Un Nobel para Octavio Quintero

Cuando en 1987 el Comité Nobel noruego otorgó al Premio Nobel de la Paz al Dr. Oscar Arias Sánchez, lo hizo en reconocimiento al rol estelar que jugó en la búsqueda de caminos para la negociación política que abrieran espacios para lograr acuerdos de paz en la etapa final del conflicto militar en que se debatían casi todos los países centroamericanos. Sin mezquindad alguna, la designación otorgada al Dr. Arias Sánchez, fue avalada por todos los sectores políticos de Costa Rica, sin exclusión alguna y se puede decir que, en esencia fue un reconocimiento además a la vocación democrática y civilista del pueblo costarricense y en este sentido afirmo que el Dr. Arias Sánchez, al tomar la iniciativa de buscar espacios de negociación en la región, lo hizo interpretando fielmente la vocación democrática y evolución histórica de la sociedad costarricense.

En dos décadas que han transcurrido desde el otorgamiento del Premio Nobel de la Paz al Dr. Arias Sánchez , su pensamiento e ideas sobre economía y desarrollo no han cambiado, siguen siendo las mismas, así que el reconocimiento otorgado, al margen de consideraciones ideológicas, fue por su iniciativa de carácter político, que buscaba como así fue, sentar en la mesa de negociación a sectores enfrentados, a sectores insurgentes y estados nacionales que no le encontraban salida a un conflicto que solo tenía expresión militar. El proceso de transformación de la economía costarricense, que incluye la pérdida de los acentos tradicionales en la cuestión social y que transita por la venta de empresas patrimonio del estado nacional, que nos lleva hasta el presente con la apertura de mercados regulados para la actividad bancaria, telecomunicaciones, energía y seguros mercantiles, se inició durante la primera administración de gobierno del Dr. Arias Sánchez de 1986 a 1990, por lo que su pensamiento económico ha ido al ritmo que lo dicta el mundo actual y a la necesidad estratégica, conforme a su visión e intereses, de insertar la economía costarricense en un nuevo escenario internacional y en este sentido se puede afirmar que el Dr. Arias Sánchez como político, es un hombre que, aunque no estemos de acuerdo con él, sabe moverse en el mundo de hoy.

La política exterior de Costa Rica en la actualidad es una demostración de esto último. El rompimiento de relaciones políticas, diplomáticas y comerciales con Taiwan y el reconocimiento de la República Popular China como único representante del pueblo chino y el desarrollo posterior de un período de crecientes reconocimientos mutuos que alcanzan su punto más alto con la visita a Costa Rica del Presidente Hu Jintao, el traslado de la embajada costarricense en Israel de Jerusalem a Tel Aviv que se constituye en una señal positiva para el mundo árabe con el cual se han activado relaciones más allá del simple intercambio de notas diplomáticas y reconocimientos mutuos, y la decisión soberana del país de buscar un replanteamiento de las relaciones diplomáticas con la República Bolivariana de Venezuela, para llevarlas al mejor nivel posible y necesario conforme al interés de ambas naciones, es un reflejo de importantes decisiones políticas tomadas en virtud del reconocimiento de realidades en el mundo contemporáneo.

No obstante que el proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio de Centroamérica, República Dominicana y los Estados Unidos se desarrolló durante la administración anterior a su actual período constitucional de gobierno, las coincidencias del Dr. Arias Sánchez con los contenidos esenciales del TLC, eran evidentes, pues se correspondían con su visión sobre política económica y desarrollo por la cual debía transitar Costa Rica y en tal sentido durante la campaña electoral que culmina con el “ajustadísimo” triunfo electoral que lo lleva a la Presidencia de Costa Rica, se manifestó en forma radical a favor del tratado.

No obstante su precario triunfo en las elecciones de febrero del 2006, frente a una fuerza política alternativa con posiciones diametralmente opuestas en cuanto al TLC se refiere, que producen un acomodo del paisaje político costarricense, que obligaban a su gobierno a una política de encuentros sobre temas sustantivos presentes en la agenda del país, todas las iniciativas políticas de la administración Arias pasaron de propuesta electoral a convertirse en agenda de gobierno con la finalidad inmediata de crear las condiciones legales e institucionales para la aprobación legislativa del TLC, ignorando de tal manera la correlación de fuerzas vigente en el seno de la sociedad costarricense. Una coalición parlamentaria integrada de diversas fuerzas políticas del centro derecha del espectro político del país, abrió los espacios necesarios para el trámite del tratado y su agenda de implementación, pese a una enconada oposición partidos alternativos con representación legislativa y un amplio movimiento social durante un largo proceso de movilización y lucha de los sectores más avanzados del pueblo costarricense. Tal situación obligó a la administración Arias, en virtud de la situación de quiebre social en que se encontraba el país, a someter el TLC al escrutinio del país por la vía del referéndum, con los resultados conocidos internacionalmente.

Al contrario de lo acontecido en el resto de los países de Centroamérica, la aprobación y puesta en marcha del Tratado de Libre Comercio suscrito entre los países del área, República Dominicana y los Estados Unidos, se dio en Costa Rica en las condiciones de una prolongada movilización nacional de resistencia y un gobierno que acudió a todos los recursos e iniciativas políticas, rozando los límites de la legalidad, para vencerla.

En el resto de los países del área, sin excepción alguna, con un desarrollo de fuerzas políticas de izquierda y sectores militantes con amplia tradición de lucha por cualquier vía, en contra de dictaduras dinásticas y gobiernos militares, el TLC fue aprobado a golpe de tambor , al ritmo de las demandas de los sectores empresariales nacionales y transnacionales, beneficiarios de las condiciones de intercambio comercial que se derivan del TLC.

Partidos políticos como el Frente Sandinista de Liberación Nacional y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, con todo su poder de movilización y convocatoria, el primero ahora en funciones de gobierno en Nicaragua y el segundo en ruta de asumir las riendas del gobierno en El Salvador, fueron omisos por incapacidad u oportunismo político en oponer resistencia sustantiva alguna, salvo manifestaciones de movilización social aisladas, a la aprobación del TLC, en los términos de urgencia que lo reclamaban los sectores empresariales, nacionales y transnacionales interesados.

El Tratado de Libre Comercio, al cual ha quedado incorporado Costa Rica a partir del 01 de enero del presente año, solo podrá ser juzgado por sus resultados en el corto y mediano plazos. Definido por la Administración Arias como la más importante herramienta para el desarrollo y crecimiento de la economía nacional, se convierte desde su perspectiva en un medio promotor de un proceso de expansión de las exportaciones hacia el mercado norteamericano y de atracción de inversiones de capital originario de los Estados Unidos, en diversas áreas de la actividad económica del país. No obstante por la situación de recesión en que ha entrado la economía del socio mayor del TLC, los pronósticos indican que los resultados y objetivos están muy lejos de lograrse y en consecuencia es previsible, y ya está en marcha, un importante deterioro de las condiciones tanto internas como externas de la economía costarricense. Corresponderá en estas circunstancias, a las fuerzas políticas alternativas y al movimiento social del país que en el pasado reciente se opusieron a la aprobación del TLC, emprender las acciones políticas que se consideren pertinentes para neutralizar, por la vía de la legalidad democrática, los efectos negativos que se puedan derivar e incorporar a la agenda del país un proceso de renegociación del TLC, iniciativa que ya sido acogida por importantes sectores políticos y gremiales del país.

Octavio Quintero en su consideración final sobre las condiciones en que Costa Rica asume su incorporación al TLC, pone de manifiesto su desconocimiento del contexto en que el mismo fue aprobado, la evolución de la economía costarricense en los últimos años, las fortalezas y debilidades en que asume las nuevas condiciones derivadas del TLC, y el rol que ha jugado y juega el Dr. Arias Sánchez en la vida política del país, con toda la carga de factores positivos y negativos que se le puedan atribuir.

fedepuko@yahoo.es




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Federico Picado Gómez


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