Destruir todo lo que favorece al pobre y para esto no faltan los destructores

“Los pobres tienen mucho

 más tiempo que los ricos

 –y también más frío,

 más hambre,

 más soledad,

 más lluvia,

 más sol,

 más luna,

 más viento”

Álvaro Cunqueiro

 

Vivo poniendo en práctica las enseñanzas aprendidas de un destacado profesor universitario de periodismo ya fallecido: Federico Álvarez, a quien la humildad lo convertía en un ser muy especial y todas sus orientaciones era por el bien de la humanidad. Siempre escuchaba a mi amigo Federico, con infinita atención y placer; me llamaba la atención una expresión, que nunca dejaba de repetir: “En clase se recibe la base para aprender y saber entender todo lo que se oye y se ve en la calle, porque esa es la verdadera escuela” Creo y estoy seguro, que sigue teniendo la razón y más en estos momentos, cuando estamos en la era de las redes, aunque parezca una osadía tratar de enfrentar ese monstruo.

La mañana de este martes, me parecía oír a Federico Álvarez en una de sus amenas clases, cuando me consigue a una señora, quien está muy clara políticamente, pero de ahí a que la oigan los de su clase con sus razonamientos propios de una mujer esperanzada por un mundo mejor, parece casi que imposible y menos aún los de arriba, ya que, el poderoso poder mediático hace brillar a los torpes y mediocres siempre y cuando los ayuden en momentos apremiantes y descalifican al que anda con la verdad en las manos para que la vean y la sientan. Me comentaba la humilde matrona, con cierta tristeza de los cambios profundos en Venezuela, en un tiempo muy rápido y casi todos golpeando directamente a los pobres y en la mayoría de los casos los encierran en una desidia profunda.

La opinión por cierto muy certera y precisa de una humilde mujer del pueblo, tiene un gran valor, en momentos, cuando la tarea urgente del gran capital, representado por el imperialismo es desbaratar cualquier presagio o florecimiento, que vaya en parte aliviar las penurias de los eternos esperanzados y no se trata simplemente de los chavistas o maduristas, como pretender dividir, para luego descalificar. Del gobierno del comandante Chávez, se beneficiaron propios y extraños. Todavía mantengo fresco en la memoria, cuando un tío, me llamaba para que lo llevara a cobrar la pensión, ya que, lo recibido servía para resolver muchos problemas y temía que lo fueran a robar; por supuesto los beneficiados, estaban viviendo una luna de miel.

Por el otro lado se desató una locura colectiva, cuando los raspadores de tarjetas, había que preguntarles ¿Vas o vienes? Porque no paraban en el país y muchos de ellos, no habían visitado ni siquiera la capital de la República en la cuarta, porque nunca se les presentaba la oportunidad. Después vino lo que todo el mundo conoce, empezó la raspadera, pero no de tarjetas, si no de cuanto beneficio estaba recibiendo el pueblo y para esto el imperialismo se creyó más listo, que el mismo pueblo venezolano, al desatar una escasez sin precedente, ni siquiera pensada por los propios contrarios al gobierno. Sin embargo, el pueblo resistió y esa resistencia propia de un pueblo, con valores de sus libertadores, puso nuevamente a pensar al imperialismo, hasta cambiar los métodos perversos de ataque.

Los beneficios a favor del pueblo fueron tantos, que apenas iban desapareciendo por obra y gracias del imperialismo con una presión desatada en contra del proceso bolivariano, se profundizó una crisis, donde parece, que el único culpable es Nicolás Maduro y para esto se han valido del gran poder mediático a través de las redes, para presentar la gran salvación, después de pedir una invasión: a la inocente María Corina. Son tantos los ejemplos, nacidos al calor de la lucha, el cual por momentos parece agarrar cuerpo, como un incendio, cuando lo mueve una inesperada brisa por muy débil que sea. La calle es la escuela y en ella oí en una oportunidad a una mujer de origen campesino ¡El jefe de mi esposo, sabe que es chavista! Porque aparte de trabajar en un puesto del gobierno, también lo hace en la empresa privada. Sin embargo, madrugó para ir a votar por la inhabilitada, a pesar de beneficiarse del gobierno, desde el mismo comienzo del proceso bolivariano.

Todo lo que estamos viviendo en las calles, es la continuidad del perverso y persistente ataque del imperialismo. Se apagó Guaidó, como una vela encendida en un rincón. Ahora, respira por la herida de María Corina, pero esta se dio a conocer por su amor puro, hacia todo gobierno de los Estados Unidos y el que se deje engañar, es porque forma parte de su sequito de arrimados o simplemente son más pitiyanquis que ella o se encuentran tocados por el gran poder mediático, como los migrantes por el “sueño americano”. Pero hay más, porque ahora están apareciendo nuevos divorciados del proceso bolivariano: la Mary Pili Hernández, anda asustada la pobrecita y le da miedo hablar, te lo voy a creer para que no te pongas brava. Cuidado si no es invitada por Iván Duque y Mike Pompeo para que de verdad se meta en el peo de la oposición y de por terminado sus shows mediáticos.

 


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Narciso Torrealba


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