Elección inglesa anuncia el colapso del Reino Unido

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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Boris Johnson tuvo derecho de destapar unas cuantas botellas de champaña luego de ser reelegido primer ministro con su partido conservador obteniendo una mayoría aluvional. Pero, una vez que las celebraciones hayan concluido, Gran Bretaña enfrenta una resaca a partir del inescapable hecho que la mitad del Reino Unido se encuentra ahora en una irrevocable vía de separatismo e independencia.

Johnson ha obtenido el decisivo mandato de "llevar a cabo el Brexit" por lo menos desde la perspectiva de Londres. En ese momento su partido cuenta con una considerable mayoría parlamentaria de ochenta asientos en la Cámara de los Comunes lo cual asegura su promesa de llevar a cabo retiro de Gran Bretaña de la Unión Europea el día 31 de enero. La real y final separación tomará uno o dos años más en completarse debido a las negociaciones entre Londres y Bruselas en completar de manera definitiva las condiciones del divorcio. Pero, por lo menos, Johnson puede alegar que él ha consumado la etapa final para abandonar la Unión Europea el día 31 de enero, jornada que se inició hace más de tres años cuando los británicos votaron originalmente a favor del Brexit en el referéndum del año 2016.

No obstante de manera crucial, el mandato del gobierno conservador para el Brexit solo indica que se aplica a Inglaterra y Gales. Fue en esos países donde se vio un significativo giro entre los votantes desde el partido laborista opositor hacia los tories de Johnson. De este modo, efectivamente, su mayoría parlamentaria emana de electores en Inglaterra y Gales.

En franco contraste, tanto en Escocia como en Irlanda del Norte las otras dos regiones que componen el Reino Unido, los electores de manera aplastante rechazaron los planes de Johnson para el Brexit y votaron por los partidos que desean permanecer en la Unión Europea. Este resultado es consistente con el resultado del referéndum del 2016 cuando Escocia e Irlanda del Norte votaron contra el Brexit.

Por otra parte, los resultados de la última elección han reforzado el llamado por la independencia de Escocia e Irlanda del Norte.

Los nacionalistas escoceses dominaron en la elección y reforzaron su ya existente mayoría. Actualmente ellos controlan cerca del noventa por ciento de los escaños en Escocia. El líder del partido, Nicola Sturgeon, sostiene que se producirá un mandato incuestionable para realizar un segundo referéndum sobre la Independencia de Escocia. El anterior referéndum por la independencia realizado el año 2014 fue derrotado. Pero los nacionalistas escoceses sostienen que el apoyo popular para su causa ha crecido desde el referéndum del Brexit del año 2016. Los escoceses en su mayoría no desean abandonar la Unión Europea. Por lo tanto, permanecer en la Unión Europea significa necesariamente separarse del Reino Unido y de su gobierno central en Londres.

Hasta ahora Bris Johnson ha rechazado la idea de realizar un segundo referéndum sobre la independencia de Escocia, pero su posición no es sostenible. Dados los niveles parlamentarios separatistas creciendo en Escocia, él tendrá que ceder. Los nacionalistas en Escocia están exigiendo la realización de otro plebiscito cuanto antes el próximo año.

En Irlanda del Norte quizás el resultado del referéndum sea más contundente. Por primera vez, los partidos nacionalistas tienen una mayoría sobre los partidos unionistas pro británicos. La líder del partido Sein Fein, principal partido nacionalista, Mary Lou McDonald, sostiene que ahora existe un claro mandato para realizar un referéndum sobre la cuestión del retiro de Irlanda del Norte del Reino Unido. Dada la mayoría nacionalista rupturista obtenida en la última elección, eso inevitablemente desembocaría en una Irlanda Unida a partir del estado del norte uniéndose con el actual estado del sur de la República de Irlanda.

Por largo tiempo los nacionalistas de Irlanda del Norte han aspirado a la independencia de Gran Bretaña. Irlanda del Norte fue fundada el año 1921 a partir de un audaz acto de fraude electoral de parte del gobierno inglés cuando dividió la Isla de Irlanda formando un estado del sur independiente que devino en la República de Irlanda y un pequeño estado al norte denominado Irlanda del Norte. Este último continuó bajo la jurisdicción de Gran Bretaña. El arbitrario acto imperialista de dividir a Irlanda fue realizado con el propósito de brindar a las autoridades en Londres el mandato para gobernar una porción del territorio irlandés debido a que en la recientemente creada Irlanda del Norte los unionistas pro británicos eran una mayoría sobre los nacionalistas. Se trató –por excelencia—del tipico cinismo del establecimiento inglés.

La actual estructura política del Reino Unido de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte tiene solo un siglo de edad, anteriormente el Reino Unido incluía todo el territorio irlandés pero Londres fue obligado a otorgar una independencia irlandesa parcial debido a una insurrección armada.

En todo caso, cerca de un siglo después del establecimiento de Irlanda del Norte los naturales cambios demográficos en su población han creado en la actualidad una mayoría de nacionalistas. El resultado de la elección del 12 de diciembre pasado constituye un innegable y enorme acontecimiento histórico. Por primera y única vez el mandato nacionalista ha superado al voto unionista. La sistemática violación de fraude electoral contra los derechos nacionalistas irlandeses a la independencia y auto determinación finalmente ha sido revertida a través de las urnas.

Cuando el acuerdo de paz con Irlanda del Norte conocido como el Acuerdo del Viernes Bueno fue firmado el año 1998 para poner fin a casi treinta años de conflicto armado. Inmerso en ese tratado está "el principio del consentimiento". El gobierno británico está obligado por este tratado a acatar mandato electoral de una mayoría en Irlanda del Norte que aspira a una Irlanda Unida.

El umbral para lanzar un referéndum sobre la salida de Irlanda de la jurisdicción británica ahora ha sido logrado y los partidos nacionalistas están abiertamente exigiendo que el proceso legislativo para alcanzar la separación se ahora implementado.

El avezado diplomático británico Jonathan Powell que supervisó las negociaciones del Acuerdo del Viernes Bueno, no alguien dado a la exageración. Pero durante una entrevista con Matt Frei para la Radio LBC Británica el día 14 de diciembre, declaró que él esperaba ver el "colapso del Reino Unido" durante la próxima década, sino antes. Se refirió específicamente a los resultados electorales en Escocia e Irlanda del Norte.

El éxito electoral de Johnson no está "desatando un gran potencial" como él sostiene. Más bien está desatando una crisis constitucional existencial para el establecimiento de la Gran Bretaña.

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Finian Cunningham

Analista internacional


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