sea considerada por solamente algunos milisegundos, lo cual interfiere con el conocimiento episódico de haber considerado el estímulo, pero no obstaculiza el conocimiento semántico de haber visto la imagen. Por lo tanto, se activa el significado pero no se informa a la memoria sobre el origen del significado, el cual ha sido bloqueado. Diversos elementos contextuales de la experiencia se pierden, incluyendo tiempo y espacio. El mensaje principal (inadecuadamente) se adhiere a los mensajes/estímulo subsecuentes, de modo que es sobre-clasificado (positivamente o negativamente). Su efecto afecta el comportamiento, e incluso los sueños e imaginación, así como otros aspectos de la vida.

Sin embargo, no sólo los mensajes subliminales, sino también los mensajes supraliminales, cuyo contexto es pobre, o casi inexistente, son usados frecuentemente por los medios para la manipulación social. En el caso de los mensajes descontextualizados, la memoria es informada, pero de manera inadecuada. Un ejemplo de este tipo de mensajes es cierto comercial de refrescos, mensaje supraliminal, en el cual el significado primario es obvio, relacionado a un primer asunto, la promoción del refresco, pero las personas están distraídas por un segundo asunto, como la presencia de una mujer que muestra aspectos de su sensualidad y belleza, activándose ciertas emociones y sentimientos asociados con la atracción sexual y la diversión, los cuales inconscientemente son asociados con la marca del refresco anunciado, lo que es engañoso y deshonesto..

Así, las emociones generadas sin valoración cognitiva (reflexión), apropiadas de situaciones pasadas, introducidas por los mensajes subliminales, o por mensajes supraliminales descontextualizados, aparecen de nuevo, al ser re-establecidas por asociación con lo que aparece en una nueva situación, lo que trae en el individuo (re-establece) sentimientos y conocimientos de la situación pasada, obviando las diferencias entre los contextos de las situaciones pasada y nueva.

Cuando estas emociones son muy recurrentes, y generan ansiedad, o cuando la consciencia es fuertemente bloqueada, tales emociones pueden dejar de estar conectadas a un objeto o evento particular, saliéndose del control de la memoria del individuo, y entonces ser asociadas con eventos u objetos que no tienen relación directa con el evento u objeto original que dio origen a dichas emociones. Esto ha sido usado en Venezuela para movilizar grupos, y generar situaciones caóticas, o apoyo incondicional, a ciertas propuestas de los partidos políticos/politiqueros o de grupos de poder, tales como: a) las guarimbas promovidas por sectores de la oposición a principios del año 2014, o, b) la acción de los grupos llamados colectivos, algunos de los cuales han agredido a quienes, siguiendo la Constitución Nacional, hacen reclamos al gobierno nacional o a poderes del Estado Venezolano (CNE, TSJ, entre otros), c) maltrato/destrucción de la academia y secuestro de la autonomía universitaria por parte de las mismas "autoridades" caducas, y de sus grupos aliados a diversos niveles de poder institucional, mientras se clama por una mal entendida/manipulada idea de autonomía y legitimidad, que solo sirve para favorecer a grupos que la usan para beneficio propio, ocultando sus verdaderas intenciones.

B.Condicionamiento y contagio individual.

El efecto de los medios, a través de los mensajes descontextualizados y subliminales, condiciona a la gente. El condicionamiento se entiende como la asociación de un estímulo con cierta respuesta del cerebro humano. En el proceso de condicionamiento aparecen dos estímulos apareados: un estímulo con carga emocional fuerte (por ejemplo, altamente atractivo, o adverso), y un estímulo neutral. Expliquémoslo con un caso. Se induce repetidamente un choque eléctrico (estímulo adverso), y en simultáneo se muestra el color azul (estímulo neutral). El choque eléctrico genera miedo. Este miedo (respuesta del cerebro) debido al choque eléctrico, se asocia al color azul (aunque este no lo haya producido). De esta manera, el estímulo que activa la emoción genera una respuesta que se asocia al estímulo neutral simultáneo al estímulo adverso (o sea, al color azul). Después de sufrir repetidamente los estímulos apareados, una persona condicionada a sentir miedo contra un estímulo neutral, como el color azul.

Este condicionamiento es creado también a través de las etiquetas mediáticas. Por ejemplo, al mostrarse simultáneamente la figura de un cierto individuo con características de musulmán (estímulo neutral), junto a una imagen o noticia con alto contenido emocional, que podría ser el efecto devastador de una bomba en un país del medio oriente (el cual constituye un estímulo adverso), crea injustamente condicionamiento negativo hacia cualquier persona de religión musulmana.

Luego de que cada individuo es condicionado por los medios de comunicación, viene el proceso de contagio emocional, el cual también tiene carácter inconsciente. El contagio se basa en la observación o la experiencia indirecta. De acuerdo a diversas investigaciones, los mecanismos humanos desarrollados evolucionariamente para el contagio emocional, y para el condicionamiento emocional, son los mismos. De esta manera, lo que un individuo hace, luego de ser condicionado por los medios de comunicación, es entonces transmitirlo a los otros, lo que hace un gran favor a los medios de comunicación

Finalmente, otro elemento importante a favor de los medios de comunicación es el efecto conformidad: la gente tiende a ver y opinar como la mayoría. Este elemento tan sencillo tiene una base psico-cognitiva muy importante: está comprobado que las áreas del dolor en el cerebro se activan cuando uno contradice a la mayoría. Por lo tanto, disentir de los otros, y ser rechazado por ellos, hiere, crea preocupación y pena, y, por lo tanto, tendemos a evitarlo. Los medios de comunicación llegan a muchos de nosotros, quienes somos condicionados, y luego transmitimos a muchos otros. Entonces, aquellos pocos que no han sido influenciados por los medios, y por la propagación de las opiniones promovidas por éstos, difícilmente podrán mantener su opinión independiente de los medios, debido al efecto conformidad.

Como vemos, diversos mecanismos son usados por los medios para manipular la opinión pública, comenzando por el recurrir a formas de conocimiento, o de dar sentido, que son altamente emocionales y reactivas, las cuales son condicionadas a través de mensajes subliminales y supraliminales descontextualizados, los cuales, a su vez, son destinados a las zonas de nuestro cerebro donde se fundan las emociones – cerebros resptiliano y límbico – . Tales mensajes introducen prototipos que permiten asociar situaciones, a veces sin conexión alguna real, basándose solamente en tales mensajes manipuladores. Finalmente, los medios se benefician de ciertos mecanismos sociales y evolutivos, como el contagio y el efecto conformidad, para general el entrampamiento y control casi total de la población, por las opiniones que se han planificado generar en la agenda setting.

Finalmente, las opiniones generadas por los medios de comunicación muchas veces crean tensión y estados de ánimo como ansiedad, lo que re-alimenta las opiniones promovidas con disposiciones o estados de ánimo mucho más reactivos.

II.III. consecuencias de la manipulación mediática

En particular, las redes sociales (twitter, facebook, etc.) pueden ser aún más efectivas, que los medios de comunicación tradicionales, para producir los efectos manipuladores descritos, debido a algunas características de los frames o etiquetas mediáticas en las redes sociales; por ejemplo, la corta longitud permitida de un mensaje del twitter no permite explicar el contexto. De esta manera, las redes sociales son excelentes para descontextualizar los hechos, fomentando comportamientos y emociones impulsivas/reactivas, evitando que se activen (inhibiendo) formas de dar sentido que involucren la corteza cerebral y la capacidad reflexiva del usuario ingenuo y desprevenido.

En términos generales, una consecuencia de la manipulación mediática tiene que ver con la misma capacidad de sobrevivencia del individuo y de la especie. El quehacer, la disposición y la acción concreta, en una sociedad con un buen potencial de sobrevivencia están asociadas a las demandas, exigencias y desafíos de su entorno, y no determinadas por las necesidades ficticias asociadas a la opinión inoculada por los medios de comunicación social, de acuerdo al interés de los grupos de presión y de poder, como ocurre en la sociedad actual. Los medios de comunicación, a través de la manipulación mediática, han roto/cortado la posibilidad de identificar necesidades reales, al crear un mundo, o una cultura, irreal, con necesidades ficticias. Ello tiene como consecuencia que nos mantengamos ocupados en asuntos de poca relevancia para la sobrevivencia de la especie a largo plazo, o para el bienestar social, mientras permanecemos sojuzgados por asuntos superfluos asociados al consumismo, descuidando cuestiones de gran relevancia como el medio ambiente, la efectividad de la democracia y la política pública, la justicia, la moral, la ética, o el bien común, en nuestras comunidades. Como vemos, la manipulación mediática tiene consecuencias en todos los ámbitos de nuestro quehacer, incluyendo el psicológico, el socio-político, y el ambiental.

Tomemos como ejemplo al efecto de conformidad. Este mecanismo ayuda a mantener a un grupo unido (zona de confort), siendo su mejor defensa. Sin embargo, al ser explotado éste efecto por los medios, esas capacidades de sobrevivencia se ponen a favor de ciertas élites y gobiernos, en detrimento de la humanidad. Bajo estas condiciones, el efecto de conformidad inhibe la creatividad e independencia de los individuos respecto al grupo (comunidad, o sociedad), teniendo efectos contrarios a la democracia (asociada a la disensión básica, y razonamiento humano autónomo).

Pero, las consecuencias involucran incluso asuntos morales y éticos. Por ejemplo, seleccionando algunas características de una realidad percibida y haciéndolas sobresalientes, las etiquetas mediáticas promueven una definición particular del problema, una cierta interpretación causal, e incluso una evaluación moral. Tales etiquetas mediáticas funcionan de cuatro maneras dominantes, las cuales juntas claramente manipulan la vida social: definen problemas, diagnostican sus causas, hacen juicios morales, y sugieren las soluciones. Por lo tanto, dichas etiquetas manipulan primero para introducir un problema, y después para sugerir una solución.

Para finalizar, dejamos al lector la tarea de evaluar lo acá presentado para el caso venezolano y latinoamericano. Entre las preguntas a hacernos están: ¿cuáles son los actores que manejan los medios sociales en la región latinoamericana, o en cada país, o en las instituciones? ¿A qué fin va dirigida la manipulación social? Obviamente, la respuesta aparecerá si identificamos los intereses grupales, los partidos politiqueros, los principales grupos económicos y de presión, así como grupos foráneos con intereses en la gran nación latinoamericana. Al pensar en los objetivos de estos actores, no podemos obviar el deseo de control de las riquezas de la región para sus propios beneficios.

 

oswaldoteranula@gmail.com



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