White american savage who is partly a neanderthal comes to Africa and shoot down a very rare black giraffe coutrsey of South Africa stupidity. Her name is Tess Thompson Talley. Please share pic.twitter.com/hSK93DOOaz
— AfricaDigest (@africlandpost) 16 de junio de 2018
“La salvaje blanca estadounidense que es en parte neandertal viene a África y derriba una jirafa negra muy rara, cortesía de la estupidez de Sudáfrica. Su nombre es Tess Thompson Talley. Por favor comparte. Si nuestros llamados gobiernos no pueden cuidar nuestra vida silvestre, entonces es hora de que nos levantemos y nos responsabilicemos de nuestro continente, tierras, recursos y vida silvestre … compartir compartir compartir! y tengamos una voz unida contra el saqueo de África, es el único hogar que tenemos”.
Estas últimas imágenes de caza de trofeos han desatado un gran debate en las redes sociales. En Sudáfrica, el negocio de dejar tierras a los turistas para cazar animales salvajes y exóticos es increíblemente lucrativo para el país y un gran atractivo para el turismo. Sin embargo, muchas personas locales no creen que el dinero sea una compensación lo suficientemente buena por la pérdida de la increíble vida salvaje de Sudáfrica, por no mencionar la crueldad a la que las criaturas son sometidas por los cazadores.
Se estima que alrededor de 1,7 millones de trofeos se comercializaron entre 2004 y 2014. De estos trofeos, aproximadamente 20,000 al año fueron animales que han sido clasificados como amenazados de extinción por la UICN. El 44% de los trofeos comercializados eran osos negros que solían cazarse en Canadá y los Estados Unidos. Cebras de montaña, leopardos, elefantes africanos, babuinos de Chacma y leones también se encontraban entre los trofeos más comercializados en el mundo.
En los últimos años, varios países han empezado a ceder ante la indignación pública por la caza de trofeos. Varios países, como Brasil, India, Kenia y Botswana, han prohibido la práctica en sus jurisdicciones. Otros países como Australia, Francia y los Países Bajos también han prohibido la importación de trofeos de leones, y es probable que el Reino Unido haga lo mismo.
Muchos sudafricanos esperan que su gobierno también haga lo mismo y prohíba la caza de trofeos. Sin embargo, otros son más cínicos señalando que, dado que al gobierno no parece importarle demasiado abordar problemas humanos serios como la pobreza, el aumento de la delincuencia y los abusos contra los derechos humanos, es muy poco probable que actúen para proteger a los animales.