Se fue Trump, llegó Biden, siguen las sanciones, cambian CNE y la oposición no arranca

En 1959-62 aproximadamente, la oposición al gobierno de Betancourt alcanzó niveles desbordantes. Es difícil o poco común en la historia de Venezuela, identificar un gobierno más débil que ese. Aparte de su debilidad por el carácter de su propuesta política y económica, sustentada esta en rebajas y congelamientos de salarios, devaluación de la moneda, liberación de los precios y alza sustantivas en los servicios públicos, exageradas y complacientes disposiciones en favor a la entrada del capital externo, aquello de la sustitución de importaciones, destinada a explotar de manera inclemente la calificada mano de obra nacional y la capacidad adquisitiva interna, derivada de la renta petrolera, quienes con él se quedaron, formando gobierno, como señalaremos más adelante, tampoco se sentían satisfechos, tanto dentro del partido AD, como entre los integrantes del Pacto de Punto Fijo.

El partido de gobierno se había dividido dos (2) veces. Primero, con el nacimiento del MIR, no sólo se fue casi toda la militancia juvenil y figuras importantes de la política como Domingo Alberto Rangel, Gumersindo Rodríguez, entonces además dirigente político, uno de los columnistas de la prensa más leído en Venezuela, Moisés Moleiro, Celso Fortoul, Américo Martín y una larga lista que ahora, en este momento no recuerdo, sino una numerosa cantidad de cuadros partidistas y de figuración en los diferentes espacios de la vida nacional como el artistas, escritores, periodistas, etc..

Poco tiempo después, se produjo una nueva división con la salida de AD del llamado Grupo ARS, apodado irónicamente así por Betancourt, por aquella agencia publicitaria dirigida por Arturo Uslar Pietri y el gran novelista cubano, entonces residenciado en Venezuela, Alejo Carpentier, que usaba como eslogan aquello de "déjenos pensar por usted". Con este sector o grupo ARS, encabezado por Raúl Ramos Jiménez, entonces una figura descollante en la política venezolana, se separó de la AD de Betancourt, un no sólo significativo número de cuadros altos y medios, sino también una cuantiosa militancia.

Con ambos desprendimientos, AD y el gobierno, perdieron de manera sustantiva el apoyo del movimiento obrero. Pues pese el Buró Sindical de AD, comandado por aquel grupo apodado "los bueyes cansados", se quedó apoyando a Betancourt, su influencia en las masas de trabajadores era insignificante. Era una simple estructura burocrática, sin mucho sustento en las bases. Pero además, vale acotar que, buena parte de ella adhería las propuestas del Dr. Prieto, lo que es lo mismo que decir que, casi todo el movimiento obrero adeco mismo, era contrario a las políticas gubernamentales.

La más amplia base del movimiento sindical venezolano estaba, en ese momento, comandada por el MIR y el PCV y en menor parte por gente de URD que estaba en el gobierno, pero descontenta con este por demás.

Pero hay más. Pese toda aquella debacle, dentro de AD, como ante dijimos, quedó una fuerte tendencia comandada por el Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa y "El indio" Paz Galarraga, un influyente político de origen zuliano, con apoyo en el universo de los trabajadores de la docencia y el poco movimiento obrero que allí quedaba, que siguió en confrontaciones con Betancourt, hasta llegar a separarse también de AD con posterioridad. Circunstancia esta que pudo haberse adelantado si los acontecimientos se hubiesen desenvuelto con normalidad, atendiendo a la lógica, lo que demandaba la realidad y la dialéctica. Y no olvidemos que el movimiento estudiantil venezolano, entonces muy activo en las luchas políticas y reivindicativas, entonces compuesto por el sector universitario y de educación media, estaba en su determinante mayoría en favor de las luchas populares que lideraba la izquierda o sea el PCV y el MIR.

Pero todavía, pese todo, no hemos dicho lo que quizás para muchos sería lo más contundente, lo inherente al frente militar.

Los alzamientos militares de Carúpano y Puerto Cabello, creo, si mi memoria no me falla, pues como tantas veces lo digo, me excedo en apelar a la memoria, producidos en ese mismo orden, demostraron la inconformidad que en ese universo había contra el gobierno. Uno y otro produjeron una enorme consternación en Venezuela y al mismo tiempo pusieron en serios aprietos al gobierno que hubo de desatar una represión intensa y sin distinciones. Y lo que es más significativo, entre un alzamiento y otro, sólo medió un mes de distancia, pues ambos se produjeron entre junio y julio de 1962, de donde se puede pensar que, si quienes los comandaron u organizaron hubiesen operado de manera sincronizada pudieron haber derrocado al gobierno, más si pensamos en el movimiento de masas que aquello pudo haber producido, si los partidos hubiesen actuado acertadamente.

Pero si se recuerda los detalles de aquellos alzamientos, donde todas las fuerzas acantonadas en una ciudad y otra, todos los componentes militares actuaron plenamente de acuerdo, se puede colegir el grado de descontento en el frente militar, lo que es más elocuente, si se toma en cuenta que, en ambos alzamientos, predominó la influencia del sector izquierdista que, para aquella época, ya había optado por la lucha armada y particularmente la guerrillera.

Todo lo escrito anteriormente tiene como finalidad poner énfasis, de cómo la izquierda de entonces, que incluía al PCV, MIR, factores de URD e independientes, aglutinaba la suficiente fuerza, como para formar un frente que, en las inmediatas elecciones que ganó Raúl Leoni, podía derrotar con facilidad la candidatura del partido de gobierno, más cuando el puntofijismo había llegado a su final. Es bueno recordar además que, en el seno de Copei, importantes fuerzas que incluían hasta al propio Luis Herrera Campins, estaban en absoluto desacuerdo con las políticas de Betancourt. Y en cuanto a URD, no sólo el fuerte grupo izquierdista que allí había, comandado por José Herrera Oropeza y Víctor José Ochoa, sino que hasta el propio Jóvito Villalba, Luis Miquilena y José Vicente Rangel, entonces un político muy discreto y cercano a los dos anteriormente mencionados, tampoco se sentían satisfechos y eran proclives a romper con Betancourt dada una circunstancia u opción muy bien pensada y planificada. Recordemos que este partido, restó su respaldo al gobierno de Betancourt a raíz de aquella reunión de la OEA, donde el entonces canciller de Venezuela, Ignacio Luis Arcaya, militante del mismo, se negó a votar por condenar a Cuba y aquello determinó la salida de ese partido del "pacto de Punto Fijo".

En aquellas circunstancias y dadas las luchas de los trabajadores en defensa de su salario, persistentes protestas estudiantiles, Betancourt optó, como quien se aferra a un salvavidas en medio del océano ante el naufragio, jugarse la última carta, profundizar al máximo la represión, tanto que usó aquella irresponsable y criminal frase de "disparen primero y averigüen después", antes de los alzamientos militares. Fue aquello una planificada trampa para llevar a la izquierda a optar por prácticas y acciones ilegales, como casi única manera de combatir al gobierno o como se dijo entonces darle prioridad a eso, que justificaran la ilegalización de los partidos, sindicatos y organizaciones estudiantiles que le hacían enconada oposición y en consecuencia, la radical represión que caracterizó su período. Betancourt supo que la izquierda optaría por la lucha guerrillera y, en consecuencia, al enfrentamiento con un sector donde había tenido suficientes simpatías, el militar.

Esta salida, sirvió para que en la izquierda, PCV, MIR, la de URD que comenzó a ser liderada por Fabricio Ojeda, en lugar de José "Cheíto" Oropeza, dados los vínculos que aquél había establecido, siendo diputado, con el gobierno cubano, se impusiese la idea que "la única opción era la guerra o lucha armada" y que esta sería "larga", como dijeron los chinos y como me dijo Américo Martín, acabando de salir de la recién finalizada reunión del Comando Nacional del MIR, un pequeño círculo. Decisión que determinó la salida del partido de Domingo Alberto Rangel y unos cuantos compañeros de muchísimo valor.

La lucha armada produjo los resultados que todo aquel que vivió aquel período o lo ha estudiado, bien conoce. Betancourt llevó a sus adversarios al único terreno y proceder donde podía derrotarlos y, estos mal aconsejados o utilizados, cayeron en la trampa. Lo primero que logró fue separar a sus opositores sin verdaderos motivos y bases suficientes.

Aquella opción casi legalizó e intensificó la brutal represión que Betancourt venía aplicando y gran parte de la población optó por darle aceptación moral a aquellas brutalidades y excesos. Tanto fue así que, hasta URD, en el Congreso Nacional, votó por la exclusión de aquel cuerpo a los representantes de los partidos PCV y MIR con posterioridad al alzamiento de Puerto Cabello Es decir, la forma de lucha, la violencia, tanto en la ciudad como en el campo, siguiendo el efecto ecuménico de la Revolución cubana, dicho así para no hablar de copia irracional y hasta de atender a los requerimientos o sugerencias del poder soviético, que optó por darle apoyo de distinta naturaleza a aquella locura, significó poner a un lado la lucha de los trabajadores por el salario, primero disminuido y luego congelado y los tantos problemas inherentes al movimiento estudiantil y la población toda. Las masas fueron dejadas de lado.

Pero aquella opción, además, se tradujo en un distanciamiento del PCV y el MIR de todas las fuerzas progresistas, contrarias al gobierno de Betancourt y su plan de sustitución de importaciones o sea el inherente a Rockefeller y el todo el capital estadounidense. Un gobierno que se veía tambaleante terminó fortalecido y las fuerzas que se le oponían destruidas, divididas en pedazos.

La lucha armada significó no sólo una derrota descomunal de la izquierda, sino la división del movimiento popular, progresista, partidario de una política en favor de las multitudes y los intereses nacionales, sino la fragmentación de ella misma. Llegados a la llamada pacificación, en los tiempos de Caldera, URD era un cadáver, el partido MEP, creado por el maestro Prieto andaba en picada acelerada y los partidos MIR y PCV muy debilitados y habían parido una buena cantidad de descendientes que se odiaban a muerte.

Fue aquello un error político descomunal que se pagó y sigue pagando bien caro, pese la como mágica intersección de Chávez que unió "con saliva de loro" y por ende por poco tiempo a aquellas fuerzas que, al menor estremecimiento, volvieron a separarse.

Varios años después de aquella experiencia, la oposición al presidente Chávez, como inspirada en la vieja izquierda, empieza a cometer errores que parecieran tener muchas similitudes y ahora es objeto de consecuencias parecidas. Empeñarse en derrocar o destituir ilegalmente y hasta por la fuerza al gobierno de Chávez, lo que empezó por copiar aquella ridiculez de la "revolución de colores", "las manitas blancas", "nalgas al descubierto", para luego derivar en guarimbas, con toda la violencia que ellas generaron, hasta llegar a intentos de invasión y aceptación de injerencia extranjera, se tradujo en lo mismo que sufrió la vieja izquierda, en una división, fragmentación trascendente y honda en el universo opositor al gobierno. La vieja izquierda se "convenció así misma" que con Betancourt no había un mínimo espacio para la lucha de masas; jamás pensó que ella habíase inocentemente prestado para llegar a aquella realidad y casi "legalidad" o ilegalidad prefabricada en sociedad, que salvaba al gobierno y hasta le fortaleció.

Por esto, pese la muerte de Chávez, la nueva fragmentación de la izquierda, en momentos superada por la gestión de éste, las sanciones de Estados Unidos, las políticas descaradamente injerencistas de Obama, Trump y ahora Biden, las muy malas gestiones gubernamentales de lo que para resumir, podríamos señalar lo salarial, relativo a servicios fundamentales como salud, educación, etc., Maduro se mantiene en el poder y con el control casi absoluto de los demás poderes distintos al ejecutivo. Y hasta podría ganar las próximas elecciones con su candidatura o la de cualquiera de quienes con él comparten el mismo proyecto.

Todo gobierno, no importa su naturaleza y políticas, siempre contará con un mínimo o significativo respaldo por diferentes razones no muy difíciles de entender. Pensar que Maduro sólo cuenta con quienes están en la AN por el PSUV, los altos funcionarios del gobierno nacional y regional, es un simplismo. Pero además, también por diferentes razones, como la herencia de Chávez, la actuación misma de la oposición, que ha usado la violencia y enfrentado al sector militar, éste en gran medida, sobre todo en la alta oficialidad, se identifica con el gobierno.

Pero es un absurdo y por demás infantilismo, pensar que lo comentado anteriormente con respecto a las elecciones, sería posible por la composición del CNE, de las supuestas trampas, sin sustento serio, que éste pudiera hacer y no por los garrafales errores cometidos por la más radical oposición y su persistencia en seguir en lo mismo, sin autocriticarse, mostrarse dispuesta a corregir y decidir que, lejos de pretender comandar a un universo del cual se alejó y olvidó sus tribulaciones e intereses, debe mostrarse diferente, buscar la unidad en propuestas y candidaturas inherentes al mundo opositor todo, que no se inclina hacia aquel lado, sino hacia el centro de los intereses de todos. Como que hay muchas personas que, lejos de ofrecerse como candidatos o candidatas, deberían dar un paso a un lado en pago de sus exageradas y abundantes equivocaciones.

No acaban de entender que, la culpa de sus desgracias y desapegos con el movimiento popular, no es el CNE, el gobierno, las trampas que según ellos este le hace, sino sus concepciones, intereses que representan y sus garrafales errores, visiones erradas de la realidad, que no acaban de entender y menos enderezar. En el combate, la lucha, la competencia deportiva o política, cada una de las fuerzas hará lo que sea necesario y posible para ganar. Que uno de los contendientes pretenda culpar al contrario de su derrota por su estrategia, táctica y hasta mañas, es un infantilismo y hasta falsedad.

Por esto, pese se fue Trump con sus estrategias para "apoderarse de Venezuela", la llegada de Biden con sus frecuentes caídas y recogidas, como esa de darle fin a la presidencia interina, la ayuda descomunal de Fedecámaras, que ha logrado convertir en "comedido" al gobiernoel, primer cambio del CNE y el anuncio de un segundo, la oposición no arranca porque no hay pega que la amarre para que la caravana marche.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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