¡Por un pacto histórico para salvar la república!

El capitalismo jamás ha sido útil para los sueños y esperanzas de liberación de los pueblos nuestroamericanos. Desde su llegada a nuestras tierras meridionales no ha sido más que violencia y depredación sobre la humanidad viviente, convertidos después en los condenados de la tierra (Fanon, F.). Pero esta misma situación en cada época hasta nuestros días ha forjado (ido forjando) a una casta, generación, modelo, de hombres y mujeres rebeldes, insumisos, valientes y visionarios. Ellas y ellos han sabido llevar sobre sus hombros la gran carga que significa optar por los pobres, por los explotados, por los que siempre fueron echados a la vera del camino y negarles el derecho a tener una vida social en dignidad, feliz, productiva, en sosiego, humana.

En ese marco, Nuestra Patria es una de las más prolijas en la producción de esa estirpe. Basten los ejemplos de Sebastián Francisco de Miranda, el venezolano más universal, de José Simón Antonio Bolívar, el más grande hombre de América, y de Antonio José de Sucre y Alcalá, Vencedor en Ayacucho, quien rompió definitivamente las cadenas que nos sometían al imperio español. Luego vendría la traición de los ambiciosos, de los desclasados, de los pitiyanquis como Páez y Santander, perdonados por el Libertador.

En la contemporaneidad de la República, sería extensa la enumeración de ese linaje, con Zamora primero. Posteriormente vendrían las nacientes células comunistas en las que destacan hombres como Pío Tamayo, Salvador de la Plaza, Gustavo Machado, Argelia Laya, hasta la histórica presencia de Hugo Chávez en nuestras luchas de liberación. Si algo caracterizaba a estos hombres y mujeres, hechos posteridad, fue su valor, su coraje, su alta disposición a desempeñar su rol impuesto por las realidades y por la conciencia para ponerse al frente de las luchas de los desposeídos por la igualdad social, la libertad, la independencia y la soberanía nacional. Por un mundo mejor, que solo es posible si es socialista.

Venezuela está hoy herida de muerte. Los principios y valores republicanos consagrados en la Constitución fueron puestos a un lado; la política económica se decide en favor de los hambreadores del pueblo; los mancilladores de su honor andan libres; el bloqueo devino en excusa para la opacidad en la gestión pública; la clase política se comporta como una banda de lumpens en el manejo de la cosa pública, las condiciones y calidad de vida del pueblo se asemeja a la esclavitud moderna; flexibilización laboral para favorecer al gran capital; el despojo de facto de nuestra moneda, el Bolívar, con la anuencia del Ejecutivo nacional, entre muchísimas situaciones más que nos conducen a afirmar que el legado del Comandante Presidente Hugo Chávez fue pasto del "nido de alacranes" que lo rodeaba. Todo bajo la retórica discursiva del bolivarianismo y del socialismo del siglo XXI y del chavismo. ¡Falsos es lo que son los autonombrados hijos de Chávez!

Sirvan las líneas previas para llamar a la izquierda revolucionaria, a los movimientos patrióticos, a los sectores populares de avanzada, al chavismo originario, a los comunistas, comuneros, sindicatos clasistas, frentes de lucha, Todas la manos a la Siembra, movimientos pedagógicos, la corriente histórico social, a los intelectuales, a las individualidades, grupos y organizaciones políticas y cristianas de base que han dicho: "Con los pobres de esta tierra quiero yo mi suerte echar" (José Martí) a que sin más dilaciones nos pongamos en marcha en la unificación de todas nuestras fuerzas, recursos, talentos, amores, voluntades, emociones, decepciones y anhelos, a juntar la leña de Alí para irnos al combate por la Patria, con alegría, como el que va al encuentro de un nuevo amor. Tenemos la inmensa tarea de recuperar la patria vilipendiada, entregada a los capitalistas internos y a las transnacionales, que seamos sal y luz para Salvar la República que las dirigencias políticas maduristas y las derechistas que ayer estaban en pugna, y que hoy se reparten el poder económico (con acusaciones mutuas de cuál es más corrupta que la otra) han ensombrecido con "la larga noche neoliberal" (Rafael Correa)

Esta fuerza unificada no solo debe tener la razón histórica, el objetivo muy claro, el plan diseñado la estrategia correcta, no. Debe tener además dos átomos de oxígeno, que son todo el O2 de esta lucha política, para garantizar su victoria y Salvar la República: anclaje y arraigo en el seno del pueblo, y la moral republicana, la moral pública, la moral revolucionaria, como sus mayores fortalezas, pues ellas demostrarán la superioridad de esta alternativa de poder emergente. De allí que esa unificación debe tener la fuerza de los docentes y maestros en la calle, que resista el calor como los obreros de Sidor, que tenga la valentía de Carlos Bolívar, que sea consecuente y coherente y entregado a sus ideales como Carlos Lanz Rodríguez, que tenga el amor de los asesinados en Yumare y tenga la esperanza de la juventud revolucionaria masacrada en Cantaura, que resista los golpes hasta ser ejemplo para la posteridad como Jorge Rodríguez padre, que tenga el silencio y el coraje de David Nieves ante sus esbirros, que se haga pueblo rebelde y desafiante como los hijos de Chávez el 13 de abril de 2002, que empuñe la lanza de Zaraza y que implemente el movimiento retardatriz de Zamora, que este consustanciado con el feminismo de Argelia Laya, Manuelita Sáenz, Juana la Avanzadora y de Ana María Campos.

Esta es nuestra carga histórica. ¡Pacto Histórico para Salvar la República!

 

josefranciscoochoav1@gmail.com



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