López Obrador peligroso para la derecha, ¿ y para la izquierda?

1. Andrés Manuel López Obrador (AMLO) es un peligro para México. Eso repiten en cada discurso el presidente Fox, el expresidente Salinas y los candidatos Felipe Calderón (FECAL) del PAN y Roberto Madrazo (ROMA) del PRI. Reiteran a diario que es peligroso porque está aliado a Hugo Chávez, a Fidel Castro y a Evo Morales y que juntos, como izquierdistas, pretenden destruir a EEUU. Por lo que se sabe López Obrador no conoce a ninguno ni mantiene alguna relación política con ellos. Pero la derecha mexicana, así como la mundial, no se chupa los dedos. Sabe que en los últimos cinco años han surgido varios gobiernos de centro-izquierda que –aunque de manera limitada- están oponiéndose a políticas yanquis tales como el ALCA, el Plan Colombia, la invasión a Irak, a varias medidas de la OMC y a otras más.

2. ¿Es AMLO también un peligro para la izquierda anticapitalista? La izquierda radical, es decir, la que va a la raíz de los problemas, debe ser anticapitalista. Debe luchar por mejores salarios y prestaciones para los trabajadores, debe batallar contra la intervenciones yanquis en el mundo, debe combatir la corrupción y a la derecha política; pero lo que más la define es su lucha contra la explotación capitalista para evitar la miseria, el hambre y la desnutrición y para construir una sociedad cada vez más igualitaria. El PAN y el PRI garantizan la continuidad de la explotación capitalista, así como del saqueo de nuestras riquezas por el imperio, ¿si AMLO llegará al poder –junto con el enorme grupo expriísta que lo rodea- sería exactamente igual que el PAN y el PRI? Si así fuera entonces AMLO es un peligro también para la izquierda radical.

3. Pero la violenta oposición contra López Obrador por parte de los aparatos de Estado, tales como el gobierno de la República , el poder Judicial de la federación, así como órganos electorales y medios de información, se debe a que AMLO ha proclamado que cambiará la política económica del gobierno de Fox. Esa política económica de tipo neoliberal y privatizadora, ha sido la continuidad de las políticas priístas aplicadas desde 1982 que han llevado al desempleo, al subempleo y a la miseria a la mayoría del pueblo mexicano. El candidato del PAN dice que no solo continuará con la economía privatizadora y neoliberal sino que la llevará hasta sus últimas consecuencias. El candidato el PRI, a pesar de que tibiamente critica a Fox, al ser un subordinado del expresidente Salinas, suscribe totalmente la economía neoliberal. ¿Qué esperamos?

4. Es obvio que AMLO no va a cambiar nada por propia voluntad. Nadie, ni la personalidad más honesta del mundo, hace algo o cumple alguna promesa por propia iniciativa. Cualquier gobierno del mundo responde a la correlación de fuerzas y a las presiones que éstas ejercen. Todos los gobiernos priístas y el gobierno panista de Fox han favorecido a la clase empresarial o explotadora porque ha sido la única organizada dispuesta a pedir, a exigir y hasta a protestar en cada momento. Cuando entregan un peso para la campaña política es porque van a sacar dos o tres veces su inversión. ¿Qué tipo de gobierno construirá AMLO si en México la izquierda radical es casi inexistente y no ha habido un movimiento de masas organizado que no sea el controlado por sus dirigentes “charros”, “neocharros”, “manipuladores” o corporativos?

5. Me parece irresponsable y hasta risible el sólo hecho de pensar en que en algún país pudiera haber un gobierno de izquierda, al servicio de los trabajadores, sin un gran movimiento de masas autónomo e independiente. Sin ello, lo más avanzado o “lo menos malo” sería, al parecer, un gobierno socialdemócrata o de centroizquierda reformista que podría mediatizar a las masas, pero también no reprimir mucho su desarrollo y sus luchas. Es lo que hasta ahora se registra en Brasil, Uruguay y Argentina, a pesar de que en esos tres países ha habido en otros años importantes movimientos de campesinos sin tierra y sindicalistas. ¿O es mejor un gobierno abiertamente burgués y opresor como el panista y el priístas para que la represión se de sin tapujos, haciendo surgir abiertamente las contradicciones para que salgan a la luz y obliguen a un despertar revolucionario?

6. La pregunta de la izquierda radical debería ser entonces: ¿Cuáles son las mejores condiciones para el desarrollo de una fuerza de masas independiente que obligue a cualquier gobierno a ponerse al servicio de los trabajadores? En Rusia zarista, en Francia feudal, en China de los terratenientes, en Cuba y Nicaragua capitalistas surgieron grandes revoluciones violentas, desde abajo, por las mismas condiciones materiales y sociales que bloqueaban cualquier otra salida que no fuera la revolucionaria. No se si con la propagación de la vía electoral, la extensión de los medios de información y los triunfos de la socialdemocracia se haya cerrado el ciclo de las revoluciones. Lo que se puede ver es un gigantesco despilfarro de recursos para apuntalar los procesos electorales y que el radicalismo de izquierda ha decrecido.

7. No basta tener la razón, lo importante es contar con la fuerza para ponerla en práctica. La izquierda social, no parlamentaria, por el hecho de estar siempre con la explotados y oprimidos, ha tenido históricamente la razón, pero siempre ha sido grupuscular, testimonial, conformista y orgullosa de esa razón que durante un siglo no ha podido llevar a la realidad. ¿Todavía no es tiempo de revisar teóricamente las causas del desplome de las revoluciones o “socialismos” en Rusia, China, Yugoslavia, Vietnam, Nicaragua? ¿Hacia dónde van las experiencias que se construyen en Venezuela, Cuba y Bolivia? ¿Qué alternativas pueden plantearse para la lucha armada colombiana, para el movimiento indígena en Ecuador y para el proceso electoral peruano? ¿Debe la izquierda radical enterrar a sus muertos para que no se paralice frente a lo que hoy ve?

8. La Otra Campaña encabezada por el Sub Marcos es muy importante porque denuncia sin tapaderas la realidad política, económica y social mexicana; además porque es una alternativa independiente de lucha que está presente. Pero es muy limitada porque su audiencia -además de predominar la clase económicamente pobre y marginal- busca satisfacer una curiosidad, es un poco pasajera, así como impulsada por la admiración hacia el caudillo zapatista. En la práctica, como si fuera un partido político con programa y militantes, sólo tienen derechos los que han aprobado la “sexta declaración” y han confirmado su “adherencia” a ella. Si embargo todavía se está iniciando y nadie puede decir la última palabra ni asegurar nada sobre lo que vendrá. Los ciclos políticos son de “larga duración” pero siempre hay que ver profundo para cometer menos errores.


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Pedro Echeverría V.


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