El enano francés

El ministro, del enano francés, Gérard Longuet recalca que durante el Ramadán no habrá pausa de la guerra francesa contra Libia. Es que el enano pretende poner otra colonia al norte de África, otra Argelia. Hasta que por, desgracia de Dios, vuelvan a volar las estaciones del metro de París, mientras el enano se pasee con su hermosa aeromoza cuál buzón imbécil de palacio.

El problema debe ser de tamaño mental, o es que no le quieren pagar la deuda que tienen con Libia, y a los insurgentes les descontaran el pago con la chatarra que le han facilitado. Date durante el mes sagrado, para que el enano demuestre su desprecio por todo aquello que no sea francés. Recorda enano que el único mundial se los ganó un africano.

Con gran pompa el ministro del enano bocea que el odio y la xenofobia francesa se ensañarán intensamente durante el Ramadán. Posiblemente los objetivos militares a atacar sean, esta vez, las mezquitas de Dios y de sus hijos musulmanes. ¡Ay enano! dónde te pondrá la historia pequeña, la de la infamia, porque en la grande no tienes cabida.

“Hace falta que la población se subleve” dice el Ministro del enano; sí que la población de la ultraderecha se subleve y si los mande a las cloacas de París, que es un lugar muy seguro para cierta gente, según Victor Hugo, si son gente en tal caso. Esto debe ser la manera francesa: “Para decir las cosas de manera clara”.

Además, el vocero del enano hociquea que hay concluir la guerra lo antes posible. Indagarán en la antigua Sorbona o en la Soborna, ¿cuál guerra? Porque nadie ha visto una declaración de guerra, ni a Libia atacando a Europa o en tal caso a Francia. De cuál guerra franco-franco hablará el Ministro del enano. Interesante la metafísica bélica francesa. Será que ahora, soy enano y luego existo.

El Ministro del rey bufón dice que no están solos. Francia y el Reino Unido son todo el mundo, solipsismo francés. Creo que el segundo decía que un perro inglés valía más que un español. Entre estar solo y existir para sí mismo debe saber mucho el enano, que sólo mira el ombligo de los demás. Además, el hocicón declara: “Cuantos más seamos… más rápidamente concluirá esta guerra”. Por supuesto esta guerra aire-tierra, avión-humano, bomba-musulmán, bombardeo-africano.

Una gran guerra francesa contra cualquiera que esté allá en tierra. A cuál pieza mecánica o electrónica del caza-bombardero le colocarán la Legión de Honor o la Medalla del Honor para honrarlo por su valor en el frente de batalla. Será, en verdad, muy emotivo ver al enano repartir la Legión de Honor, después que se asigne la primera para él.

El enano es capaz de reconocer cualquier cosa como “único poder legítimo”. Para eso él es una buena tautología francesa, enano-enano. ¿Se sentirá un nuevo Napoleón?, claro sin el valor real de aquel. Vendrá de allí su espiritual necesidad de crear una nueva colonia francesa en el norte de África. Esta nueva colonia, que está en su pensamiento, pensará bautizarla con su nombre o con su apellido; o como mejor se honre a su tan distinguido orgullo libertario.

La noticia indica que: “A cuatro meses de las agresiones de fuerzas colonialistas contra el pueblo libio, se han contabilizado 1.118 ciudadanos asesinados y miles de heridos, víctimas de más de 6.086 ataques y unas 16.000 operaciones aéreas”. Debe el enano complacerse con estas cifras, debe aplicarle, a las mismas, la lógica de Port-Royal y allí mismo llegar al éxtasis. Claro todo esto sea por la igualdad, la libertad y la fraternidad.



coasfi@yahoo.es


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Obed Delfín


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