El PAN contra sindicatos, el PRI contra obreros; ¿dónde la llamada izquierda?

1. En la discusión y la votación sobre la reforma derechista y reaccionaria de la Ley Federal del Trabajo en el Congreso, los diputados del PAN y el PRI votaron por unanimidad a favor; por el contrario, la llamada izquierda (o sea, la socialdemocracia electoral) se mantuvo -por ahora- en la oposición y votó en contra. Se aprobó toda la operatividad relacionada con contratación individual, el pago por horas, facilitar los despidos y otras reglas lesivas a los intereses de los trabajadores; pero el PRI logró negociar que no se toquen a los sindicatos ni a los líderes espurios para que sigan cumpliendo como su base de apoyo.



2. El PRI gobernó 71 años con el fuerte apoyo de los sindicatos y las confederaciones totalmente dominados por sus líderes charros o venales. Desde que nació la CROM en 1918 contó con la total protección del gobierno y éste era intocable porque su líder Luis Morones (secretario de industria y comercio) fue su incondicional. Luego en 1936 surgió la CTM –la más grande organización obrera del país (tres millones de afiliados) manejada durante 60 años por Fidel Velázquez- mismo que organizó el llamado Congreso del Trabajo en 1970 para hacer más grande el liderazgo espurio del país. Era tan poderosa la CTM que “auscultaba” gobiernos para el PRI.



3. ¿Pero puede olvidarse que el PAN –desde que nació en 1939- ha sido un jurado enemigo de los sindicatos y de la lucha de clases, en tanto el PRI ha usado siempre la traición o el charrismo sindical y corporativo? Debe recordarse que el PAN es el partido de los empresarios y del clero que nunca ha querido la democracia o la independencia sindicales sino a “obreros libres” desorganizados que no presionen, que no salgan a las calles y que se disciplinen a la clase empresarial. Por ello no entiendo a la socialdemocracia que se alía con el PAN que durante toda su historia ha sido enemigo de la lucha obrera y de los trabajadores.



4. El PAN no sólo se ha opuesto y se opone a los sindicatos, sino a todo lo que huela organización comunitaria o de masas. Lo han declarado mil veces: son individualistas, son partidarios de todo individualismo, de la propiedad privada, de las “buenas costumbres y formas”, de las arreglos “decentes”, del voto individual, de la democracia individualista y representativa. Si alguna vez han acudido a la organización de mítines es porque han tenido necesidad, pero prefieren los trámites, el diálogo civilizado, las gestiones burocráticas, los acuerdos en recámara. ¿Puede olvidarse que los dirigentes del PAN vienen del empresariado y organizaciones patronales?



5. Los sindicatos en México y en todo el mundo son organizaciones de los trabajadores y son éstos los que deberían destituir y enterrar a sus líderes venales o espurios. Permitir la entrada de la clase empresarial o gubernamental en los sindicatos es una traición; al contrario, los trabajadores tienen que exigir que no intervenga el gobierno apoyando con dinero, policías, ejército y abogados a los líderes charros. Son los trabajadores quienes deben tirar a la basura a sus líderes mediante la toma de locales, la organización de asambleas, la lucha en las calles y las huelgas salvajes. Los obreros tienen que adquirir conciencia y aprender a luchar.

6. Lo que PAN, PRI y PRD buscan jugar en las cámaras –vergonzosamente- es ser partidos bisagra, es decir, sin ideología y sin principios éticos, hacer alianzas con quien convenga. Mientras tanto se pasarán cobrando sus “dietas” o salarios de alrededor de cuarto millón de pesos al mes, más viajes y viáticos. Después del reconocimiento de Peña Nieto como presidente electo, de ser en parte derrotadas las movilizaciones, de que López Obrador construya su partido, no parece quedar nada interesante para los trabajadores mexicanos. Si Calderón después de los asesinatos de 90 mil mexicanos no va a la cárcel, mucho menos Ernesto Zedillo que sólo ordenó el asesinato de 45 indígenas de Acteal.

7. En tanto el PRI usa a los sindicatos subordinando a los dirigentes charros y el PAN busca romper a los sindicatos para dejar a los “obreros libres” de vender su fuerza de trabajo a los empresarios, la llamada centroizquierda o socialdemocracia declara estar con los sindicatos y la democracia sindical pero se convierte en demagoga porque sólo está preocupada por lo electoral, por los cargos de gobierno y por los enormes salarios que cobra. La izquierda verdadera, formada por la CNTE, la APPO, Atenco, el Yo soy 132, el EZLN y demás pequeñas organizaciones anticapitalistas, tienen que debatir pensando en unir sus luchas, de lo contrario no quedaría nada en defensa de los trabajadores. (29/IX/12)

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Pedro Echeverría V


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