Covid-19: Balance de las diferentes etapas de la crisis multidimensional y pistas alternativas

La crisis sanitaria está muy lejos de resolverse. El sistema capitalista y las políticas neoliberales tuvieron un papel fundamental en todas las fases. Será muy útil realizar un primer balance de cada etapa de estos últimos meses. Esta crisis representa también la ocasión de tomar conciencia de la necesidad de modificar radicalmente el modo de vida, de propiedad, de producción y de su relación con la naturaleza de nuestra sociedad. Solamente la autoorganización y la acción popular podrán permitir los cambios necesarios.

Primera etapa

Al origen de este virus, está la transformación desenfrenada de las relaciones entre la especie humana y la naturaleza, que reforzó a ultranza la explotación de la naturaleza y la de los seres humanos por los capitalistas

Al origen de este virus, está la transformación desenfrenada de relaciones entre la especie humana y la Naturaleza que reforzó a ultranza la explotación de la misma y la explotación de los seres humanos por la clase capitalista. La crisis sanitaria tiene relación con la crisis ecológica. La transmisión de un virus proveniente de animales salvajes hacia la especie humana se debe volver a poner en este contexto. Las enfermedades provocadas durante los últimos 20 años por varios virus de este tipo habían ya alertado de la gravedad de la situación. A pesar de que los investigadores del sector público les pedían medios a los gobiernos capitalistas para poder profundizar la investigación e intentar dotarse de un instrumento eficaz para tener la capacidad de enfrentarse una nueva epidemia, éstos se negaron a suministrarlos. Esos mismos gobiernos querían dejar en manos de la iniciática privada el trabajo de encontrar eventualmente medicamentos. Pero la industria farmacéutica está muy motivada en la búsqueda del beneficio, y reflexionó que no sería rentable invertir decenas o centenas de millones en la búsqueda y la producción de una vacuna para ese tipo de enfermedad. El Big Pharma, la mayor industria farmacéutica, tenía otras prioridades.

Segunda etapa

El virus se ha extendido de un continente a otro debido a la circulación desmesurada de personas y de bienes alrededor del planeta, que va en paralelo con un desarrollo totalmente exagerado del transporte aéreo en el marco de la mundialización capitalista. Las compañías aéreas, justo hasta la víspera del confinamiento en varios países y del cierre de las fronteras en muchos Estados, se habían lanzado a una tremenda competencia para ganar partes de mercado y abrir nuevas rutas.

Tercera etapa

Tomar conciencia de que los sistemas de salud pública estuvieron maltratados durante los cuarenta años de ofensivas neoliberales, y ya no son capaces de responder como sería necesario a la expansión del virus.

Cuarta etapa

Tomar conciencia de que, si el virus puede atacar a cualquier individuo, la pertenencia del mismo a las clases populares lo vuelve mucho más vulnerable que si perteneciera a la clase capitalista. Los seres humanos se ven afectados en forma diferente según su pertenencia a una clase social, según su sexo y orientación sexual, según el país de residencia, según edad, según casta (en Asia del Sur) y según otros factores. Las diferentes formas de opresión y de explotación se agravarán en una serie de casos.

Quinta etapa

La crisis sanitaria agrava de manera muy importante y brutal la crisis económica que ya había comenzado bastante antes (www.cadtm.org/No-el-coronavirus-no-es-responsable-de-las-caidas-en-las-bolsas). Esta crisis es la más grave de todas las que tuvieron lugar durante los últimos setenta años. Cientos de millones de personas pierden súbitamente su sustento y caen en el desempleo.

A pesar de la caída de los valores bursátiles y el paro de una gran parte del aparato productivo a escala internacional, el 1 % más rico continúa beneficiándose de la situación http://www.cadtm.org/Para-afrontar-esta-crisis-multidimensional-hay-que-expropiar-a-los-banqueros-y

El 1 % más rico continúa beneficiándose de la situación

Sexta etapa

La crisis económica internacional provoca una caída brutal de los precios de las materias primas. Esto afecta directamente a los países que continúan siendo dependientes de sus exportaciones para procurarse los ingresos necesarios destinados a la financiación/reembolso de sus deudas. La actividad económica baja súbita y fuertemente. Los países del Sur son víctimas de las decisiones de las grandes empresas y de los fondos de inversión del Norte: retiran sus capitales para repatriarlos hacia la casa matriz.

Consecuentemente, ya comenzó una nueva crisis de la deuda de los países del Sur global y en particular de los países exportadores de materias primas. Los movimientos sociales del Sur hacen un llamamiento a la suspensión y a la anulación de las deudas públicas:
http://www.cadtm.org/Llamamiento-de-los-pueblos-originarios-afrodescendientes-y-las-organizaciones y http://www.cadtm.org/Anulacion-de-la-deuda-publica-de-los-paises-africanos-para-que-puedan-hacer

Séptima etapa

Hasta que se demuestre lo contrario, las clases dominantes y los gobiernos de los países afectados por la caída de los precios de las materias primas desean evitar la suspensión del pago de la deuda pública. Solicitan la anulación de la deuda pero no proceden a una suspensión unilateral del pago, mientras que las circunstancias dramáticas justifican perfectamente el impago de la deuda con el fin de encontrar recursos económicos inmediatos para hacer frente a la crisis sanitaria y a la crisis económica. Los anuncios de anulación de deuda del presidente francés Emmanuel Macron, del FMI; del Banco Mundial, del G7, del G20 y del Club de París son realmente fraudes. Hasta ahora, no hubo ninguna auténtica anulación de deudas, ya que los acreedores quieren mantener la subordinación de los países deudores.

No faltan argumentos para suspender el pago de la deuda

Incluso en el Norte, ningún gobierno pone en práctica, en esta etapa, la suspensión del pago mientras que es el medio más rápido y eficiente para liberar recursos financieros imprescindibles para poder hacer frente a los gastos urgentes necesarios en el combate contra el coronavirus. Las movilizaciones populares deben reforzar estas acciones. Realmente, no faltan argumentos para una suspensión del pago de la deuda https://www.elsaltodiario.com/coronavirus/eric-toussaint-combatir-covid-19-por-que-como-suspender-el-pago-deuda-externa

Octava etapa

Los gobiernos, los bancos centrales de las grandes potencias, el FMI y el Banco Mundial lanzaron un plan masivo de creación de nuevas deudas públicas con el objetivo de rescatar el sistema que está por zozobrar. Bajo el pretexto de ir en ayuda de la economía y del empleo, los bancos centrales y los gobiernos aportan cantidades enormes de financiación a las grandes empresas privadas (en conjunto, a todos los sectores: finanzas, industria, comercio…) y a sus grandes accionistas. Esas financiaciones generan, de forma inmediata, nuevas deudas públicas. http://www.cadtm.org/Nunca-mas-pagaremos-sus-crisis

Las clases dominantes cuentan con volver a utilizar la estrategia del shock

Novena etapa

Los planes de rescate puestos en marcha por los grandes bancos centrales y los gobiernos canalizan hacia los grandes bancos privados los nuevos medios financieros que acaban de crear. Pero los grandes bancos privados no están interesados en utilizar masivamente esta fuente financiera para relanzar la actividad económica o para combatir la crisis sanitaria y ecológica. En realidad, los planes de rescate sirven, en lo inmediato, para proteger los intereses de los grandes accionistas de las grandes empresas, sin embargo, no impedirán que algunas burbujas especulativas estallen (especialmente en el sector de los títulos de las deudas privadas y en particular aquellas de las empresas privadas) y se crearán otras.

Décima etapa

Las clases dominantes tienen bien en cuenta el enorme aumento de las deudas públicas para imponer una nueva ofensiva contra los derechos de los trabajadores y las trabajadoras, contra los bienes comunes, contra los servicios públicos… Piensan en utilizar de nuevo la estrategia del shock.

Desde ahora, muchos gobiernos consiguen que se les conceda plenos poderes sobre algunas materias, que van mucho más allá de la crisis sanitaria, y sus jefes de seguridad sueñan con extender en el tiempo las medidas de control social.

El cierre de fronteras es una bendición para los gobiernos que, constantemente, restringían la acogida de migrantes y de refugiados y refugiadas.

Las clases dominantes y sus gobiernos quieren dar la impresión que todo cambia para que todo finalmente quede igual, en el sistema capitalista y patriarcal.

Y este es su plan de retorno a la normalidad.

Las clases dominantes y sus gobiernos quieren dar la impresión que todo cambia para que todo finalmente quede igual, en el sistema capitalista y patriarcal

¿Y por parte de la respuesta popular?

Una gran parte de la población, que ya expresaba muy claramente su simpatía por las luchas del personal de la salud, antes de la epidemia del coronavirus, ahora, totalmente conscientes de la importancia de la acción que el personal de sanidad lleva a cabo para todos y todas, saben que nunca fueron realmente escuchados por los gobiernos.

Actualmente, será extremadamente difícil que estos gobernantes defiendan la idea que no es necesario invertir masivamente en la salud pública. La gente está comprendiendo que su supervivencia está en juego. Comprenderán que, si se pasa el pico de la pandemia sin efectos hiperdramáticos (ya son catastróficos), se puede esperar que vuelva este tipo de enfermedad.

Por lo tanto, es necesario un sistema de salud realmente sólido. Pero hay más, la gente puede constatar las dificultades que implica ciertamente un sistema de confinamiento, sin embargo no son sordos: si viven cerca de parques, escuchan lo que no escuchaban desde hacía mucho tiempo, los pequeños pájaros cantores. Escuchan de nuevo ruidos simples que ya no escuchaban, de tal manera nos cubría el funcionamiento irracional de nuestro sistema de consumo.

El después, es ahora

Porque ahora es necesario actuar. En principio, está la autodefensa en relación al coronavirus. Por supuesto, hay que respetar las medidas de confinamiento puesto que todavía no hay vacuna. Si somos trabajadores y trabajadoras de empresas no esenciales, es necesario conseguir que cierren y paren la actividad. Porque no es en absoluto normal que los patrones exijan a sus trabajadores y trabajadoras que continúen reuniéndose en un lugar de trabajo, si esa actividad no es esencial.

¿Por qué la Bolsa debe continuar funcionando? Cerremos la Bolsa

Es necesario conseguir la requisición de las estructuras que permitan fabricar lo que necesitamos: respiradores, gel hidroalcohólico y mascarillas. Hay que requisicionar infraestructuras privadas, como hoteles, para aumentar el número de camas disponibles, especialmente para todas las personas sin domicilio fijo que hay que alojar en buenas condiciones y con urgencia.
Y luego hay que movilizarse para decir: ¿Por qué la Bolsa debe continuar funcionando? Cerremos la Bolsa. Y luego los bancos, en lugar de rescatarlos otra vez más, como después de 2008, hay que socializarlos. Las empresas farmacéuticas, el Big Pharma, deberían también ser socializadas. Las grandes empresas como Novartis, Sanofi, Roche, GlaxoSmithKline, Bayer y tantas otras deberían ponerse al servicio del interés general. Por consiguiente, se debería reorganizar la investigación y los medicamentos que producen estas empresas farmacéuticas deberían ser de propiedad pública.

Socializar las empresas farmacéuticas y relocalizar + recrear los circuitos cortos

Todo eso demanda una batalla extremadamente fuerte para lograr cambios fundamentales. Es la ocasión de constatar que, con las mesuras de confinamiento y de reducción de la actividad, hay un descenso evidente de la contaminación atmosférica. Así se muestra que es necesario detener el funcionamiento frenético como se hizo hasta el presente, y que la cuestión de la movilidad debe ser totalmente revisada. Eso implica el deber de relocalizar y recrear los circuitos cortos. Algunos ya lo hacen, hay asociaciones que los promocionan, pero hay que organizarlo en todo el ámbito de la sociedad.

No hay que olvidar que hace tres meses, la urgencia era climática. Pero se nos fue de la cabeza debido al bombardeo total sobre el coronavirus, y también se deja de hablar de otros problemas a los que el planeta está confrontado. No queremos volver a la situación precedente porque fue esa misma situación la que produjo las condiciones de la extensión de la pandemia: los desplazamientos demenciales en avión, que hicieron que, a partir de un solo foco en una parte de China, el coronavirus se extendió por todo el planeta. Todo para el automóvil que produjo la escasez y la degradación de los transportes públicos. El agrobusiness que produce comida basura. La infrainversión en la salud pública. Se impone un cambio fundamental.

Más que demandar nacionalizaciones, exijamos socializaciones

Las nacionalizaciones, tales como lo sueñan algunos miembros del gobierno y de la patronal, que ven que sus empresas van mal, constituiría en recomprar a precio de oro sus acciones. Es decir, el Estado recompra a los grandes accionistas, incluso por encima de su valor actual, acciones que se desplomaron en la Bolsa. Y, encima, pone la factura de la indemnización de los accionistas a cargo del Tesoro público, o sea, a cargo del pueblo que lo alimenta con los impuestos y las tasas.

Para nosotros, no es cuestión de indemnizar a las grandes empresas que pertenecen a las grandes familias y a los grandes fondos de inversión privados, sino, simple y llanamente, es cuestión de expropiarlas

Desde nuestro punto de vista, queremos hablar de expropiación sin indemnización de los grandes accionistas, aunque sin privar a los pequeños accionistas el reembolso de sus acciones. Esos pequeños accionistas representan un porcentaje muy minoritario en las empresas, porque no hay capitalismo popular ni en Europa, ni en las Américas, ni en Asia, ni en África. La inmensa mayoría de la población no posee acciones. Las acciones de las grandes empresas pertenecen a grandes familias y a grandes fondos de inversión privados, A esos no los indemnizaremos, sino que se les expropiará simple y llanamente.

En cuanto al capitalismo popular, es un mito que fue creado a este propósito. En realidad, ese mito sobre todo se desarrolló allí en donde ya se había privatizado una parte del sistema de jubilaciones, como fue el caso de Estados Unidos, Países Bajos, Chile… En Estados Unidos, una parte de los trabajadores y las trabajadoras están obligados a cotizar a un fondo de pensión privado que invierte esos ahorros en la Bolsa. A eso se le llama el Plan 401 (k) [1] , que fue creado durante el gobierno de Reagan. El sistema en sí no es para nada satisfactorio ya que las Bolsas se derrumbaron en todo el mundo entre el 25 % y el 35 %.

Suspender inmediatamente el pago de la deuda pública y anular/repudiar la parte ilegítima

La urgencia no es rescatar a los grandes accionistas de los bancos y de las grandes empresas privadas; la urgencia es dar una respuesta a las necesidades de financiación del sector de la salud y a las necesidades de protección a todas las personas que ahora no tienen una vivienda, ni acceso al agua potable, a la electricidad, a la alimentación o a unos ingresos que les permitieran procurarse esos bienes.

Para responder a esas necesidades y liberar los fondos necesarios, el CADTM exige una moratoria en el pago de la deuda pública, pero también una moratoria para las deudas privadas del sector popular, Además se tendría que poner en marcha un impuesto de crisis sobre las grandes empresas y sobre el 10 % de los patrimonios más ricos, así como sobre los ingresos del decil más rico.

La suspensión inmediata del pago de las deudas públicas debe ir unida a una auditoría con participación ciudadana con el fin de identificar la parte ilegítima y anularla.

La moratoria de las deudas privadas de los sectores populares concierne tanto al Sur como al Norte. En el Sur, tendremos la suspensión de las deudas ligadas a los microcréditos o al consumo así como a otras deudas. En el Norte pasa lo mismo, la suspensión del pago de las deudas privadas debe corresponder a todo tipo de deudas: hipotecarias, estudiantiles, por gastos de salud, de consumo, etc. Algunas de estas deudas deben ser pura y simplemente anuladas, y eso a costa de los prestamistas (principalmente los bancos) y de ninguna manera, a expensas del Tesoro público.

El CADTM se une a todas aquellas y a todos aquellos que exigen que las empresas y/o el Estado tomen a su cargo los salarios de las trabajadoras y los trabajadores en suspensión de actividad, así como las personas precarias, los trabajadores y las trabajadoras con contratos intermitentes, las personas autónomas y las personas que trabajan en temporada en el mundo rural, sin ninguna recuperación de horas de desempleo, ni de consumo de derechos a las vacaciones pagas.

El Estado debe garantizar el pago de los salarios en lugar de los empleadores que rechazaran hacerlo, e imponer multas a los mismos con el fin de recuperar las sumas gastadas.

La detención completa de todas las actividades no esenciales

Un ingreso decente debe también pagarse a todos los desempleados y a todas las desempleadas, a los becarios y a las becarias, y también a los y las estudiantes con trabajos eventuales y a las personas sin derechos a subsidios.

En la urgencia, estas medidas deben unirse a la detención completa de todas las actividades no esenciales; la prohibición de despidos y la reintegración de los asalariados y las asalariadas despedidos y despedidas desde el comienzo de la crisis; el suministro gratuito de los medios de protección a todos los trabajadores y todas las trabajadoras todavía en actividad; la garantía del derecho al retiro en caso de no cumplimiento con las condiciones de seguridad: la detención de todas las expulsiones de locatarios; la suspensión de los alquileres, de los créditos personales, de las facturas del agua y de la energía para todos aquellos y todas aquellas que sufrieron una pérdida de sus ingresos, y cuyo ingreso sea menor que una suma a determinar; la puesta a disposición de alojamientos correctos para todas las familias que vivan en alojamientos precarios o no los tengan; la puesta en marcha inmediata de medidas de protección para las mujeres víctimas de violencias conyugales, para los niños y niñas víctimas de violencia, que impliquen decisiones rápidas de alejamiento de cónyuges violentos; la detención de expulsiones y la regularización inmediata de todas y todos sin papeles y refugiados y refugiadas con acceso inmediato a todos los sistemas de protección social.

A más largo plazo, otras medidas permitirían responder a las necesidades de la financiación de los Estados: la financiación pública mediante el Banco Central, con tipo de interés cero, para romper con el chantaje de los mercados; la socialización bajo control ciudadano del sector bancario y de seguros http://www.cadtm.org/que-podemos-hacer-con-los-bancos ; una reforma radical de la fiscalidad sobre los patrimonios y los ingresos; la represión y la prohibición de las redes de evasión fiscal de las grandes empresas; el impuesto a las transacciones financieras por encima de un determinado umbral; la anulación de los gastos militares y la reconversión de los trabajadores y trabajadoras del sector; un impuesto sobre el queroseno y una limitación drástica de los transportes aéreos; el cierre de las centrales nucleares; la expropiación y el establecimiento del control ciudadano de los sectores esenciales, incluido el de la energía.

Por otro lado, esta crisis muestra hasta qué punto nuestras sociedades reposan sobre el trabajo de cuidados a los otros, que, en su inmensa mayoría, está ejercido por mujeres. Es necesario reconocer esta realidad, a pesar de que, con frecuencia, es ignorada. Tendremos que trabajar para que sea el sector público el que se haga cargo de esos cuidados.

Resumen y conclusiones

La crisis económica precedió en cerca de un año a la crisis sanitaria (Véase en http://www.cadtm.org/No-el-coronavirus-no-es-responsable-de-las-caidas-en-las-bolsas). Pero esta última le dio una amplitud monumental.

Esta crisis representa la ocasión de lograr un verdadero cambio de las reglas del juego para modificar radicalmente el modo de vida, de propiedad, de producción y de su relación con la naturaleza de nuestra sociedad.

La crisis sanitaria tiene relación con la crisis ecológica (rever la primera etapa). De esta crisis multidimensional del sistema capitalista, se aprovechan los gobiernos y las clases dominantes para aplicar una estrategia de shock (aumento radical de la deuda pública para proteger los intereses del sistema capitalista y del 1 % más rico, aumento del control de las poblaciones, preparación de nuevos ataques a los derechos sociales que estarán justificados en nombre del pago de la deuda).

Esta crisis representa también la ocasión de obtener un verdadero cambio en las reglas del juego para modificar radicalmente en nuestra sociedad, el modo de vida, de propiedad, de producción y de su relación con la naturaleza. Dar prioridad a los bienes comunes, a la soberanía alimentaria y a la relocalización de la producción material y de servicios, adaptando una manera de trabajar y de producir que sea compatible con la lucha contra la crisis ecológica.

Es necesario planificar el decrecimiento, al mismo tiempo que mejorar las condiciones de vida, ampliar el ámbito de los servicios públicos, el control ciudadano y la democratización, para romper con la sociedad del 1 % más rico y realizar una revolución ecologista, socialista, autogestionaria, feminista y antirracista. Esta revolución tendrá lugar solamente si las víctimas del sistema capitalista y de la sociedad patriarcal entran en autoactividad y se autoorganizan para sacarse de encima el 1 %, y su personal político, de los diferentes centros de poder y conseguir crear un verdadero poder democrático.

 

Gracias a Omar Aziki, Damien Millet, Brigitte Ponet y Claude Quémar por sus lecturas.

Traducción: Griselda Piñero

 

Notas

[1] En Estados Unidos, decenas de millones de asalariados y asalariadas dependen para su jubilación del plan 401K, del tiempo de Ronald Reagan. Están directamente sometidos al azar de las cotizaciones bursátiles. En el caso del escándalo de la quiebra de Enron en 2001, los dirigentes de los fondos de pensiones habían invertido el 62 % del capital en acciones de la empresa. El fondo siguió en su caída la cotización de las acciones de Enron. Podéis consultar el libro de Éric Toussaint, La Bolsa o la vida. Las finanzas contra los pueblos, Clacso, Buenos Aires, capítulo 5. Debemos señalar que las caídas de las cotizaciones bursátiles en Estados Unidos, en febrero-marzo de 2020 tendrán un efecto catastrófico sobre las jubilaciones que dependen de la capitalización bursátil (y eso será particularmente grave en un país cuyos gobernantes fueron los que más atacaron el sistema de jubilación por reparto).

 



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Eric Toussaint


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