En el 2000 se preveía que el conflicto colombiano se trasladaría a Ecuador

ENTREVISTA
”Hubo un deterioro del papel de EEUU en América Latina"

Por Ysrrael Camero
Venezuela Analítica
Jueves, 8 de marzo de 2001

Kintto Lucas es un profuso y profundo investigador de las realidades políticas y sociales del continente, entre sus publicaciones se encuentran La rebelión de los indios (2000), Rebeliones indígenas y negras en América Latina (1992), Mujeres del Siglo XX (1997), y Apuntes sobre fútbol (1998). Durante el año 2000 publicó un acucioso análisis sobre la nueva política estadounidense hacia la región, a través del desarrollo y puesta en práctica del Plan Colombia, titulado La paz armada y editado por la Editorial Planeta. Allí Lucas expresa sus serias y fundamentadas dudas sobre las posibilidades de paz en la región con la nueva política estadounidenses. Considera Lucas que el Plan Colombia colaborará con el recrudecimiento de la violencia colombiana y su extensión hacia toda la región andina. Venezuela Analítica ha decidido entrevistar al investigador.

- V. A: Luego de la elección del republicano George W. Bush como Presidente de los Estados Unidos muchos temen un recrudecimiento de la violencia en Colombia y una mayor posibilidad de una intervención directa de los EEUU en el conflicto colombiano poniendo en peligro a toda la región ¿La transformación del Plan Colombia en un plan regional por parte de Estados Unidos refleja una transformación respecto a la política de Bill Clinton? ¿El gobierno republicano seguirá una línea dura?

- Kintto Lucas: El Plan Colombia es parte de una política de Estado que está más allá del gobierno de turno. Desde un comienzo estaba claro de que era un plan regional aunque algunos voceros estadounidenses y colombianos se empeñaran en demostrar que no lo era. La diferencia está en que un gobierno de Bush puede presionar más para que se acelere el plan. Bush puede ser como su padre o Ronald Reagan, alguien que quiere ver resultados rápidos a favor de Estados Unidos aunque esos resultados vayan en contra de toda la región andina. Clinton perseguía el mismo objetivo, pero posiblemente lo pondría en práctica de forma más gradual. Al final el efecto sería el mismo. Por la búsqueda de esa efectividad, Bush y sus cercanos colaboradores como Colin Powel no andan con rodeos y dicen clarito de que éste es un plan regional, mientras Clinton y sus colaboradores hacían gala de la hipocresía y lo negaban. Pero si se consultaba a cualquier militar de rango colombiano, él le decía que el Plan Colombia era una propuesta regional. El propio Ministro de Defensa colombiano llegó a decir cierta vez que luego de iniciadas las fumigaciones coordinarían acciones con las fuerzas armadas ecuatorianas en alusión indirecta a la regionalización. Por lo tanto, no hay una transformación de la política con el cambio de gobierno en Estados Unidos, hay matices en la aplicación del plan que al final llevan al mismo objetivo. En todo caso ni Clinton ni Bush piensan en una intervención militar directa como en Panamá. La idea es otro tipo de intervención.
Basándose en las propias fuerzas armadas colombianas y las de los países que se quieran sumarse, Estados Unidos les brindará la inteligencia en tiempo real con sus aviones a través de la base de Manta y otras; mantendrá instructores militares para esas fuerzas armadas como los más 500 que ya están en Colombia; prestará el dinero para que compren armas a su industria armamentista; obviará el accionar de los paramilitares y de mercenarios internacionales contratados especialmente a empresas norteamericanas para que actúen en Colombia; y en último caso tal vez pueda apoyar con bombardeos a posiciones rebeldes si es necesario. Pero ni los demócratas antes ni los republicanos ahora quieren involucrar tropas directas porque saben que les puede costar mucho y se puede producir otro Vietnam.

- V. A: ¿Están los países vecinos a Colombia preparados para las consecuencias regionales de la aplicación del Plan Colombia?

- Kintto Lucas: Es una paradoja que los gobiernos más preparados para enfrentar las consecuencias regionales del plan sean los que más se oponen a él como Brasil y Venezuela. Mientras los que tienen menos condiciones económicas y militares sean los que aceptaron más fácilmente su involucramiento en el plan, ya sea aceptando la instalación de bases estadounidenses en su territorio o permitiendo la utilización de sus bases por parte de aviones norteamericanos que van en ayuda de las fuerzas armadas colombianas. Con respecto al Plan Colombia y hacia la política general de combate a la droga, los países del área han marcado posiciones muy distintas. Venezuela y Brasil piden que se combata al narcotráfico en Estados Unidos. Además, creen que militarizar el combate al narcotráfico sólo traerá más conflicto a la región y no están de acuerdo en involucrarse en una "guerra ajena". Sin embargo hay gobiernos de otros países como Ecuador que, según su Ministro de Defensa Hugo Unda, creen que la única forma de acabar el narcotráfico es regionalizar el combate. Perú también, por su propia debilidad institucional está a merced de lo que proponga Estados Unidos. En todo caso, a favor o en contra del plan, creo que todos saben de los peligros que acarrea una regionalización de la guerra que se sabe cuándo empieza pero no cuando termina.

Más allá de su posición de apoyo o rechazo, todos los países han movilizado miles de soldados a sus fronteras para prevenir las consecuencias que se puedan presentar con la guerra al sur. Pero los tiempos cambian y algunos países que fueron hasta hace poco fieles aliados de Washington, en especial Brasil, presentan ahora gobiernos menos proclives a someterse a su lógica y defender sus intereses. Ante esa pérdida gradual de hegemonía en la región, la respuesta estadounidense es una apuesta a la intensificación de la guerra, terreno en el que confía que puede aventajar a sus rivales e involucrar a otros países de la región en la estrategia del Pentágono. De ahí que detener la escalada bélica, o circunscribirla, sea la tarea prioritaria para algunos países, como Brasil y Venezuela. Este último ve con preocupación el acento militar que tiene el Plan Colombia, porque puede ser contraproducente para los fines de paz en ese país y tener efectos negativos sobre la región. Otro punto es el desequilibrio bélico que podría producir en la región andina la escalada armamentista que plantea el Plan Colombia; la contaminación de las cuencas hidrográficas por efecto de fumigaciones y, sobre todo, la eventualidad de que haya un desplazamiento del narcotráfico y la guerrilla hacia su territorio.

Además, Venezuela acepta a la guerrilla como fuerza beligerante. Otro factor influyente y una piedra en el zapato de Clinton es el papel jugado por Venezuela en la revitalización de la OPEP y el aumento en el precio del barril de petróleo. Desde que Chávez llegó al gobierno, el precio del crudo se multiplicó por tres, obligando a Estados Unidos a sacar parte de sus reservas al mercado.

- V. A: ¿El Tratado de "Los Pozos" entre Andrés Pastrana y Manuel Marulanda es viable con la puesta en práctica del Plan Colombia?

- Kintto Lucas: Los diálogos de paz significan una esperanza para los colombianos y los habitantes del resto de la región andina porque son la única forma de parar o mediatizar una guerra que lleva 40 años. Sin embargo, van en contra de la propuesta belicista del Plan Colombia. Son dos proyectos que se contradicen y por lo tanto los diálogos no son viables con la implementación del Plan Colombia. En ese sentido la actitud del gobierno colombiano parece un tanto contradictoria: por un lado apuesta a la paz con las conversaciones y por el otro, presionado por Estados Unidos, apuesta a la guerra. Esa actitud ambigua crea mucha dudas y abre interrogantes: ¿Los diálogos no serán parte de la misma estrategia de guerra de los gobiernos de Estados Unidos y Colombia? ¿No se estará queriendo ganar tiempo para que las fuerzas armadas colombianas y sus posibles aliadas en la región estén en mejores condiciones cuando la guerra sea total?. Parece un chiste que el gobierno de Estados Unidos y el propio jefe de los paramilitares Carlos Castaño, hayan pedido al presidente colombiano Andrés Pastrana que amplíe el tiempo de duración de la zona de despeje. Hay estrategas militares que dicen que la idea de los dos gobiernos es identificar zonas rebeldes y mantener los diálogos mientras se ablanda a la guerrilla con la acción de paramilitares en sus zonas fuertes, como el caso del Putumayo, para que después entren en combate los batallones especiales adiestrados por instructores norteamericanos. Entonces, cuando la guerrilla esté debilitada imponer los acuerdos, lo que sería casi semejante a una rendición. Cometen un grave error porque no creo que la guerrilla sea derrotada tan fácilmente, lo único que puede ocurrir es que se profundice la guerra y salté las fronteras como ya está ocurriendo

- V.A: La crisis política, económica y social que vive Ecuador. Las elecciones en el Perú postfujimorista. La compleja estructuración del régimen liderado por Hugo Chávez en Venezuela ¿De que manera se integra la política del Plan Colombia en las realidades de los países andinos?

- Kintto Lucas: La implementación del Plan Colombia forma parte de un nuevo modelo geoestratégico que intenta implementar Estados Unidos para mantener su hegemonía política y económica en América Latina, ante un reagrupamiento geopolítico liderado por Brasil y Venezuela en lo que siempre fue considerado su patio trasero, y la creciente influencia de la Unión Europea en la región.
Una victoria militar en Colombia podría significarle a Estados Unidos el control de una zona petrolera todavía no suficientemente explotada por la presencia guerrillera, con lo que significa eso en lo económico y estratégico, además del manejo de una región rica en biodiversidad y recursos hídricos.

Ha habido un deterioro del papel de Estados Unidos en América Latina, con un distanciamiento político y económico de Brasil, que convocó el año pasado a una cumbre de presidentes latinoamericanos sin la presencia estadounidense para marcar las críticas al intervencionismo y buscar alianzas regionales que permitan enfrentar en mejores condiciones un posible futuro tratado de libre comercio a nivel de las Américas.

Dentro de ese esquema, el combate a las plantaciones de coca se presenta sólo como una excusa y una forma de socavar las bases sociales de la guerrilla. La inestabilidad política en Ecuador, Bolivia y Perú (países directa o indirectamente involucrados en el Plan Colombia), que se mantiene latente y amenaza con desembocar en estallidos sociales de trascendencia debido a la profunda crisis social y económica que viven, no parece tener solución a corto plazo, y responde a un nuevo alineamiento de fuerzas y a la emergencia de ciudadanías movilizadas que exigen participación en los asuntos públicos.

Si a esa realidad se suma la de Venezuela que en diciembre de 1998 vio colapsar el sistema de partidos políticos abriéndole las puertas de la presidencia a Hugo Chávez y la situación colombiana donde la guerrilla controla gran parte del país, tenemos configurado un mapa andino sumamente agitado que preocupa a Washington y que quiere controlar. Para eso apuesta a su injerencia a través del Plan Colombia, que amenaza con desatar una guerra regional de impredecibles consecuencias.

En esta guerra se involucran todas las fuerzas beligerantes de Colombia y los escenarios de violencia se amplían a nivel regional. La regionalización no es inevitable, pero depende mucho de la actuación de los gobiernos de la zona. Si estos mantienen una posición neutral de no involucrarse directamente en el conflicto, reconociendo como fuerza beligerante a la guerrilla y no permitiendo que la guerra sea llevada directamente a sus países, podría evitarse.
Sin embargo, es tal la presión de Estados Unidos, que parece casi imposible que la guerra interna en Colombia no salte las fronteras. Es muy distinto que los países sufran efectos colaterales de la guerra como el desplazamiento, o que efectivos insurgentes crucen las frontera para comprar pertrechos, a que los enfrentamientos se trasladen a esos países, que los ejércitos de esos países entren en combate o que se trasladen las plantaciones de coca al territorio de esas naciones.

kintto@yahoo.com


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Kintto Lucas


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