La economía de la guerra presiona

La economía de la guerra es una organización capitalista universal. Es un modelo establecido mucho antes que el modelo neoliberal, para imponer la ideología imperial y su influencia en el mundo. Subordina a voluntad gobiernos y libre de toda clase de aspiraciones políticas directas, ejerce poder en amplias zonas del mundo, capaces de crear nuevas geografías económicas. Las regiones comprometidas en estos conflictos son considerables, sin importar la neutralidad de algunas naciones, todas influyen en la armonía de la guerra con su papel y por sus intereses de paz en la política mundial, ya que al no estar atados al conflicto es un gran conflicto regional, políticamente hablando.

Desde la segunda guerra mundial, cuatro parámetros sostienen la economía de guerra: Primero, las alianzas, hoy coaliciones, en tiempo de paz seden su lugar a la guerra fría. Segundo, las grandes potencias comprometidas en esta guerra fría, nuevamente caliente, llegaron a un empate nuclear, disuasión, otro negocio exclusivo de los militares. Tercero, las naciones subdesarrolladas han incrementado constantemente los gastos de defensa, bajo la estupidez, que si mantienen los gastos militares bajo el 10% del PIB, todo está normal. Cuarto, el veto del consejo de seguridad permanente de la ONU. El envió de tropas, cascos azules, obliga a los países en conflicto, a colocar primero sus tanques, para crear derechos de primer ocupante, como lo ocurrido en la guerra Yugoslava y en muchas otras. Ya todo el planeta esta envenenado por el negocio de la guerra, causante de la crisis financiera.

A lo largo de toda la historia, los Estados Unidos utilizo el veto como arma de lucha, manifestando constantemente su desprecio por los acuerdos, tratados, firmados en la ONU o entre países. Es la nación que más ha roto los compromisos adquiridos especialmente para la no proliferación de armas de destrucción masiva. Químicas, biológicas, nucleares y convencionales. Puesto que su pensamiento es un interés por gobernar el mundo no titubean en anular cualquier voto de la mayoría, no favorable a la expansión militar.

La política exterior que venía cultivando sin interrupción la administración Bush, dieron muestras de ser productivas para el negocio de las armas, pues registro un aumento entre el 33 al 46% promedio global. Aumento el temor por las guerras y extendió su influencia militar y la de sus aliados al Cáucaso. Y, cosa de no menor importancia, encontró una formula diplomática para instalar sistemas del escudo anti-misiles en Checoslovaquia, Polonia, los últimos conflictos diplomáticos entre Ucrania y Rusia por el gas a Europa, la importancia dada a Afganistán, determina los proyectos que Obama debe cultivar en Asia para cercar a Rusia.

Hillary Clinton visita el continente asiático y automáticamente recrudecen las pugnas entre las dos Coreas, aumenta la matanza de civiles en Irak y Afganistán por tropas de los EEUU. Así pues, no hay un Obama desalentado por la crisis, al contrario, está hambriento de éxito militar. Recordó al ministro de defensa colombiano con 580 millones de dólares que el plan Colombia continua y necesitan de respuestas inmediatas. Apenas llegar a su país el ministro Santos, amenaza a sus vecinos, especialmente Ecuador, que la guerra contra la guerrilla se la realizara fuera del territorio colombiano si el caso lo amerita ¿coincidencia? No, estrategia. Uribe utiliza una guerra para su reelección y para ocultar sus problemas de narco –gobierno, abuso de poder del modelo de seguridad democrática ejercitado por las inteligencias de EEUU, Inglaterra e Israel, naciones que alquilan el país. Intentando la rápida conversión de victorias en perspectiva en victorias realizadas, espoleando el negocio de las armas y drogas, desde esos dos países de interés, Afganistán y Colombia. Lo que está ocurriendo con México, tampoco es una lucha contra las drogas, el plan Mérida persigue incluso el control del transporte de la cocaína que pasa por esa nación fronteriza con EEUU. Quieren acapararlo todo.

Las dos, armas y drogas, son negocios controlados por el capitalismo, la rentabilidad es muy alta. Las armas son un negocio de más de un billón de dólares, necesita de las guerras y los conflictos para alimentarse, 15 naciones absorben el 80% de ese negocio, liderado por los norteamericanos, dueños de la mayoría de las patentes. Solo en Irak necesitan 180 millones de dólares diarios para sostener su fuerza militar estancada por 6 años. Nación que tiene petróleo y todavía está lejos de su producción de 4 millones de barriles, anda por los 2.7 millones de barriles diarios. Pero no tiene drogas, otro negocio rentable que necesita de la adicción como mercado para expandirse, a mayor adicción mayor consumo, los estadounidenses ponen los clientes igual que los europeos, por su volumen y valor en la venta al detalle calculada en 500 mil millones de dólares a nivel mundial el negocio de las drogas, según UNDCP de naciones unidas.

Cocaína, heroína, drogas sintéticas y marihuana, son los productos que más de 300 millones de consumidores necesitan para calmar su compulsión y hacen del negocio, rentable. Cocaína, producida en Colombia en un 90%, heroína, producida en Afganistán en un 90%, las dos abarcan el 80% de esos 500 mil millones de dólares del tráfico de estupefacientes. En esos dos países, EEUU ejerce presión para recuperar la economía de la guerra. La violencia, la pobreza terminan de ampliar el conjunto de efectos colaterales que impulsan los conflictos, unidos al temor, son el conjunto de estrategias que la economía de la guerra necesita sostener en los países pequeños para provocar vacios de autoridad, dificultades, tensiones, política interna siempre en crisis, hacen interminable los días de guerra.


rcpuma061@yahoo.com


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Raúl Crespo


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