José Sant Roz, por su parte, en el artículo (04/08/11) señala que: “Anda brincando Miguel Henrique Otero en una pata porque a su abogado Juan Ernesto Garantón, la jueza Primero de Juicio del Área Metropolitana de Caracas, Nayluh Sánchez, admitió la acusación por los delitos de difamación e injuria agravadas y continuadas, formulada por Miguel Henrique Otero en contra de Mario Silva”.
Será cierta la especulación de Sant Roz o tal vez se le torció la jugada al señor Miguel Henrique Otero. Porque ya el Director del diario El Nacional no puede hacer su denuncia ni ante el SIP ni ante la OEA ni ante la ONU de que en Venezuela no hay justicia. Porque esa no-justicia venezolana ha admitido la acusación.
Será un feo patinazo del Director de El Nacional, que tal vez esperaba que ningún Tribunal admitiera ninguna acusación para luego salir a decir que en el régimen dictatorial no hay justicia. Porque ahora el señor Miguel Henrique Otero tendrá que admitir que hay justicia, pues han admitido una acusación que ha presentado su abogado Juan Ernesto Garantón.
Será que el señor Director de El Nacional cayó en su propia trampa pensando que iba a enarbolar la bandera denuncia la injusticia infinita que reina en Venezuela, o iba a salir a denunciar que la justicia está controlada por los aparatos gubernamentales. Cómo podrá exponer ahora, el señor Miguel Henrique Otero, en “Aló Ciudadano” su tesis de que no hay justicia.
Cuál será el ardid ahora, dirá el Director de El Nacional que la jueza Primero de Juicio del Área Metropolitana de Caracas, Nayluh Sánchez, fue manipulada y bajo amenaza del gobierno de Hugo Chávez admitió la acusación. Y por tanto la admisión de la acusación es un hecho que demuestra la falta de libertad de expresión y de cualquier otra libertad, es decir, de la falta de libertad judicial que impera en este gobierno bolivariano.
A lo mejor la próxima semana el abogado Juan Ernesto Garantón, en nombre del señor Miguel Henrique Otero, retire la acusación alejando que no está garantizado «el debido proceso» para llevar a juicio a Mario Silva. Y que no hay confianza que el tribunal haya actuado de manera imparcial. Se han visto casos.
Es interesante lo que irá a declarar el Director de El Nacional ante esta afrenta que le ha hecho la Jueza Nayluh Sánchez, al haber admitido la acusación. Posiblemente declare que la mencionada jueza está en componenda con Mario Silva y con el actual régimen. Cuáles serán las declaraciones de la SIP, ante este nuevo atropello causado por la jueza Primero de Juicio del Área Metropolitana de Caracas contra el señor Miguel Henrique Otero, al haber admitido la acusación.
En
verdad está el señor Henrique Otero en un problema, por qué como
explicará esta ofensa de la justicia venezolana contra su persona.
No puede desgarrarse las vestiduras, pues han admitido la acusación.
Ya se verán las artimañas de las cuales se valdrán para desprestigiar
al gobierno por este acto de la jueza.
Segunda consideración:
Me referiré a lo siguiente. José Sant Roz señala, en el mismo artículo antes citado, lo siguiente:
“Jamás el Ministerio Público, jamás un abogado de la república, ni funcionario alguno, movió un dedo para acusar a Miguel Henrique Otero por los delitos de difamación e injuria agravadas y continuadas, contra el Presidente de la República, contra la misma Nación.
Véanse centenares
de titulares de su inmundo periódico incitando al desconocimiento de
la Constitución, incitando a la violencia, promoviendo golpes de Estado,
mintiendo como bellacos y canallas por doquier; véanse sus manchetas,
artículos y editoriales plagados de infamia contra los pobres, contra
el Comandante, contra la patria. Eso para ningún fiscal público pareciera
ser “delitos de difamación e injuria agravadas y continuadas”.
Lo expresado por Sant Roz no es un problema del señor Henrique Otero. Es un problema de lo ineficaces e ineficientes que son los chavistas. Ya que éstos nunca tomaron ninguna acción para presentar ninguna acusación ni contra El Nacional ni contra el señor Henrique Otero ni contra nadie. Sólo se limitaron a declarar y a vociferar, pero no armaron ninguna acusación contra nadie ni la han armado.
Eso
demuestra lo señalado por el mismo Sant Roz en su artículo: “¿Qué
pasa cuando las formas de gobierno cambian, pero no los hombres?”
(02/08/11). Inacción que rebasa el no-hacer burocrático, y se perfila
más en una inacción política. En muchos casos en una acción política
blandengue.
Tercera consideración:
Que la acusación contra Mario Silva y admitida ésta por la jueza sirva a todos para hacer uso de los tribunales, y para dejar atrás tanta vocinglería, tanta declaración vana. Que si van a denunciar a ésta o aquella empresa de comunicación o tal político o tal periodista o a quien se considere que hace daño se busquen seriamente las pruebas y se presenten.
Porque muchos lo que quieren es figurar, «declaradores de oficio» o «denunciantes de oficio» que en última instancia no hacen nada, lo que saben hacer es hociquear a diestra y siniestra.
La
derecha no olvida ni perdona.