Hablando claro

Los cadáveres del 4F

Tal día como hoy, a esta hora era que los políticos tradicionales se estaban dando cuenta de algo que les chorreaba de los glúteos hacia abajo que les llegaba a los tobillos; de allí ese líquido espeso entraba a los calcetines convirtiéndose en una piedrita en el zapato desde ese mismo momento. Ni se imaginaban que ese carato servía parar fabricar bombas y lanzárselas a la Guardia Nacional 25 años después.

Unos militares patriotas adelantaron el día y la hora para la rebelión porque otros militares apátridas y traidores corrieron como serpientes a llevar al "chisme" a la jerarquía mediocre de aquellos tiempos. Nadie esperaba una madrugada tan movida; hasta los pájaros se sorprendieron y trinaron más temprano. Todo fue bien planificado; bien hecho, bien organizado. Tal como se planificó bajo las sombras del Samán de Güere.

Por un lado algunos cadáveres con la bandera en el brazo izquierdo, por el otro, cadáveres políticos hondeando la bandera pidiendo clemencia y clamando lealtad a militares que estaban chingos por una acción de rebeldía pero que no supieron a tiempo, no les quedó más remedio que salir a "defender" una dictadura disfrazada de democracia.

Pasadas las horas de la mañana y el carato que temprano les corría por los tobillos se les endurecía viendo debilitados a los rebeldes en combate, era hora de que supieran quién comandaba el grupo que se vistió de héroes. Pasadas las 11 am., ya en manos de los "leales" le pidieron al jefe rebelde que grabara un mensaje a los combatientes a lo que éste se negó rotundamente. "Si no es vivo, no salgo".

Aceptada la propuesta y todavía hediondos a "carato", presentaron a quien se convirtió en el hombre que sepultó a la vieja política puntofijista sólo con un "por ahora", y en cadena nacional asomó la nariz un joven que de arañero se convirtió en líder absoluto hasta el día de su muerte. Tuvo la hombría y las boloñas de asumir la responsabilidad de la rebelión y así lo dijo:

"Primero que nada, quiero dar los buenos días a todo el pueblo de Venezuela y, este mensaje bolivariano va dirigido a los valientes soldados que se encuentran en el Regimiento de Paracaidistas de Aragua y en la Brigada de Valencia:

Compañeros, lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros acá en Caracas, no logramos controlar el poder. Ustedes lo hicieron muy bien por allá, pero ya es tiempo de evitar más derramamiento de sangre. Ya es tiempo de reflexionar y vendrán nuevas situaciones y el país tiene que enrumbarse definitivamente hacia un destino mejor. Así que, oigan mi palabra. Oigan al Comandante Chávez quien les lanza este mensaje para que, por favor, reflexionen y depongan las armas porque ya, en verdad, los objetivos que nos hemos trazado a nivel nacional, es imposible que los logremos. Compañeros, oigan este mensaje solidario. Les agradezco su lealtad, les agradezco su valentía, su desprendimiento, y yo, ante el país y ante ustedes, asumo la responsabilidad de este Movimiento militar Bolivariano. Muchas gracias."

Hugo Rafael Chávez Frías.4 de febrero de 1992.

Allí comenzó a llenarse la "fosa común" de cadáveres insepultos de la política venezolana. Nunca como los "pozos de la muerte" en el Zulia ni "la peste" en Caracas. Los cadáveres vivientes siguieron deambulando y llevaron a prisión al comandante Chávez. Allí, con la moral en alto y un pueblo hambriento a un nuevo liderazgo, aguantó la pela hasta que salió en hombros desde Yare hasta Miraflores, y de Miraflores al Cuartel de la Montaña. "Qué Dios lo tenga en la gloria".-



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Pedro Alfonzo Rojas

Antiaco, columnista, premio regional de periodismo de opinión 2016, telegrafista, tipista, montador, diagramador, coordinador, gerente de producción, editor de noticias TV; y sobreviviente de las violaciones de derechos humanos y laborales en gobierno de AD.

 pedrorojas56@hotmail.eso

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