El pesado fardo del odio que llevan algunos encima

A veces nos encontramos con personas que suelen destilar rabia y odio, al punto que mienten con descaro -todos los días y cada vez que pueden- de cualquier cosa y califican a otras personas sin pruebas ni nada que se les parezca.

Como quien escribe no es psicólogo, aunque haya colocado en la UCV esta carrera como segunda opción, solo soy periodista y no me ocupo de analizar este tipo de problemas que parece surgido del alma y por eso, prefiero dejar aquí lo que es reseñado en la página El rincón de la psicología”.

En dicha página está un artículo titulado “La trampa del odio y el rencor” y en él se dice lo siguiente:

-”A una consulta de Psicología a menudo llegan personas que dicen odiar o sentir rencor hacia su ex pareja, el hijo o el padre que le abandonó, los políticos, los curas, los extranjeros… En fin, la lista de personas que se pueden odiar es prácticamente infinita”.

Y luego, “Muchas veces estas personas tienen una razón de base, de una u otra forma, se han sentido abandonados o engañados y esto ha despertado ese sentimiento negativo tan fuerte. Lo curioso es que todos ellos piensan que al odiar, le están haciendo daño al otro. No se dan cuenta de que se están haciendo daño a sí mismos”.

Y así añaden que “La persona, de cierta forma, se siente defraudada y comienza a generar dentro de su mente una serie de ideas negativas contra ese enemigo. Con el paso del tiempo, estas ideas aumentan su intensidad y pueden provocar numerosos problemas, desde la ansiedad hasta enfermedades psicosomáticas (de hecho, incluso hay escuelas de pensamiento que afirman que el odio profundo es una de las causas del cáncer, pero esto aún no se ha demostrado científicamente).”

Y finalmente, el autor o autores del artículo expresan que “... lo cierto es que ir por la vida cargado de odio y rencor es como tener que llevar siempre un pesado fardo a nuestra espalda que no nos deja ser del todo felices. Entonces, además de albergar sentimientos negativos, te estás negando la oportunidad de ser feliz. En resumen, lo veas por donde lo veas, estos sentimientos no generan nada positivo. Por eso lo mejor es trabajar para canalizarlos y eliminarlos de una vez y por todas”.

Por supuesto que es válido tratar el tema, porque todavía tenemos personas que la Derecha estadounidense, con sus cipayos latinoamericanos y europeos, ha estado intoxicando tanto en la nación venezolana como en otras latitudes.

Las intoxicaciones tienen dos vertientes. La primera va dirigida a la mente de las personas y tiene que ver con una amplísima cartelera de falsedades y la segunda, también tiene muchas mentiras pero va apoyada por un salario en dólares que paga todo el montaje teatral, como el que están intentando vender por el mundo, utilizando sus medios corrompidos y comprados o asociados.

Un ejemplo de ello es enviar informaciones falsas con imágenes que nunca se corresponden con la realidad, mientras sus agencias suelen ignorar lo que acontece, como lo hacen frente a una Venezuela que se transforma, que beneficia a la mayoría y que no se rinde.    



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Pedro Estacio


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