A propósito del Día del Trabajador

Los acontecimientos que dieron origen a esta importante conmemoración provienen de la Revolución Industrial en los Estados Unidos. Para inicios del siglo XIX, Estados Unidos poseía una pequeña capacidad productiva, muy por debajo de los niveles de Europa, la cual estaba desarrollando una importante industrialización producto de su Revolución Industrial.

El desarrollo de la industria en los Estados Unidos fue propiciado por Inglaterra que comenzó a exportar tecnología con la finalidad de generar grandes riquezas.

El modelo de la máquina de Vapor fue imitado en los Estados Unidos y condicionados por grandes dimensiones territoriales, los recursos minerales y la inteligencia, se realizaron grandes cambios al modelo inicial permitiendo innovar con una maquina mucho más potente y de mayor velocidad. Esto permitió conectar en poco tiempo la costa atlántica con la costa pacífica mediante las vías ferroviarias, permitiéndole reducir costos en traslado de bienes. Los norteamericanos para finales del siglo XIX, habían desarrollado una importante industrialización superando los modelos británicos.

Para Inicios del siglo XX, Chicago estaba entre las ciudades con mayor número de habitantes de EE. UU. Se crearon las primeras villas humildes que albergaban a cientos de miles de trabajadores ganaderos y emigrantes de diversas áreas del mundo que llegaba cada año por ferrocarril desde el oeste, sur y sudeste del país. La industrialización conllevó a una gran demanda de trabajadores, quienes en el mejor de los casos trabajaban entre 12 y 16 horas continuas, creando explotación laboral.

Son innumerables la cantidad de trabajadores que perdieron la vida en las industrias de Hierro, Ferrocarriles y petróleos, las largas jornadas laborales entumecían el cuerpo, paralizaban la capacidad de pensamiento, adormecían los ojos y generaban accidentes diariamente. Todo esto originó una reacción por parte de los trabajadores, decidieron organizarse y convocar concentraciones para exigir mejoras, reduciendo la jornada laboral y una mejora salarial.

En un primer intento se logró establecer una ley que regulaba la jornada laboral a 18 horas diarias. Esto no bastaba porque las exigencias de los trabajadores organizados en sindicatos era hacer valer la máxima de: «ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso», esto no fue aceptado y se generaron diversos movimientos entre los cuales premia la participación de los obreros afiliados a la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo, quienes junto a la American Federation of Labor (Federación Estadounidense del Trabajo), inicialmente socialista, lograron iniciar una fuerte presión sobre los dueños de las industrias. Cada congreso realizado por los trabajadores, permitía reconocer las demandas del gremio obrero. En su cuarto congreso, realizado el 17 de octubre de 1884, se acordaron muchos puntos entre los cuales preponderaba que desde el 1 de mayo de 1886 la jornada laboral tendría una duración de ocho horas, yéndose a la huelga si no se lograba que se aceptara esta reivindicación. Asimismo recomendaron a las demás uniones sindicales impulsar leyes dentro de sus jurisdicciones. Esta generaría mayor cantidad de puestos de trabajo con la jornada de ocho horas, reduciendo el número de trabajadores que se encontraban en paro o desempleo.

Tras tantos intentos de posicionar esa solicitud y que se desaprobara por los dueños de las industrias, se llegó al primero de mayo de 1886, donde los líderes de las centrales sindicales lograron convocar a una huelga laboral a 200.000 trabajadores y otros 200.000 se quedaron expectantes solo amenazando con irse a huelga si no se cumplían con las condiciones solicitadas.

Chicago, era de las peores ciudades en cuanto a condiciones laborales, por lo cual la huelga siguió durante los días posteriores, recibiendo golpes y atropellos por parte de la policía logrando desmovilizar a más de 50.000 trabajadores. Todas las fábricas se encontraban en paro, a excepción de la Fábrica de Maquinaria agrícola McCormick, donde también habían serias protestas desde hacía meses a que estaban descontando a los trabajadores una cuota de su salario para financiar la construcción de una iglesia cristiana, que en nada beneficiaría a los trabajadores y de la cual ninguno estaba de acuerdo. El día 3 de mayo de 1886, ocurrió un hecho que marcó aquella hazaña, tras organizar una parada frente a las puertas de la fábrica McCormick, una grupo de funcionarios policiales, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente, sin aviso alguno, produciendo al menos 10 muertos y decenas de heridos.

Adolf Fischer, un redactor del periódico Arbeiter Zeitung, se permitió escribir una proclama (Esto lo condujo a la horca) imprimiendo 25.000 octavillas. La proclama decía:

Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormick, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!

¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.

Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo. Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.

Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden…

¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!

¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!

La proclama permitió condicionar un permiso por parte de la alcaldía para realizar un acto formal en la Plaza Haymarket, donde lograron concentrarse un aproximado de 22.000 personas, quienes luego de realizar un discurso motivador para los obreros fueron reprimidos por 180 oficiales de policía. Esto se conoce como la revuelta de la Plaza Haymarkeck, ya que un artefacto explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios heridos. Este acto justifico la muerte de un número desconocido de obreros, luego que la policía abriera fuego contra los concentrados. Posterior se declaro por parte de las autoridades políticas un toque de queda y los muchos trabajadores que habían estado en el lugar quedaron detenidos, para luego ser torturados y enjuiciados por asesinar a un policía.

Muchos fueron los muertos y heridos, luchadores de los derechos de la clase obrera. La consecución de los objetivos habría valido la pena, para finales mayo de 1886 algunos patronos o dueños consintieron conceder reducir la jornada de 8 horas a miles de obreros. Tal éxito, fue exclamado de forma pública por muchos gremios de trabajadores y por las centrales sindicales quienes mostraron su júbilo con estas palabras: "Jamás en la historia de este país ha habido un levantamiento tan general entre las masas industriales. El deseo de una disminución de la jornada de trabajo ha impulsado a millones de trabajadores a afiliarse a las organizaciones existentes, cuando hasta ahora habían permanecido indiferentes a la agitación sindical".

El primero de Mayo se conmemora el día del trabajador pero también se reivindica la lucha de miles de obreros que salieron a las calles a protestar por mejores condiciones laborales. Desde 1904 cuando la segunda Internacional se reunión en Ámsterdam pidió a «todos los partidos, sindicatos y organizaciones socialdemócratas luchar energéticamente en el Primero de Mayo para lograr el establecimiento legal de la jornada de 8 horas y que se cumplieran las demandas del proletariado para conseguir la paz universal».

De esta forma, en todo el mundo las organizaciones trataron de hacer del Primero de Mayo un día festivo oficial en honor a la clase obrera.

Politólogo

leinesker23@gmail.com

 

 

 



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