desde
caracas.- Luis Alfonso Hoyos hablaba por su celular mientras caminaba
ansiosamente por los pasillos de la Organización de Estados Americanos. El
presidente Uribe le había encaminado una tarea: tenía que ironizar lo
máximo posible e invitar a todo el mundo a entrar a Venezuela para
verificar que allí están más de 80 campamentos de guerrilleros de las
Farc.
Hoyos terminó de hablar por celular y llamó a las demás personas que conformaban el cuerpo diplomático, y les dijo: “Todo listo para ofender, compañeros”. Y entraron al salón donde ya estaban todas las delegaciones de los demás países miembros de la OEA. Unos días antes, el ministro de la Defensa de Colombia, Gabriel Silva, había denunciado la presencia de guerrilleros de las Farc en Venezuela. Y ahora, Luis Alfonso Hoyos, quien está inhabilitado para optar a cargos públicos en Colombia, tenía la misión de mostrar las pruebas que unos días antes, Silva no había mostrado a nadie. En aquel momento, cuando se produjo la denuncia de Silva, el nuevo Presidente Juan Manuel Santos estaba en México y no dio ninguna declaración. Las denuncias del gobierno colombiano en torno a la presencia de guerrilleros de las Farc en Venezuela se han venido convirtiendo en un lugar común. Ya antes dijeron que habían capturado armas que Venezuela les había entregado a las Farc, pero más adelante se demostró que todo fue un montaje. Todas estas falsas denuncias las conocía Luis Alfonso Hoyos, por eso llevaba la misión de demostrar que ahora sí, todo era cierto. Tomó asiento y comenzó su participación. Desde el frente de donde se encontraba Hoyos, el embajador de Venezuela en la OEA, Roy Chaderton, leía los últimos informes que había recibido de la Cancillería venezolana. Sabía por experiencia, que una nueva andanada de ofensas se le venía encima a Venezuela por boca del representante colombiano. Ya era una costumbre uribista esta para-política. Más allá, sentado, y dirigiendo la sesión, estaba el secretario general del OEA, Insulza, quien veía con cierta desconfianza al embajador Hoyos cuando estaba dando su discurso. Desde que el embajador Hoyos inició su discurso, la duda recorrió todo el salón, y cuando empezó a mostrar las pruebas, entonces las dudas dejaron de serlo para convertirse en una verdad: Todo era un circo montado por el embajador colombiano con orden de su presidente Uribe. Las fotografías, las coordenadas, los guerrilleros y los cochinos, todo parecía montado con el único fin de provocar. Y el lenguaje del embajador se fue haciendo más ofensivo a medida que descubría que los miembros de la OEA no le estaban creyendo el cuento. Cuando terminó su discurso, y el embajador Roy Chaderton tomó la palabra y le dijo que mejor le contara una de vaqueros, Luis Alfonso Hoyos llamó a su presidente Uribe y le dijo: “Lo que pasa Presidente es que el pasado nos condena. Nadie nos cree después de todas las mentiras que hemos dicho en torno a este caso, presidente, Y el bombardeo a Ecuador y el secuestro de Granda y la sacada de Chávez como intermediario para la liberación de los rehenes. En fin, Presidente, el pasado nos condena”. |
