Para mí

Evo Morales no tuvo el suficiente valor y cedió ante las presiones del gobierno norteamericano y los golpistas bolivianos

El 23-10-2019, escribí un artículo que titulé "Quemamos las pruebas y cantamos "fraude"; donde señale, que luego de las elecciones presidenciales en Bolivia, resultando en el triunfo de Evo Morales, organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE) cuestionaron la transparencia y procedimientos en el conteo de votos; indicando que según la legislación boliviana, si en la primera vuelta un candidato obtiene más del 50% de los votos es proclamado triunfador, o si es mayor al 40% de los votos y la diferencia con su más próximo contrincante es de al menos el 10%, que fue lo que sucedió en el país hermano en esa oportunidad; pero Estados Unidos y los organismos internacionales promovieron el reclamo de los opositores al gobierno, indicando fraude; con la particularidad que cuando uno canta fraude o realiza cualquier denuncia lo primero que debe buscar salvaguardar son las pruebas, para demostrar que efectivamente hubo determinada manipulación o que los resultados arrojados no son los indicados en las pruebas correspondientes, en este caso las boletas electorales; pero ante la mirada atónita de todos, los que cantaron fraude se dirigieron a los centros electorales y quemaron las cajas contentivas de la boletas (pruebas), herramienta esencial para demostrar sus aseveraciones. Guapos y apoyados desconocieron el triunfo de Evo.

El 27-11-2019, escribí otro artículo que titulé "¿Se cuadró la gente de Evo con los golpistas?"; indicando que la semana anterior escuchamos voceros Rusos y miembros del parlamento de Bolivia hablando en términos similares sobre la realización de nuevas elecciones en Bolivia, en primera instancia dije: "eso es una manipulación"; pero me fui a las propias fuentes y así corrobore la situación, quedándome perplejo, por supuesto, partían de la premisa que le habían dado un golpe a Evo, pero a su vez planteaban su acuerdo con el panorama electoral; en mi criterio tratando de estar bien con Dios y con el Diablo.

Efectivamente, la presidenta autoproclamada de Bolivia, al estilo Guaidó, pero con golpe de Estado completo, Jeanine Añéz, formalizó el domingo 24 de noviembre una ley que exigía nuevas elecciones para reemplazar al derrocado Evo Morales y elegir una nueva Asamblea Legislativa.

Tanto Evo como quienes los apoyaban no hicieron nada, solamente Evo ante los medios internacionales, apareció diciendo que le habían dado un golpe, pero no enfrentó tal situación, sabiendo que contaba con el apoyo popular.

Pero fíjense, quiénes fueron los mediadores, representantes de la OEA, Unión Europea y la Iglesia, auspiciados por Trump; los mismos que le metieron la puñalada a los indígenas en Ecuador, mediando para que el Presidente (Lenín Moreno), ya contra la pared, echara para atrás las medidas tomadas en acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, y luego apresaron parte de los indígenas líderes de las protestas.

Según, entre de los acuerdos estaba, presuntamente, bajar la guardia ante las protestas del pueblo. En caso de las víctimas de la represión golpista, no se escuchó una palabra de la ONU, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), de la OEA, de la Iglesia, de nadie; quedándose los muertos bien muertos, y sin un detenido al respecto.

El 30-01-2020, escribí otro artículo que titulé "¿Bolivianos a legalizar golpe de Estado?". En esta ocasión el postulado del MAS (Luis Arce, del partido de EVO), partió encabezando las encuestas, por encima de la autoproclamada presidenta Jeanine Áñez, Luis Camacho y el ex presidente Carlos Mesa, quienes formaron parte del golpe de Estado consumado el 10 de noviembre.

Paso todo este tiempo, y este domingo 18 de octubre 2020 se realizaron las elecciones presidenciales en Bolivia, y el pueblo respondió en las urnas electorales enviando un mensaje: "Nunca apoyamos ese golpe, pero nos dejaron solos".

Efectivamente, el pueblo, apoyando a Luis Arce, le dio una paliza a los golpistas, sin necesidad de ir a una segunda vuelta, y se convirtió en el nuevo presidente de Bolivia, con el más del 52% de los votos y una ventaja de más de 20% de su más cercano competidor.

Extraordinario mensaje ha dado el pueblo boliviano al mundo, y a los que, como en Venezuela, intentan derrocar al presidente Maduro, que estamos claros, no dejará solo a su pueblo en una intentona golpista, de las cuales ya ha sido objeto, en varias ocasiones.

¡Que viva el hermano pueblo heroico de Bolivia!.

 



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Reinaldo Silva


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