Maduro, ¿outsider o advenedizo? O cachicamo trabajando para lapa

El outsider puede tomarse como el forastero, "el fuereño" como dicen los mexicanos, pero pudiera también por extensión asociarse al significado de advenedizo. En ambos casos se trata de un tipo extraño, metido donde no debe y ocupándose de cosas inherentes a otro u otros. Podría ser también aquel que, por encargo, asume una tarea que le corresponde a otro u otros.

Aparte de sus compromisos y relaciones estrechas con Chávez, después que éste fue puesto en libertad, Maduro había sido, desde bastante joven, militante de la Liga Socialista. Una organización que resultó de una de las tantas divisiones del MIR y fundada por viejos militantes como Carmelo Laborit, Jorge Rodríguez (padre), Julio Escalona, Fernando Soto Rojas y unos cuantos más. Se trataba como todo el mundo sabe de una organización que se definió, como el mismo MIR, Socialista y marxista leninista. Pese sus distanciamientos orgánicos con el PCV, tuvo simpatías o adherencias en la práctica y la teoría con los gobiernos de la Europa del Este, aquellos de la influencia y el control estalinista. Un partido que, hasta que Chávez cautivó a gran parte de su dirigencia y estando este casi ya en campaña electoral, se mantuvo fiel a aquello de la "salida" por la vía de la guerra y que esta, como lo hicieron los cubanos y predicó intensamente el "Che" Guevara, no podía hacerse de otra manera que no fuese la lucha guerrillera. Dicho de otra manera, se trataba de una organización y hombres con una percepción rígida del proceso histórico y apegados a ciertos parámetros como estandarizados.

Pese la caída del "Muro de Berlín", el fin de la guerra fría, los procesos dados en el antiguo "mundo comunista", la formación del nuevo Estado y sociedad rusos, los caminos tomados por China y Vietnam, país este último que habiendo derrotado a Estados Unidos y quedado virtualmente en libertad de enrumbarse por la ruta de Ho Chi Min, hacia el socialismo, más bien optó por imitar a China, cuando Chávez llega al gobierno se define socialista y lo que es más, asume la tarea de hacer de la nuestra una sociedad de aquel carácter. Sólo Cuba, en el planeta tierra y pese las enormes dificultades que confrontaba, sobre todo por lo acontecido en Europa, siendo un capitalismo de Estado, se mantuvo fiel a la definición de socialista. Y era de todo el mundo conocido el tratamiento dado por EEUU y sus aliados, como el embargo contra la isla, la aplicación de la Ley Helms-Burton. Y se sabía bien de los duros efectos que todo aquello producía en la sociedad cubana. Solemos decir "guerra avisada no mata soldado", lo que significa también que no debes quejarte de lo que sabes de antemano te espera, sino prepararte para vencer esas dificultades y no soñar nunca que el enemigo te dará tregua.

Cuando Maduro, en aquel acontecimiento "sobrevenido" se transformó en presidente y según la común creencia en el líder, hizo suyas aquellas banderas y durante el tiempo que ha pasado, hasta ahora ha dicho que anda en lo mismo. Lo suyo pues, si uno se atiene a su discurso, es también construir el socialismo. Es pues, según lo que declara y hasta declama, un soldado dedicado a la tarea de construir esa forma social en Venezuela. Porque además, pese digan otra cosa, en la práctica cree que eso depende de la decisión de la "vanguardia".

¿Pero qué viene aconteciendo en Venezuela?

Desde hace muchos años, las relaciones de los trabajadores con su patrón en Venezuela, empezando por los del Estado, habían estado reguladas mediante los contratos de trabajos que se firmaban cada cierto tiempo según lo establecido en ellos mismos. Había sido una gloriosa conquista de los trabajadores y una manera de lograr que el patrón reconociese por lo menos una parte de los beneficios del trabajo a quien ello produce. Para Aristóbulo Istúriz, figura importante del gobierno socialista, el no reconoce el contrato de los trabajadores al servicio del Ministerio de Educación porque él "no firmó ese contrato". Una hasta como infantil, por no decir otra cosa, excusa para ocultar que simplemente el Estado que ellos manejan no está dispuesto a reconocer ese derecho a ningún trabajador porque se intenta, igual que en PDVSA, otros entes oficiales y toda las empresas del mismo carácter, desmotivar a los trabajadores para que renuncien, se vayan a actividades privadas a se conviertan en migrantes, porque no pueden pagar esos compromisos, hasta limpiar el camino a los nuevos inversionistas y al nuevo Estado. Lo que a su vez significa darle rienda suelta a los empresarios privados, porque pese a los sueños de quienes gobiernan vivimos en una sociedad capitalista en toda la línea, para que hagan lo mismo con sus trabajadores. Lo que los llevaría además a un absoluto estado de indefensión, el paraíso del capital privado y empresarios. Y conducidos por un soldado socialista.

El Estado, por ejemplo, no tiene como invertir para reactivar la industria petrolera, en virtud de los errores garrafales del pasado, en lo que no debemos dejar de recordar la responsabilidad de Rafael Ramírez y para que el capital privado, que si puede, entre en el negocio, hay que desbrozarle el camino haciendo que los trabajadores se vayan a causa del poco salario que allí hoy pagan.

La quiebra del Estado impone esa conducta en todas las áreas, y la forma de salir del atolladero, es inducir a cada quien tome su camino o como suelo decir al estilo cumanés, coja su "cachachá" y se vaya con su música a otra parte. Es lo que haría el neoliberalismo, sólo que este, más coherente, optaría por reducciones de salarios y despidos masivos sin piedad ni sintiendo vergüenza. No les pediría sutilmente que se vayan sino les echaría a la calle.

Un gobierno neoliberal o de derecha sin tapujos, hubiese lanzado un decreto o promulgado una ley para eliminar todos los controles que cualquier otro hubiere aplicado por construir lo que quería sin importarle las reacciones que eso pudiera provocar. Eso hizo Macri en la Argentina, sin pena ni dolor alguno. Pero en Venezuela, por advenedizo, el gobierno de Maduro opta por la misma táctica de los contratos de trabajo, como que no los ilegaliza pero no los respeta, tampoco suspende las prohibiciones pero se hace el loco y deja que empresarios y comerciantes hagan lo que les venga en gana o impongan su propia ley.

China y Rusia, de quien el gobierno espera ayuda para sobrellevar la carga que soporta, que más que él la soporta el pueblo, no van a darla sin tener la seguridad que sus capitales estén seguros y en capacidad de rendir beneficios. Y esto pasa por producir al más bajo costo y obtener la máxima ganancia. ¿Por qué? Porque sencillamente así procede el capital. Pues aunque este no sea estadounidense obedece a la misma lógica.

Lo advenedizo o lo de outsider en Maduro es que siendo según como se define, socialista y de izquierda, estaría comportándose, para poder subsistir, como un agente del neoliberalismo y un cachicamo que cava la cueva para que se meta la lapa. Está haciendo el trabajo que haría la derecha que se reconoce como tal y hasta enemiga del socialismo si llegase al gobierno. Pero ella y sobre todo el empresariado y capitalistas, internos y externos, saben que si sus agentes políticos tradicionales, llegados al poder hicieran eso, porque estarían obligados por su lógica a hacerlo, la expresión verdadera del movimiento popular en breve tiempo les arrebataría el poder. Por eso, siempre su opción, en estos últimos veinte años, ha sido la violencia para desbaratar toda legalidad y hasta la nación misma. Pero si encuentran que Maduro, con lo que él ha sido y cree representar, por las dificultades en las que se haya, de responsabilidades compartidas entre muchos, toma esas medidas para subsistir, que terminarán por hundirle, les allana el camino para llegar al poder teniendo a un "enemigo" a quien culpar de lo que pase, como que los trabajadores hayan perdido sus conquistas sagradas que parecían algo que no estaba ni estaría en discusión, como el derecho a su contrato colectivo de trabajo y tantas cosas más.

Este sería el Estado ideal para capitalistas y el pago de Maduro por su derecho a continuar hasta cuando la vida le sonría.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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