La tarea de Maduro fue desacreditar el socialismo

Una de las más importantes exhortaciones de Chávez fue precavernos del reformismo, “cuidado con las veleidades reformistas”. Muchos de sus ministros se resistieron a Chávez – a los “excesos” de Chávez, como dice ahora uno de ellos – por creer  que se excedía en su radicalismo frente a la empresa privada. Ese miedo a la revolución verdadera encarnó la conducta reformista, pusilánime, conciliadora, “moderada”, de muchos de ellos a la hora de tomar decisiones frente a la propiedad de empresarios conspiradores y de los terratenientes, misma conducta pusilánime que hoy domina en el gobierno madurista. El  mismo “estamos mal, pero vamos bien” de Petkoff se escucha a cada rato en las declaraciones de la vicepresidenta Delcy y del mismo maduro,  contentos porque la economía ha crecido de forma sostenida, porque  el apoyo a la producción (a la empresa privada) aumentó en un 90 %, porque se ha frenado la inflación, sin que esto se haya notado un ápice en la calidad de vida de los trabajadores, jubilados y pensionados, ¡de los más desvalidos!, y en la calidad de los servicios públicos, educación y salud,  cada día más malos y más anárquicos. La sustitución del proyecto socialista por un gobiernito conciliador devenido en alcahuetes del capitalismo más salvaje y colonial, desde los años del  gomecismo, y en promotores de la propiedad privada. Maduro se inventó un socialismo de limosnas, de supervivencia, lo que él llama “socialismo en lo social”, porque en lo económico este es el país más capitalista y colonial del planeta.

Chávez dejó muy claro en su Plan  de la Patria la necesidad de derrotar, de ir siempre en contra de la lógica del  capital, y del reformismo, del cual nos precavió como siendo parte de esa lógica,  como otra manera de fortalecer los cimientos del capital.

El capitalismo obliga. El capitalismo es como un hoyo negro, una fuerza centrípeta que todo se lo traga.  Las  reformas no le hacen nada. Las reformas no tienen aliento espiritual (político, ideológico) para cambiar su lógica. Es imposible cambiar la sociedad mediante reformas al  capitalismo; al contrario, sin cambiar su alma las reformas lo refuerzan. Es el caso de los emprendimientos, sustitutos de la conciencia del deber social y de la propiedad social. Los emprendimientos están dentro de la lógica del capitalismo. Un emprendedor exitoso ya es un capitalista; si paga a empleados explota el  trabajo  de otros. Como a un gran mercader, al emprendedor lo motiva el lucro, y  el egoísmo, fuerza centrípeta del capitalista.

¿Quién compra un Ferrari en un país verdaderamente bloqueado económicamente?, nadie. Pero en la Venezuela de maduro un idiota con plata lo compra, porque el bloqueo en Venezuela no se aplica a los capitalistas, a los ricos, fue una estrategia para sacar a maduro y al madurismo del gobierno – que sigue hablando de  socialismo aunque sus prácticas sean contrarias al socialismo – y castigar de paso a los más pobres, castigar indirectamente al pueblo que al  pueblo que apoyó a Chávez y el socialismo, para castigar a los que todavía creemos en el socialismo. Igual lo hacen con Cuba.

Maduro no es socialista pero sigue hablando de socialismo cuando conviene, lo hace frente a una multitud de trabajadores o de militantes ingenuos, por eso no lo quieren en Washington. Maduro y el madurismo está desesperado por sostenerse al mando del gobierno, al precio que sea, porque el verdadero poder lo tienen los capitalistas y las potencias mundiales, es el poder del capital. Más poder que el madurismo  tiene la esperanza socialista, tiene la memoria de Chávez, su fantasma, que se ríe del Súper monigote, grueso y gordo de puro aire; más poder que Maduro tiene el espíritu del comandante que lo atormenta.  Maduro solo dirige el gobierno (o el desgobierno) que  está a punto de mutar en un régimen de facto, paranoico, fascista, al estilo argentino, y abrirle la puerta a otro Milei en la persona de María Corina Machado.

La tarea de Maduro ha sido quebrar a PDVSA, desacreditar a Chávez y al socialismo, y lo ha hecho muy bien. Creo que es lo único que ha hecho  bien en estos 10 años. En Washington solo  están a la espera de la trasmisión de mando, porque casi todo  el trabajo (trabajo de zapa) de privatizar y recolonizar el país está hecho.

¡DESPERTEMOS A CHÁVEZ Y RESCATEMOS AL SOCIALISMO DE LA CALUMNIA MADURISTA!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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