Venezuela y su guerrilla de los años sesenta

Para comprender la insurgencia de los partidos de izquierda, donde destacan en la guerrilla los partidos Comunista y MIR, éste último proveniente de Acción Democrática, habría que mirar hacia la década anterior. Aquellos años el terror y la represión era constante, la policía política conocida como Seguridad Nacional no dejaba de acosar un solo instante a esa gente. Sin embargo, los miembros dirigentes y los de la base del Partido Comunista no se amilanaban en la lucha contra la dictadura, siendo muchos los comunistas presos, torturados y asesinados por los esbirros de Pedro Estrada. Guasina, la cárcel del Obispo, los sótanos de la S.N. y otros lugares en Venezuela fueron lugares donde cientos de activistas y decenas de dirigentes murieron. A pesar de andar juntos, adecos, comunistas, algunos urredistas y uno que otro copeyano, había diferencia en cuanto a la alta dirigencia, Rómulo Betancourt estaba en el exilio, Jóvito Villalba también estaba exiliado, Rafael Caldera se mantuvo en el país, no era un factor de oposición frontal al régimen, y fue en 1.957 cuando percibiendo las inminente caída de Pérez Jiménez que se asila en la Nunciatura Apostólica y sale al exilio. Gustavo Machado y otros dirigentes comunistas permanecen en el país y siguen luchando en forma clandestina. Aunque Betancourt había ordenado desde el exilio a los adecos que no se juntaran con los comunistas, ellos siguen unidos en la lucha por derrocar a la dictadura perejimenista.

Al caer la dictadura, Betancourt, Caldera y Villalba firman el Pacto de Punto Fijo dejando afuera al Partido Comunista de Venezuela, luego Betancourt desde el gobierno le declararía la guerra. Esta decisión será altamente lamentada por Betancourt y también por el país, porque habiendo el Partido Comunista sacado unos aguerridos líderes como parlamentarios desde allí le hacen una oposición férrea y critican con todas sus fuerzas el Pacto de Punto Fijo. El gobierno responde con una persecución desmedida y utiliza su policía política, la Digepol, como el brazo ejecutor de horrendos crímenes. Este desenfreno trae como consecuencia que los jóvenes dentro del Partido Comunista piensen en una salida de fuerza, posición que causa internamente un conflicto generacional, la alta dirigencia sostiene la tesis de mantenerse en la legalidad, seguir la lucha en el parlamento y esperar las próximas elecciones de 1.963, entre quienes plantean una revolución armada se encontraban: Teodoro Petkoff, Freddy Muñoz, Duglas Bravo, grupo que logra imponerse en el Congreso del PCV en 1.961. Por otro lado, ese mismo año se produce el primer intento de asonada militar, ésta encabezada por el coronel Edito Ramírez en la Escuela Militar; en Junio se levanta otro contingente militar llamado El Barcelonazo; en Agosto se le quita la inmunidad parlamentaria a Petkoff acusándolo de subversivo; en Noviembre Betancourt rompe relaciones con Cuba y en Diciembre le da una calurosa bienvenida al presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, su gran aliado del Norte.

En 1.962 la situación política en Venezuela es muy delicada, A.D. se vuelve a dividir, ahora es el Grupo ARS. El 3 de Abril se produce el primer ataque guerrillero en Humocaro Alto, estado Lara, seguidamente sucede El Carupanazo y en Mayo El Porteñazo. Ya para Febrero del 62 se habían creado los primeros núcleos guerrilleros, en Falcón el famoso Frente José Leonardo Chirinos, en ese mismo estado el grupo Simón Bolívar comandado por el prestigioso revolucionario Argimiro Gabaldón y otro grupo guerrillero se aloja en la montaña de Aroa en el estdo Yaracuy. Paralelamente con la guerrilla rural se desarrolla la guerrilla urbana, pequeños grupos bien organizados atacan en las grandes ciudades: asaltan bancos, grandes tiendas, comandos de la Guardia Nacional, dan muertes a policías, secuestran el buque Anzoátegui, aviones de Avensa; y secuestran al famoso futbolista Alfredo Di Estefano. En 1.968 llega Caldera al gobierno y pone en práctica la llamada pacificación, muchos alzados logran volver a las actividades legales, sin embargo hay algunos que no aceptaban rendirse; Douglas Bravo y Julio Escalona pretenden seguir en la lucha armada. Con el tiempo todos se pacifican y se acaba la guerrilla en toda Venezuela. Y hoy unos cuantos de aquellos ultra-revolucionarios, son archi-reaccionarios e irracionalmente están en contra de la exitosa revolución bolivariana. ¡Hay que ver como es de perversa la envidia!

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José M. Ameliach N.


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