Canarias, víctima del centralismo feroz

Las prospecciones petrolíferas en Canarias contra la voluntad y el interés de miles de canarios, es otro de los temas que pone sobre el tapete el por qué de la aspiración a la independencia de ciertos territorios. Un Estado hipercentralista que ejerce una acusada fuerza centrípeta hacia el centro, es dado a los abusos caudillistas; en lugar de cometerlos un dictador en persona, los comete la clase acomodada a través de lo que es un virtual partido único. Como sucedió en la Alemania hitleriana...

En cada territorio por separado hay una riqueza y un modo de entender su reparto que son arrollados por un supuesto interés común, que a la postre es el interés de unos pocos compactados por la bandera del dinero. Es el mismo caso de las islas británicas, donde los otros territorios que integran la pérfida Albion son arrastrados por el dominio ancestral de Inglaterra, carente de riquezas significativas naturales, y cuyo ingenio se ha reducido desde siempre a la depredación, la astucia y a la fuerza para apoderarse de lo ajeno. Así construyó el imperio británico y así siguen ahí en el mundo reductos de su expolio que insultan al cielo, a la justicia y al concepto de libertad que venden por el mundo a cañonazos. Como, por ejemplo, las Islas Malvinas o ahora esos dos países del medio Oriente asiático.

Al final Canarias va a tener que soportar la devastadora prospección, para conseguir riqueza en casa ajena y permitir que los demás territorios peninsulares puedan seguir gastando crudo como si fueran ricos con derecho a seguir siéndolo.

A cambio Canarias será abandonada por el turismo, su principal fuente de riqueza con el plátano en declive cuando al mundo le quedan cada vez menos refugios a donde huir de los constantes destrozos que unos cuantos ocasionan al planeta al que queda, a escala planetaria, muy poco tiempo de vida.

Ese crudo, si llega a extraerse, que es harto dudoso, sólo servirá para que el gobierno se haga un homenaje a sí mismo, para que algunos se pongan entorchados y otros sigan despilfarrando crudo en la península y en las carreras de coches, mientras canarios se arruinan y el turísmo canario es tocado de muerte.

Vamos de mal en peor. Unos puñados de políticos (y similares) saquean el dinero público, otros además lo derrochan, y otros prefieren excitarse con la erótica del poder haciendo lo que se les antoja. Sepan esos miles de canarios que han salido a la calle contra la prospección de petróleo, que millones más nos unimos moralmente a ellos porque, además y por muchas cosas más, estamos tan hartos como ellos...

richart.jaime@gmail.com


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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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