Maduro ordena cazar traidores ¿Pero quiénes son y dónde están?

No me siento muy ganado para entusiasmarme con las órdenes que da el presidente. Son tantas las que ha dado y da sin que quienes a quien se dirige, cuando eso hace, que no son muchas las veces, porque generalmente habla como al vacío, bien se sabe, para que nadie se dé por entendido, como sabiendo que eso es para que crean. Pero uno anda de aquí para allá, metido en medio de esta angustia, como bombardeo sin bombas, porque esta guerra es tan inusual que los proyectiles son cosas que no caen y estallan pero destruyen; el Clap a uno, que somos miles, no nos llega, las medicinas, no es que no lleguen, ni uno no las encuentre sino que, son tan caras que no podemos comprarlas, lo que en fin de cuentas resulta como si no llegaran o la misma vaina es. De manera que la salud "gratuita y de calidad", de la que habla el presidente y quienes se esmeran por caerle bien, lo menos que puedo decir, es que cuesta bastante y más encontrarla, quizás escondida por tanto bombardeo. El salario que si llega, seamos justos, es tan esmirriado que si uno le compara con la cesta básica, da grima, pena y pesadumbre. La luz va y viene y eso es como sentir y mejor ver los estallidos de la metralla y los aparatos que se queman y la poca comida, la que compré hoy y no se ha congelado, corre el riesgo de amanecer en estado de mortandad, descompuesta como uno también por lo mismo del salario y la salud gratuita pero ausente.

Con proyectiles pues que no llegan pero impactan, hacen daño, que causan tantas devastaciones como esos usados en las guerras convencionales y hasta con armas nucleares. Los bachaqueros y especuladores todos, porque a decir verdad esto cambia a tanta velocidad que los comerciantes formales, hasta virtuosos, convencidos por la prédica y práctica de la gran empresa, se dieron a competir con los primeros en vista que las órdenes que da el presidente, porque él se cree el único competente para eso y le da a entender a sus subalternos que no deben hacer nada hasta que él lo ordene y con un buen grito, no llegan a tiempo y para completar la vaina cuando las da nadie les hace caso. Y esto sucede porque parecieran creer, como uno, que eso lo dice por no dejar y para que la gente crea, pero esa no es para nada su intención. Fíjense que Pascualina Curzio ha dicho ahora que la política cambiaria del gobierno es contraria al interés nacional y a la que había implantado el presidente Chávez, pero pareciera, es lo que uno entiende, que eso no es orden de Maduro, porque él jamás haría algo contrario a lo dispuesto por aquél, justo porque eso marca el alfa y omega de la traición. Entonces eso sólo se le puede ocurrir a traidores de verdad y a esta quinta columna que todavía sigue haciendo de las suyas. Y Maduro será un traicionado hasta por mampuesto pero él jamás incurriría en tal pecado; lo máximo sería, bien por no saber qué hacer o no poder hacer otra cosa, dejar que los suyos hagan lo que les venga en gana sin importar hacía dónde vayan los tiros. ¡Eso sí! Él actuará y hablará como quien no sabe nada y ellos como quien nada escuchan. Y ellos a él, a cambio, le serán leales, sólo que no se sabe exactamente en base a qué. Aunque sobran sospechas de para qué.

Ya va como un cerro de años –y parece así porque el tiempo se nos vino encima como un tsunami o un promontorio de cosas mal colocadas, una encima de la otra y, uno de torpe, quita de las abajo, justo las que dan soporte a aquella vaina – que se denunció la paulatina caída de la producción petrolera, según por una estrategia erradamente planificada de quienes el asunto dirigían, entre ellos Rafael Ramírez, y hasta ahora no ha habido forma, manera ni gerente que eso enderece. A tanto hemos llegado- ¡qué vergüenza compatriotas! – que hasta Colombia, la que según todavía nos roba la gasolina, ahora está produciendo más que nosotros. Según información de última hora, Colombia ahora extrae 144.815 barriles más que Venezuela y si así seguimos, dentro de poco seremos nosotros quienes intentaremos robar gasolina a y eso no es fácil. Porque si bien es verdad, pa´ pimpineros nadie como los hermanos vecinos.

Pero pasa el tiempo y nada se dice de lo que se hace o piensa hacer para cambiar ese triste cuadro de miseria que hasta a uno mismo da lástima, que sería una salida expedita, rápida, aunque sea por la vieja y hasta estratégicamente maldita vía rentista o extractiva ya que, lo del oro, que bastante tenemos, tampoco da muestras de favorecernos mucho. Lo que ahora pasa con la gasolina, que se palpa en las estaciones respectivas, asediadas por vehículos y conductores, pese al descenso sustancial del parque automotor y el gobierno niega, parece tener una manera de desmentir a este, sólo con ese triste volumen de extracción. Y pese todo ese trágico cuadro, en el país con las mayores reservas probadas del petróleo en el mundo, el Ministro del ramo, puesto allí justo para que procediese de inmediato a aumentar la producción, lo que hasta él mismo dijo haría en breve, sigue allí en su puesto y hasta de presidente de la OPEP como si las cosas fuesen viento en popa.

Y aquí nada camina. El país parece que estuviese bajo el estigma de aquella canción rock "La plaga", pues esta, la plaga, "es la reina del lugar". Todo es polilla, plaga y deshecho. Los canales de televisión, oficiales y privados dan lástima, porque hasta lo privado se ha llenado de moho y el talento, usualmente abundante en el país, parece que hubiese sido víctima de la plaga y además como que si la herrumbre nos hubiese comido las neuronas.

El presidente, tratando de dar explicaciones a lo que aquí pasa, dice después de "un meditar profundo", y quizás por eso mismo lo dice con un grito repotenciado, como uno acabándose de comer medio bistec, que todo esto de ahora es producto de la traición y ordena que busquemos bajo las piedras, en el baúl de la abuela, en aquel viejo pote de Avena Quaker que mi mamá tiene sobre la alacena de la cocina, bajo el fogón y hasta dentro de la letrina, eso sí, con sumo cuidado, "donde están los traidores", y lo dice, por algo siempre trata de encontrar toda respuesta en Cuba, al son de aquella vieja canción antillana, "¿Mamá de dónde son los cantantes?". Y de repente, todo confundido, comenzamos a buscar traidores hasta dentro de uno mismo como si de esa manera todo volverá a como estaba antes.

Cuando la traición estremece los espacios, se "mete como río en conuco", lo que suele ser poco a poco, a medida que sube el volumen de los ríos padres, pero eso si dando avisos, porque cuando estalla ya ha dado avisos y nadie puede pararla, siempre hay una razón honda, sustancial, hasta estructural, para decirlo como algunos pudieran esperar, ayudada por la desidia, la ineficiencia, ignorancia, indolencia y hasta la corrupción, eso hay que reclamárselo a quienes tienen las manijas, llaves en las manos o el control.

Antes de estar inventando traidores, desatar una cacería de brujas destinada a amedrentar a quienes, estando inconformes y hasta debilitados y dudando, critiquen, lo que no sería más que el normal resultado de lo que acontece, debería el presidente, para decirlo como el general Rojas Müller e Isaías Rodríguez, acabar con esa guarida de "Alacranes y víboras de cabeza triangular" que no arriman una para el mingo. O como solía decir Chávez, "vayamos a la raíz del asunto", a las causas profundas y erradicar de allí la semilla de la traición.



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

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