No salgo de mi asombro

No ya desde una perspectiva planetaria y universal, que también; no ya desde el punto de vista de lo que usualmente consideramos altas miras, que también; no ya las aspiraciones de independencia de un pueblo tan legítimas como legítima es la aspiración de cualquier ser humano a gozar de libertad, lo que el Estado español criminaliza al encarcelar casi de por vida, dada su edad, a quienes representaban y representan a ese pueblo, que también... No ya todo eso, sino también ¡válgame Dios! criminalizar la natural pretensión de los encarcelados y de los actuales representantes catalanes de consultar a la población si está o no a favor de la independencia, fuese o no consentida luego por el Estado donde se encuentra ese territorio, lo que hace de España, a la vista del mundo, de los tolerantes y de los bien nacidos, un país semisalvaje; lo que convierte a la mayoría de los líderes políticos de este país en individuos primarios o asilvestrados...

No salgo de mi asombro ante ese cerrar filas en torno a una Constitución política dada en circunstancias tan extraordinarias que pueden considerarse hoy día que entonces fueron de emergencia, es algo que pertenece a la clásica cerrazón de la España negra, de la España donde prevaleció la Inquisición durante un siglo sobre cualquier otro poder, de la España tenebrosa, de la España odiada por gran parte del tercer mundo, de la España cazurra y caciquil...

No salgo de mi asombro, en mi condición de ciudadano del mundo, al no poder tampoco imaginar a ningún otro país reaccionando y actuando sus líderes políticos principales como aúllan los españoles. Y no salgo de mi asombro al presenciar la deriva de un presidente de gobierno ahora en funciones que pretende gobernar para todos, aliado a los más brutos de la sociedad habiendo aireado antes, hace poco, sus ideas y las de su partido, federalistas. No salgo de mi asombro al comprobar cómo se suma este jerifalte a otras fuerzas políticas empeñadas en restaurar paulatinamente el franquismo con sus ideas monolíticas sobre territorialidad a cuestas, que impiden otras fórmulas de convivencia basadas en altas dosis de interdependencia de todos los territorios naturales que configuran la nación. No salgo de mi asombro al ver que este estado de cosas absurdo en España contrasta severamente con la realidad de un país como Suiza, que habla tres idiomas universales, italiano, alemán y francés, y un cuarto autóctono, el romanche, y que dos países, Alemania y Austria, hablan un mismo idioma, el alemán, y son absolutamente independientes entre sí. El mismo caso de Francia y Bélgica hablando ambos el mismo idioma francés.

No salgo de mi asombro sabiendo que bastando leer un artículo de esa miserable Constitución, el artículo 149, que resuelve automáticamente el asunto de la consulta popular en Cataluña, pues "es de la competencia exclusiva del Estado (el gobierno) autorizar consultas populares vía referéndum", y sin embargo los gobiernos que han venido desfilando estos cuarenta y tres años de supuesta libertad lo han denegado, encarcelando el último, a través de la querella de la Fiscalía General del Estsdo y luego el TS, a siete gobernantes catalanes...

No salgo de mi asombro, en fin, partiendo de la perspectiva planetaria y universal, y del punto de vista de las altas miras a los que antes me refería que, tras aquella precipitada aprobación de una Constitución en 1978 de una configuración absolutamente involucionada y franquista -monarquía incluida-, no se plantee generalizadamente una reforma a fondo de la misma dando a la población española la opción de elegir entre monarquía y República, y entre la nación autonómica de las características provinciales y antinaturales de la dictadura, y la nación federal...



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Jaime Richart

Antropólogo y jurista.

 richart.jaime@gmail.com      @jjaimerichart

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