Calderón hace homenaje a militares yanquis y pide venta legal de armas al Estado no a delincuentes

1. La visita presidencial del presidente ilegítimo mexicano, Felipe Calderón, se convirtió en un incondicional espaldarazo al presidente Obama y al Partido Demócrata. Los parlamentarios republicanos salieron tronando del Congreso contra el discurso de Calderón porque les pareció que éste sólo acudió al recinto para apoyar las políticas de Obama. Y lo más descarado es que el presidente del senado mexicano, el perredista Navarrete –arrastrándose ante Obama y Calderón- llamó al pueblo norteamericano a votar por el partido de Obama. Esos funcionarios mexicanos, que deberían enseñar aunque sea un grado de independencia frente al imperio, se muestran como verdaderos lacayos de los EEUU. Debe ser claro: Calderón no está contra los fabricantes de armas y el armamentismo –al contrario- sólo pidió que no las vendan a la delincuencia y a sus opositores porque esas armas lo están poniendo en aprietos.

2. ¿Por qué Calderón firmó la llamada “Iniciativa Mérida” y luego el “Plan México” sino no fue para que los EEUU le vendan aviones, helicópteros, las armas más poderosas, le entrenen en EEUU e Israel a su ejército e instalen en el país a miles de asesores militares yanquis? ¿Por qué Calderón acudió a Arlington, el cementerio militar de EEUU, a homenajear al “soldado desconocido” sabiendo que ese lugar está lleno de los militares y políticos muertos, precisamente cumpliendo con el deber de asesinar a millones de seres humanos inocentes de otros países que al defenderse fueron masacrados en guerras, invasiones, batallas defensivas, incluso en robos de territorios? En realidad Calderón tiene metido en el cerebro –desde que ocupó el país con decenas de miles de miembros del ejército mexicano- la ideología militarista y la visita de Arlington Virginia, es una prueba rotunda.

3. Lo que hubiese sido realmente importante es que Calderón condene las guerras, las invasiones, la enorme producción de armas en EEUU y en el mundo, así como a los países poseedores de armas nucleares. Que Calderón y su cachorro Navarrete en lugar de hacer campaña por el partido de Obama, denunciaran el muro, las miles de migrantes muertos en los desiertos y por asesinatos de los patrulleros yanquis. Que Calderón dijera que la miseria en México y el gigantesco desempleo que sufre el país se deben al desventajoso comercio entre México y los EEUU, pero sobre todo señalar que México forma parte de América Latina y que es durante el gobierno de Obama cuando se colocaron las bases militares de Colombia y se registró el golpe de Estado en Honduras. Pero no, en vez de eso, la visita presidencial sirvió para apuntalar al partido de Obama y para cuidarse no tocar un solo pelo al gobernante yanqui en turno.

4. Los medios de información y los periodistas bien pagados, se pasaron la mañana del viernes en México reproduciendo y repitiendo los aplausos “espontáneos” en el Congreso de EEUU al discurso de Calderón. Dijeron que en 33 minutos se registraron 27 ovaciones. Lo que silenciaron es que todo eso había sido arreglado –con el contenido del discurso- por los congresistas del partido de Obama y los jóvenes y personajes que ocuparon los asientos de los parlamentarios ausentes. ¿Podría esperarse otra cosa si había integrada una comisión de aplausos? Pero lo que se mide no es aplausómetro sino los logros de la visita. ¿Se piensa acaso que se va a detener el tráfico de armas y que las siete mil armerías que están en la frontera van a dejar de venderlas a pesar que las Sedena las ofrece en México? Calderón no encuentra salida, está desesperado por negociar –aunque diga lo contrario- porque necesita evitar el desplome electoral del PAN.

5. “En México –dicen dolorosamente, muy angustiados los medios de información al servicio de empresarios y gobierno- Calderón no puede presentarse en el Congreso”. Ha agraviado tanto al país, que cuando anuncia su informe anual comienzan de inmediato las manifestaciones de repudio de obreros, campesinos, ciudadanos. Tanto Fox como Calderón han tenido que implantar un Estado de sitio militar –diez cuadras a la redonda alrededor del Congreso- para tratar de llegar en helicóptero a su informe anual. En cambio, dicen, en los EEUU le aplauden a Calderón. Sin embargo los mexicanos tienen claro el motivo. ¿Piensan ustedes que Hugo Chávez, Evo Morales, Raúl Castro, Daniel Ortega, Rafael Correa, recibirán los mismos aplausos después de acusar a Republicanos y Demócratas de apoyar las guerras, las invasiones y los golpes de Estado? Pero los gobiernos de Colombia, Perú y Costa Rica recibirán los mismos aplausos.

6. ¿Cuáles fueron las conquistas de ese viaje presidencial que tanto se publicitó? Es claro que ninguna. Se resaltó que Calderón ha demostrado valor en la lucha contra el narcotráfico y que la administración del presidente Barack Obama se ha mostrado ausente frente a la lucha contra el comercio ilegal de armas. Se asegura que las autoridades mexicanas han decomisado alrededor de 75 mil armas, y más del 80 por ciento de éstas provienen de Estados Unidos. Pero eso lo conocemos desde hace ya 20 años y nada ha cambiado porque el gobierno mexicano se ha dedicado a resguardar a los EEUU. En embajador gringo en México ha reconocido que la Casa Blanca ha apoyado los esfuerzos de México en la lucha contra el crimen, pero "ha sido negligente en la batalla contra las armas ilegales”. Hay indudablemente valores entendidos entre ambos gobiernos. El mexicano no quiere tocar al yanqui ni con “el pétalo de una rosa”.

7. Lo importante es que el pueblo mexicano no caiga en el engaño. Los aplausos que tanto reseñan los medios es por el agradecimiento al gobierno de Calderón que ha sido un simple títere del gobierno de Obama, que se ha movido al ritmo que le marcan. Las cosas continuarán igual o peor porque “los EEUU no tienen amigos, sino intereses”. Para que ese gigantesco y dilapidador país se mantenga de pie necesita las riquezas de otros países. México es un mercado barato y sumiso para refaccionar a los EEUU, así como lo son otros países de África, Asia y Centro América. La visita de Calderón sólo fue la de un cachorro más que fue a cumplir con su amo; no podría esperarse aluna cosa distinta. Desafortunadamente aquella izquierda mexicana que salía a la calle a protestar contra este tipo de políticas internacionales sumisas no existe más. Hoy, confiando en vías electoreras están las izquierdas dedicadas a aspirar a diputaciones y senadurías.

pedroe@cablered.net.mx


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Pedro Echeverría V


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