EEUU elimina las esperanzas de Ucrania de una asociación privilegiada

La Casa Blanca ha tomado la decisión de suspender el otorgamiento de ayuda militar a Ucrania y otros países y ofrece préstamos a cambio.

"Cambiamos un par de los programas de ayuda militar al extranjero de ayuda directa a préstamos. Nuestro argumento consiste en que en vez de darle a alguien cien millones de dólares, podríamos otorgarle un número menor de garantías prendarias y ellos podrían comprar más material", dijo Mick Mulvaney, Director de la Oficina de Administración y Presupuesto de la Casa Blanca. Los recortes en los préstamos del Departamento de Estado están dirigidos en parte a financiar un aumento en el gasto militar.

Recientemente, el presidente Donald Trump propuso gastar un 29,9 por ciento o sea 11,5 mil millones de dólares menos en el Departamento de Estado y en "otros programas internacionales" durante el año 2018 en comparación con el año fiscal 2017. Esto incluye a programas de asistencia militar y que es el Departamento de Estado el que decide qué países reciben el financiamiento.

La asistencia militar gratuita será reducida a unas docenas de países, incluyendo a Ucrania. Desde el año 2014 Ucrania ha recibido varios paquetes de equipos militares norteamericanos "no letales" incluyendo equipos de radio, instrumentación de vigilancia y docenas de vehículos blindados de segunda mano. Por otra parte, Washington mantiene un programa de entrenamiento de las tropas ucranianas que luchan contra las milicias de la región separatista del Donbass.

Este año fiscal el Congreso de Estados Unidos asignó alrededor de 560 millones de dólares a Ucrania en varios programas de asistencia incluyendo la ayuda militar y política de seguridad. El volumen de la ayuda se redujo a la mitad en comparación con el año anterior. En comparación, la ayuda militar a Israel y Egipto –dos estrechos aliados de Estados Unidos—en el Medio Oriente y los mayores recipientes de asistencia militar norteamericana seguirán sin cambios.

La mayoría de las cesiones hechas a través del programa de Financiamiento Militar Extranjero (FMF sigla en inglés) van hacia Israel, Egipto Jordania e Irak. La ayuda a Paquistán será reducida considerablemente. De tal modo, los aliados del Medio Oriente obtienen la mayor porción.

En realidad, Estados Unidos no tiene una estrategia estrictamente definida sobre Ucrania pero, al juntar fracciones de informaciones disponibles es posible notar la tendencia que prevalece. ¿Por qué Ucrania figura en la lista de naciones afectadas por los recortes a la ayuda exterior? ¿Qué pasa con Kiev que era el hijo predilecto de Washington? ¿Se acabaron los buenos tiempos?

El gobierno norteamericano sabe lo que está haciendo. Los programas de empréstitos están bajo el control del Comité de Asignaciones del Senado y lo primero que hace es examinar el nivel de corrupción como también otros parámetros. Debe haber garantías en que si el país receptor no cumple con sus obligaciones financieras, Estados Unidos tomará una parte de las empresas públicas del estado deudor. La incapacidad de Ucrania en avanzar en la lucha contra la corrupción ha dado lugar a la frustración y a la exasperación entre aquellos que están dispuestos a darle una mano. La decisión del gobierno norteamericano refleja la tendencia.

Reuniéndose el presidente Donald Trump en la Casa Blanca con el Ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov el pasado 1° de mayo, le informó que él no estaba demasiado preocupado por las hostilidades en el oriente ucraniano. El presidente más bien les restó importancia. Es evidente que Ucrania no es tan importante como lo fue para el gobierno de Obama.

El reciente viaje al exterior de Donald Trump demostró que está más interesado en el Medio Oriente y cree que el conflicto en Ucrania es un problema europeo que debe ser tratado por los alemanes y los franceses. Además, al cambiar de cesiones a préstamos hará que Ucrania sea más dependiente de Estados Unidos ya que pocos proveedores de armamento están dispuestos a competir y suministrar a Ucrania con armamento y equipamiento no letal.

En el mes de marzo el parlamento ucraniano adoptó el borrador de la resolución N° 6111 sobre una solicitud del Verjorna Rada (parlamento) de Ucrania al Congreso norteamericano respecto de garantías para la seguridad. Le solicitó conceder al aliado no miembro de la OTAN la condición para hacer de Kiev un socio privilegiado junto con otros países que tienen la condición de Gran Aliado No Miembro de la OTAN –Australia, Egipto, Israel, Japón, Corea del Sur, Jordania, Nueva Zelandia, Argentina, Barain, las Filipinas, Tailandia, Kuwait, Marruecos, Paquistán, Afganistán y Túnez. Taiwan "será tratado como si hubiese sido designado gran aliado no miembro de la OTAN". Dicho status confiere una variedad de ventajas militares y financieras que de otra manera no serían obtenibles por países que no son miembros de la OTAN. La solicitud de Ucrania cayó en oídos sordos.

Actualmente, se ha hecho obvio que Estados Unidos no considera a Ucrania lo suficientemente importante como para darle ningún tipo de asistencia militar o económica significativa. Kiev no encabeza la lista de prioridades de la política exterior norteamericana. Trump necesita de victorias en la lucha contra el fundamentalismo islámico, la situación en el Donbass no guarda relación con la clasificación presidencial, mientras que los eventos en el Medio Oriente sí que la tienen. Recordemos el enorme acuerdo armamentístico que el presidente justamente firmó con Arabia Saudita. ¿Y qué hay del anuncio de planes para una OTAN árabe? En comparación, una alianza con Ucrania es más bien un dolor de cabeza sin ningún beneficio a la vista.

Y aunque no fuera así, la corrupción y la falta de reformas ponen en duda la eficiencia de cualquier ayuda brindada a ese país. No es coincidencia que Trump esté proponiendo el recorte de la ayuda de la USAID a Ucrania en un 68,8 por ciento. Según Transparencia Internacional "Ucrania está perdiendo la última oportunidad para demostrarle al mundo la eficiencia de su programa anti corrupción. Al contrario, la impunidad de los altos funcionarios del régimen anterior y la presión política sobre las recientemente instaladas agencias anti corrupción, es de gran preocupación para la comunidad internacional."

Pareciera que Estados Unidos ha cruzado la línea sin retorno en su relación con su socio.

Otros miembros de la OTAN también han recibido asistencia muy limitada cosa que se ha reducido a pequeños paquetes de equipo auxiliar. Lituania es el único miembro que ha recibido armamento letal pero que no puede ofrecer gran cosa en términos prácticos. Ucrania no ha logrado convertirse en un receptor de asistencia militar o económica considerable de parte de Estados Unidos y Occidente en general. Ha caído en desgracia y ya no confían en ella. Esto ha sido confirmado por el hecho que Kiev enfrenta serias dificultades para recibir préstamos de parte del Fondo Monetario Internacional.

Ya no es suficiente ser hostil hacia Rusia para seguir siendo el osito peluche de Occidente. Eso no puede continuar indefinidamente. Occidente se está cansando de Ucrania y sus interminables problemas que Kiev durante tantos años no ha levantado un dedo para resolver. La decisión de Estados Unidos de eliminarla de la lista de recipientes de asistencia gratuita es una advertencia muy grave. Kiev tiene que urgentemente revisar sus políticas tanto nacionales como internacionales o enfrentar las consecuencias.

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Editorial@strategic-culture.org

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona



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