El presidente Justin Trudeau es hijo de un "chavista"

Algunos venezolanos han tenido fama de Casanovas, ahí tenemos ante todo, el caso de nuestro Precursor Francisco de Miranda. Quién sabe cuántos hijos dejaría regados nuestro Precursor por San Petersburgo, París, Londres, Ginebra, Washington, Estocolmo, Copenhague, …

Pues bien, hubo un venezolano que se echó unas tremendas canas al aire en los años locos de la década de los sesenta y setenta. Anduvo por el Norte cortando rabos y otras cosas. Él decía llamarse Joaquín Coronado Nieves, licenciado en matemáticas, pero que tocaba muy bien la guitarra y sobre todo los deltas más inefables de las féminas. Vivió tres años en San Francisco, California, luego se fue a Canadá donde pasó una temporada. En su diario tenía escrito que en 1970 conoció y convivió con Margaret Joan Sinclair de Trudeau. La lista de amantes que tuvo Margaret Joan Sinclair fue muy larga e incluye personajes de varias nacionalidades, y era realmente como para llenar otro arco de París. Pues hemos de decir que en esa abultada lista estaba Joaquín Coronado Nieves. Casualmente en 1971 nace Justin Trudeau y Margaret y Joaquín terminan su tormentosa relación. Mucha casualidad. El esposo de Margaret Joan Sinclair, el señor Pierre Trudeau, supo de esta relación que fue, como hemos dicho, muy apasionada, y juró vengarse; creemos que su hijo Justin ahora está llevando a cabo aquel juramento. Y lo hace contra toda Venezuela, lo cual nos parece injusto. En su declaración del viernes en México dijo ante el senado: "que no se quedarán de manos cruzadas mientras la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho se violan de manera tan terrible en Venezuela". ¡Ay Dios mío!, dónde estará aquel memorable personaje de Joaquín Coronado Nieves... He aquí la historia cruda de la madre de Justin, más allá del amor loco que ella tuvo con Joaquín Coronado Nieve. Mucho más allá:

Margaret Joan Sinclair de Trudeau era una tipa bipolar que se creía una gran artista. En realidad tenía un cuerpo exquisito. La pueden ver por internet. Pero en verdad no sabía hacer nada: no pintaba, no tocaba un instrumento ni sabía escribía bien que digamos. Pero tenía con qué conquistar el mundo con su fama de loquita. Y se fue armando aquello de la gran prensa que es un lugar ultra-común: detrás de todo gran hombre hay siempre una gran mujer, aunque en este caso lo que había era una tremenda cabra loca.

Hoy, su hijo, Justin Trudeau, que es un gran muñeco de torta como Peña Nieto, muy parecido a su padre, que como vemos ya Trump lo mandó a hacer gárgaras. Y en haciendo gárgaras se ha puesto a hablar contra Venezuela producto de aquella historia que ya hemos narrado arriba. En su obsesión contra Venezuela hay un odio solapado. Hay toda una historia. No nos puede perdonar aquello...

Margaret Joan Sinclair de Trudeau se cultivó en el fastidio de los grandes salones de partido de la sociela-democracia: su padre fue ministro, ella luego fue esposa de un primer ministro (al que le montó una buena caramera) y ahora es madre del primer ministro quien lleva ya la suya propia.

Como Lady Di, Margaret Joan Sinclair de Trudeau, no encontraba qué hacer con su vida, y se entregaba con locura a las juergas procurando divertirse un poco. Probó de todo luego que dejó a su marido. Se reunió con hippies en las islas del Pacífico, pero no pelando bolas sino pasándola en puros hoteles cinco estrellas y mansiones. Su marido Pierre Elliott Trudeau era un católico que rezaba todas las noches antes de acostarse, líder del Partido Liberal, un marido al que ella poco a poco fue aniquilando (murió en el año 2000) con la cornamenta que le puso. El pobre Pierre Elliott Trudeau decía que era de izquierda sencillamente porque era zurdo. Cuando conoció a Margaret Joan Sinclair ésta apenas tenía 18 años. Margaret Joan Sinclair era descendiente de la aristocracia colonial británica e hija del ex ministro de Pesca y alto directivo del gigante del cemento francés Lafarge, James Sinclair.

Para casarse Margaret Joan Sinclair se hizo católica en 1971.

En 1977 se separó de su marido.

En una entrevista que le hizo la revista Playboy en 1979, ella confesó que antes de casarse ya había tenido un aborto, y ésto le produjo una gran conmoción al pobre Pierre.

Apenas se casó Margaret Joan Sinclair, le comenzó a meter a todo y sus escoltas se cansaron de ver cómo la primera dama se hacía sendos porros y se los fumaba en actos públicos y en su residencia oficial. Así y todo Margaret Joan Sinclair tuvo tres hijos en cinco años de relación, que todo el mundo está ninguno fue del poor Pierre.

El caso de Justin es emblemático, ese que nació en 1971.

Se cuenta que el católico Pierre, como primer ministro, supo manejar con una habilidad política la lista interminable de amantes de su mujer que, encima, ella se dedicaba a alardear de ellos en su segunda autobiografía, "Consequences", publicada en 1982, cuando todavía no estaba formalmente divorciada de Trudeau. Allí no aparece explícitamente Joaquín Coronado Nieves, porque fue el que más dolor de cabeza le produjo. Seguramente le han dicho a Justin que Joaquín Coronado Nieves es chavista. Imagínense la cosa. Yo creo que Joaquín Coronado Nieves debería dar a conocer toda esta historia. Me tomo el abuso de pedirle a Joaquín Coronado Nieves que la cuente un día. Que publique sus memorias que debe ocupar varios volúmenes como la de Giacomo Girolamo Casanova.

Aquella cabra loca, en 1979, a los 32 años, publicó sus Memorias porque estaba ansiosa porque el mundo se enterara de sus locuras. En la lista de amantes de Margaret Trudeau que es como un libraco de aquellas guías telefónicas, cuenta que el 27 de febrero de 1977, el guitarrista de los Rolling Stones, Keith Richards, fue arrestado en la habitación de su hotel de Toronto, donde el grupo estaba grabando un disco, por posesión de heroína no sólo para consumo, sino también para la venta. Esa segunda acusación significaba 7 años de cárcel. Y justo en aquel momento, con los Rolling en Canadá, Margaret estaba teniendo un affair con el otro guitarrista del grupo, Ron Wood. Esto nos lo refiere Pablo Pardo.

Siendo ella todavía la esposa del primer ministro de Canadá, se empató con el cantante de los 'Rolling', Mick Jagger. Fue así como la revista 'People' publicó un reportaje en marzo de 1977 explicando que Mick Jagger tenía una nueva novia, Margaret Trudeau, que era bien conocida en EEUU después de la controversia desatada por su visita a la Casa Blanca, un año antes, en la que algunos habían declarado que su minifalda era impropia para tan augusto marco (relato de Pablo Pardo).

Los Rolling son solo una pequeña parte del historial amatorio de Margaret Trudeau.

En sus memorias ella explica cómo en 1978 tuvo una noche "de placer" en el asiento de atrás de un mercedes con el actor Jack Nicholson, que en aquella época era el novio de la actriz Anjelica Houston, hija del celebrado director de cine John Houston. "Aquella noche descubrí lo grande que es la parte de atrás de un mercedes", escribió la ex primera dama.

Era una desaforada ninfómana: Cuando Ryan O'Neal -casado con el ángel de Charlie Farrah Fawcett- le prohibió ir a su casa, ella saltó el muro exterior y se plantó hasta que, en una operación de acoso sexual que hoy podría ser delito, acabaron teniendo relaciones sexuales1. Como también las tuvo con el senador demócrata y ex candidato a la presidencia de EEUU, Ted Kennedy. Y con el periodista ultraconservador de EEUU de la cadena de televisión Fox News, Geraldo Rivera.

¿Cuál era la motivación de estas juergas interminables que después iban acompañadas de episodios depresivos brutales? En 2006, Margaret dio la respuesta.

Como excusa para todas estas locuras, la señora madre del nuevo primer ministro canadiense Justin Tradeau dice que sufre trastorno bipolar, una enfermedad mental que se caracteriza por una volatilidad extrema de estados de ánimo. Una persona bipolar pasa de tener una euforia ilimitada y una energía inextinguible a la mayor depresión.

Dedicada a la promoción de los tratamientos de las enfermedades mentales, su lucha consigo misma continúa, más allá de sus novios o de sus escándalos. Y ha estado con ella toda su vida. Ya lo cuenta en su libro, publicado en 2010, Changing My Mind (que puede ser traducido como 'Cambiar mi mente' o 'Cambiar de idea'): "A Maggie le pasa algo" decían a menudo mis padres a otra gente cuando trataban de entender mi comportamiento de niña (...) Había una ferocidad en Margaret Joan Sinclair. Cuando crecí en el Vancouver de la década de los cincuenta, era a menudo caprichosa y temperamental, presta a la risa, y aún más presta a la desesperación, propensa a gesticular en exceso, a hacer mohines y a llorar cuando las cosas no eran como yo quería, o pensaba que algo no era justo, o me parecía que mis hermanos estaban abusando de mí".

Los escándalos que, según el Globe and Mail, Margaret Trudeau "infligió" a los canadienses tienen, así pues, un fondo muy serio que va más allá de las ganas de pasarlo bien al precio que sea. Pero ahora su coñito hijo Justin, para vengarse un poco de las locuras de su madre, la emprende contra Venezuela. Aquí cabe decirlo con toda holgura, que gran hijo de Margaret.

1 Ver el trabajo de Pablo Pardo.

 

 



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José Sant Roz

Director de Ensartaos.com.ve. Profesor de matemáticas en la Universidad de Los Andes (ULA). autor de más de veinte libros sobre política e historia.

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