El Reimpulso Agroalimentario

No al agrocombustible, como en días recientes le escuchamos decir a un dirigente agrario, cuando se refirió a la separación de parcelamientos para la siembra de la materia prima del etanol. Es posible, así lo dedujimos, que el compatriota de la agremiación agraria se esté comprometiendo en el acompañamiento a la proposición de un programa mínimo para la producción de un 10% del agrocombustible para el consumo nacional, lo que no dejó entender en sus palabras. Esperamos que lo haga, si es que nos lee.

Hay más. Si es que esa bombita no deja ver el piquete al equipo, puede ser proclive que el contrario (el del latifundio) le saque ventaja a la contraseña para su provecho y, en base a la imprecisión, se quiera quedar con las mejores tierras para producir el “alimento” de los motores del señor Bush y sus corifeos.

En otro orden sobre la misma idea, tenemos que reconocer, una vez más, que el camarada Hugo Chávez Frías, Presidente de todos los venezolanos y de los bienvenidos a la patria, es el gobernante; el estadista que necesitamos en Miraflores. No es un hombre acomplejado cuando es necesario rectificar. Pero también es el cerebro de los proyectos que benefician a los desposeídos. Lo que para los tozudos que añoran las prebendas del pasado es un estorbo. Para ellos, lo que es una temeridad batracia, es mejor negar eso de que la aceptación a Chávez no decae. Es que los pueblos saben cuando el grito es falso. Y esto es lo que son: gritones sin fundamento.

Los corifeos de Bush, cuando nosotros hacemos estos reconocimientos, nos llaman “jala bola”. No lo somos. Preferimos hacer de la montaña una trinchera cuando ellos se creyeron dueños de Venezuela. También nos dicen ignorantes cuando proclamamos con fuerza: ¡Que viva el socialismo que nos dejaron el Redentor y nuestro Libertador Simón Bolívar, en la planilla escrita por Carlos Marx y difundido por Vladimir Ilich Uliánov, Lenin. Ellos, los incondicionales del imperio, no saben lo que es eso. Solo refunfuñan.

No están contentos por qué Chávez logró, otra vez, conversar con los verdaderos empresarios. No los de maletín, como esos que medraban de los préstamos que nunca pagaron, pero que aflojaban sustanciosas comisiones, y como en nuestro caso se trata del reimpulso de la producción agroalimentaria, lo que hemos venido planteando desde el primer llamado a las cooperativas, hoy a tenor de tan importante encuentro con los empresarios, le hacemos las siguientes preguntas a nuestro Presidente amigo y camarada: ¿cuáles son las razones, y quiénes las esgrimen, para que no se colectivicen los trabajos para la producción agroalimentaria? ¿Colide esto con los programas de las cooperativas y con el posible reimpulso de los empresarios privados? De una vez repetimos: nuestra tierra es ancha y larga. Cabemos todos holgadamente en tanto y cuando rompamos el acaparamiento. Hacinados en Caracas no, por Dios.

Camarada Presidente, son esas las cosas que lo hacen certero; sin titubeos, cuando llama y convence a los remisos, para que “trabajemos juntos pues”. Y “afloja los reales antes que se te pudran, Escotés”. Lo que de concretarse, como lo esperamos por fin, y que así sea, ampliará las posibilidades de empleo para una parte de los compatriotas todavía sin trabajo. Pero aún así, quedarán cientos de miles de desempleados que pueden ser incorporados por PDV-Agraria para, en trabajo colectivo, hacer producir la tierra todo lo que nos comemos y más.

Llanero es llanero, Presidente y sabe que “seguro mató a confianza”. Y por otra parte: más masa, más arepa y mazorca en la troja y el “soberao”. Usted nos entiende, sabemos que sí. También que la tierra sí paga.

Patria, Socialismo o barbarie. Venceremos.

pedromendez_bna@yahoo.es


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Pedro Méndez


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