Podemos, periodismo, pensamiento único

El Pensamiento Único, a partir del Liberalismo económico de Adam Smith, reforzado luego por el Darvinismo social y por el Positivismo de Comte, han ido puliéndolo e implantándolo en el mundo Thatcher y Reagan, los economistas del Chicago Boys y los ensayistas mediáticos norteamericanos. Al final se ha petrifi­cado como una ideología y una praxis imposible de contrarrestar pese a ser abominable y causa de muchos de los males de la po­blación común del mundo. Las nuevas tecnologías le ayudan pues actúan en buena medida son como vaselina que lo aneste­sia.

No hubo más que ver la cara de asombro de algunos perio­distas españoles formados en él en las Escuelas de Perio­dismo (donde se obvia, por ejemplo, el socialismo real pese a que China tendría mucho que decir al respecto) y acos­tumbrados a pensar desde él, al escuchar en sus primeras inter­venciones televi­sivas a los dos profe­sores uni­versitarios impulso­res de "Podemos", Pablo Igle­sias y Carlos Mo­nedero. Así se explica que ciertos periodistas espa­ñoles des­plazasen de sus púl­pitos a los predicadores del dogma reli­gioso para difundir tozudamente, aun mediando crítica, el suyo del Pen­samiento Único. Y poco a poco, esos mismos, en lugar de limi­tarse a preguntarles y a informar han empezado a aco­rralarles y, como hacen los tipos de baja estofa, a recurrir con in­sinuacio­nes a la insidia, a mentir acerca de ellos y a calificarles, a veces rastreramente de po­pulistas en lo peor de su acepción.

No nos extrañe. Está visto que "Podemos" se propone hacer tri­zas el Pensamiento Único aplicado en España apenas sin estorbo por una de las dos formaciones políticas mayoritarias españolas, de la que es cómplice en el asunto, por debilidad, la otra. Pero claro, eso no pueden tolerarlo ni los que viven de él directamente, ni el pe­riodismo más poderoso de este país, en su mayor parte conservador o fascista, monárquico o consentidor, corporati­vista y siempre y por encima de todo pragmá­tico...

Veamos. El Pensamiento Único tiene su origen en un artículo de Ignacio Ramonet en 1995 en Le Monde Diplomatique.

En síntesis el Pensa­miento único viene a ser una visión social, una ideología, que se pretende exclusiva, natural, incuestiona­ble, que sostiene y apuesta -entre otras- por estas tesis:

1-La hegemonía abso­luta de la economía sobre el resto de los planos sociales

2-El mercado como mano invisible capaz de corregir cual­quier tipo de disfunción social

3-La importancia de la competitividad (falso: dominan lobbys y oligopolios)

4-El Mercado libre, li­brecambio sin límites (falso: las fuerzas hegemónicas imponen ritmos y no hay manera de resistirse a ellas)

5-La mundiali­zación, en su acepción económico-financiera.

6-La división mundial del trabajo

7-La desregulación sistemática de cual­quier actividad de ca­rác­ter social.

8-La privatización de lo público

Esta ideología cuenta con apoyos financieros, me­diáticos y polí­ticos suficientes para gozar de una situación de privilegio respecto de otros modos de entender la sociedad que, natural­mente, exis­ten; que existen, pero que los doctrinarios mediáti­cos, empresa­riales, financieros y políticos del Pensa­miento Único sofocan, desprestigian y reprimen... (el coopera­tivismo, por ejemplo).

Pues bien, a ese pensamiento con­testa "Podemos". Eso es lo que "Podemos" y su caldo de cul­tivo, el 15 M, se proponen combatir entre nosotros. El deto­nante han sido los abusos, la desigualdad estructural y la impu­nidad que en España alcanzan niveles de es­cándalo y donde son múltiples las barreras que se alzan para evitar los cambios a los que se resisten los caudillos de una Transición tramposa. El Pensamiento Único ha termi­nado siendo el aliado idóneo de esa Transición reforzando esas barreras.

Estamos pues ante dos ejércitos civiles. El uno gigantesco en principio imbatible, y el otro minúsculo pero al que se le van a ir uniendo millones por el camino. Es muy posible que si no fuera por el Pensa­miento Único que profesan las fuerzas eco­nómicas, bancarias y financieras mundiales que obtienen sin pegar un solo tiro los réditos que logran de la guerra abierta, la tercera mundial ya se habría desencadenado. Pero, vista la co­rrelación de fuerzas, la esperanza que aporta el movimiento pa­cífico e incisivo, Po­demos (que millones esperábamos como al Mesías), es como un bálsamo, por un lado, y un ariete, por otro, para abatir la in­expug­nable empalizada del Pensamiento Único en este país. Recuerda el trance a la kerkaporta: una portezuela dejada abierta por olvido en las murallas de la inex­pugnable Constan­tinopla, por la que los turcos penetraron tran­quilamente en la fortificación en 1493 (hasta el punto de que los historiadores sitúan el comienzo de la Edad Moderna en ese hecho y esa fe­cha).

Y cuando Pablo Iglesias o Carlos Monedero claman en los pla­tós contra la iniquidad: es decir, desahucios multitu­dinarios, des­valijamiento de las Cajas, saqueo de las arcas pú­blicas, des­pilfarro del dinero público, la desnutrición infantil y pobreza galopante, esos periodistas bellacos se ríen, tratan de despresti­giarlos y les tildan de mitineros. Pero esto tiene una explica­ción más allá de la apariencia: al igual que a ese sepultu­rero que cobra por desenterra­miento, lo único que interesa al perio­dismo rastrero es descu­brir cadáveres putrefactos (que pueden seguir desenterrando a miles), no para contribuir a de­bilitar el Pensamiento Único y me­nos a cortarlo de raíz, sino para llenar más páginas de sus pe­riódi­cos o para ocupar más horas en los medios audiovisuales. Es cierto que no se hartan de hablar de los efectos perni­ciosos del Pensamiento Único, pero para refor­zarlo y para dejar intacta la ideología.

A Podemos le queda bastante recorrido. Podrá fracasar en su intento pues los intereses creados, la envidia, el rencor, los ines­crúpulos y las malas artes de muchos, y de entre ellos de ciertos periodistas, podrán acabar con ese Movimiento que nos dota de esperanzas. Pero la semilla está sembrada. Y tal como va la deriva del pre­sente, tal como es el tamaño de la brecha de la desigualdad cada día más infranqueable, y tal como es la im­punidad que se en­señorea de este país y del imperio al que sir­ven los adorado­res y apoderados del Pensamiento Único (esa nación donde ya multan y persiguen -y terminarán matando- a quienes tratan de sobrevivir buscando comida en la basura), hay que confiar en que, si poster­gan o aniquilan los canallas a Iglesias y a Mone­dero, otros toma­rán la bandera y conseguirán doblegar a ese sistema promotor de la nueva esclavitud como la gota persis­tente de agua acaba hora­dando el pedernal...



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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