Strauss-Kahn, a la juez gringa, puso con el trasero en dos manos

El FMI, guarida de gozones

Dominique Strauss-kahn, cuyos apellidos no son muy galos, pero nació en Neuilly, en los suburbios de París. Además, Director del Fondo Monetario Internacional, lo cual le vincula a una torre de billetes, tanto que sin pensarlo dos veces, para que no le encanasen, ofreció la módica cifra de dos millones de dólares de fianza.

“Ponga en sus manos esta garantía; una “moñoña” de billetes, que ahora mismo sacamos a los griegos; protestones pero a quienes nariceamos.”

Así dijo el tipo, quien salió como su madre le trajo al mundo, de manera sorpresiva, del baño de su suite de 3000 dólares por día, que pagan los parias del mundo, a quien el FMI envaina y viola, sin que ningún juez o fiscal repare en eso, e intentó atropellar a joven que hacía el servicio de habitación.

Su abogado, de los más caros de por aquellos lados, con la moral en alto, le recomendó:

“No se quede engatillado. Los reales se le perciben en cara, nombre y cargo”.

“Tome en cuenta le juzgará una mujer. Eso le envaina; pero búsqueme una coartada, aunque no sea buena, que así pueda llamársele, que acompañada con su oferta a cualquiera le pararía los pelos; hasta del pubis”.

Es la chica nacionalizada estadounidense pero de origen africano, a quien arremetió tal cual el FMI hace contra pueblos del tercer mundo y ahora algunos que no lo son.

“Voilá”, dijo Dominique y se abalanzó sobre ella, como mosca a leche; tal cual el FMI en “ayuda” de país quebrado; le estrujó vagina, según dijo alguna prensa y quiso irse; pensó en su lógica, no había roto un plato.

Su proceder, valido de su condición de alto funcionario del organismo financiero, tiene su razón de ser. Es el manual del organismo para el cual trabaja. El forma parte del equipo “exquisito” que diseña y aplica sus “persuasivos” planes. Es simple asunto de meter para sacar.

¿Quién es la chica? Una simple empleadita de limpieza de un hotel de Manhattan y para más vainas negra.

Ese fue su razonar; no es nada absurdo o fuera de la natural conducta de un tecnócrata.

En Venezuela, en 1989, las imposiciones del FMI, por prestar un dinero que en fin de cuentas nadie supo dónde fue a parar, condujeron al ajusticiamiento y desaparición de miles de venezolanos. La cifra ofertada en préstamo, sólo de eso se sabe, es insignificante con respecto a las pérdidas materiales ocasionadas por la justa reacción popular contra aquel intento de abuso. ¡Nadie ha pagado por eso!

A donde el organismo financiero acude en “ayuda”, deja un esterero de muertos, motines y atropellos. A pobres, sin que juez alguno acuda a evitar sus abusos, les estruja genitales - eso incluye testículos y vagina - y les vacían bolsillos y carteras. Si te alteras, te arrancan la vida, no te entierran y las bolas te meten en la boca.

Ahora mismo, a los griegos, el FMI, y este Dominique Strauss-kahn, le han montado una trampa para arrancarles todo, hasta los pelos del pubis, a cambio de un préstamo que equilibre cuentas que su gente misma desequilibró, para que ellos puedan cobrar completo, por demás y en la fecha.

¿Si no se hace así, cómo pagar las habitaciones de 3000 dólares diarios de Dominique, sus panas y disponer de efectivo necesario para fianzas de jueces, exigencias de funcionarios venales que tapan estrujaduras y las manos que meten, en cada sitio donde acuden?

Siendo potencial candidato a la presidencia de Francia, director del FMI, alto dirigente socialdemócrata, es natural que todo esté envuelto entre realazos, dólares y euros. Que así pretenda resolver el asunto, más si la chica es africana, modesta empleadita de hotel.

Pero así es la escuela del FMI, organismo que no pega una en sus habituales predicciones; esta vez también se equivocó.

Su coartada, no es confiable; puso de testigo a su hija; pero como le dijo su abogado, aunque tenga cochocho sirve, para eso están los reales. Sin embargo parece habérsele caído. Dijo estar con aquélla y ésta lo convalidó, no podía ser de otra manera, pero a una hora distinta del abuso del cual se le acusa. Para mayores males, se descubrió que es reincidente.

A la juez, por serlo y mujer para más ñapa, con coartada tan chimba y malos antecedentes, puso el francés con el trasero en dos manos.

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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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