Aporrea Rebelde. ¡A qué no me conoces!

Aporrea nunca se ha disfrazado de nada que no haya sido su objetivo principal, ese que otorga a muchos usuarios,  la oportunidad de oro para expresar sus puntos de vista y algo más. Por ese objetivo ineludible ha sido atacada y silenciada por un espacio de tiempo, en el cual, vimos con estupor lo que creen ser capaces de hacer los incapaces. Lo que omiten e ignoran  estos ineptos y malintencionados es que este gran medio comunicador alternativo ha crecido de tal manera, que así como es la estupidez de desear silenciarlo, así  es de grande la cantidad de defensores, seguidores y adeptos a carta cabal que tiene Aporrea.  Aporreadores pues a granel y en todas las categorías…

 Así como es innegable que otrora nuestro país gozó de gran prestigio en sus carnavales hace algunas décadas, valga la época y la actualidad, este medio ha añejado su propia esencia para con un pueblo digno, noble y conocedor de lo que busca y desea. Es tal pues,  como es tan querida, visitada, despotricada, alabada y pare de contar, esta página en la web, quien nos permite expresarnos en todos los ámbitos comunicacionales.

 Qué carnavales aquellos cuando la gran mayoría de cantantes y orquestas famosas de música popular del caribe y el mundo se presentaban en diferentes clubes, para un público quien podía acudir a esos lugares, así como en los famosos templetes de plazas, calles barrios donde se gozaba al ver pasar los desfiles de diversas carrozas a la espera de las golosinas y periquitos que se pedían con el grito de “aquí es” y que la reina del carnaval lanzaba desde los carros adornados… Nuestro “aquí es” de los aporreadores es, la espera que nos publiquen, igual continuamos escribiendo, igual Aporrea te queremos y que conste: nos es aquella expresión tan conocida de “Te queremos Pedro”. Zape gato…

“En el Ávila es la cosa” y “de qué te vas a disfrazar, frases célebres y obligadas en las fiestas carnestolendas de aquella Caracas. En Aporrea, también “aquí es”,  como ya dije, pero no necesita ponerse careta sino no sea la de contar por medio de las letras lo que acontece a diario.  Está aquí  con  su rebeldía y ovarismo y sus perseguidores se los pasará por las mismas entrañas comunicadoras.  Este medio les va a costar una milla callarlo, menos lograrán desaparecerlo. Allí hemos volcado mucha gente, como se dice coloquialmente, nuestros deseos, suspiros, opiniones,  principios y demás decires y diretes, pero opiniones e informaciones al fin. Les costará una brecha silenciar con sus y que disfraces tan falsos como sus caretas con las que creen ocultar tan negras intenciones con tal de hacer “el gallo tapao” de todas sus ineptitudes y desastrosas decisiones, las cuales tienen sumido al país en este maremágnum de improvisaciones y circo de mala calidad… Y no se diga de los que les duele hasta la saciedad, la verdad con que se desnudan a los que se oponen al proceso revolucionario, quien es el centro de todo tipo de ataques. Todos desean hacer su fiesta de carnaval con Aporrea, pero ya no hay serpentinas, papelillos, globos ni caramelos con que ejecutar tales ataques. ¡Qué va! Aporrea les quita las intenciones a diario…

No podrán. Aporrea continuará dándoles duro, durísimo donde esté lo mal hecho, en las contradicciones, las desacertadas decisiones, con todo y las dificultades, no podrán llevar la página al oscurantismo. Sabemos que existen quienes escriben en este medio que no provoca ni voltear a medio leer sus escritos, pero hay que seguir adelante.  La razón de ser de nuestra querida página Aporrea es dejar opinar e informar; nació con la revolución y revolucionaria es y continuará siéndolo.  Con ella estamos y seguiremos al frente de esta vanguardia que no duerme en la vida comunicacional. Tipiando o tecleando estamos los que aquí, de alguna u otra manera, censurados o no por nuestras palabras plasmadas en páginas rebeldes y contestatarias, continuaremos dándole duro a una canalla y grupetes, quienes se creen infalibles. Estaremos de frente y pie, riéndonos de últimos (Aquello del que ríe mejor), tan cimarrones como Aporrea  es, diciéndoles como aquella famosa frase que lanzaban quienes se disfrazaban de las singulares  “negritas”, bien para chalequear; averiguar con quién andaba el o la consorte o “colearse sabroso” en todo sarao carnestolendo, allá cuando entraban gratis las primeras cien negritas en las fiestas.

Recordando aquellos tiempos tan felices y traídos a la evocación que bien valga la época de estas fiestas, Aporrea, les dirá sin disfraz, firme, aguerrida  y templaría  a  toda esa caterva de manipuladores e insensatos quienes pretenden cumplir con lo incumplible: ¡A QUÈ NO ME CONOCES!…

 

¡POR SUS ACCIONES LOS CONOCEREIS!...

 

 

*titereahi@hotmail.com

    



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