Volver a Chávez: ¡El Plan de la Patria define!

La palabra es la magia que derriba falacias, construye utopías. Es la creación más sublime de seres que durante siglos soñaron con su retorno al paraíso.

Un día, un hombre se atrevió a quebrantar la unanimidad de los silencios; con su vozarrón pronunció palabras elocuentes, también profanas. Invocó la revolución bolivariana, también el socialismo.

Fue una oralidad elocuente, cautivante, que propagó al infinito; millares la hicieron suya y juntos construyeron una realidad distinta. Los corazones desbordaron alegría, la sabiduría desplazó la ignominia; la esperanza retornaba para los desclasados después de siglos de indignidad. La Patria chica de Bolívar obraba otro milagro: la aventura de la Patria Grande cobró fuerza y sentido.

La oralidad de Chávez fue genuina, la pronunció sin temor y con contundencia. Frente al fin de la historia y de las ideologías alegó el nacionalismo revolucionario, bolivariano, anti neoliberal; en tiempos de unipolaridad y sus devastadores efectos, alegó la tesis de la multipolaridad y el multicentrismo. Retó a los pensadores y progresistas adormecidos por las modas "post" –postmarxismo, posestructuralismo-; sonámbulos ante la lógica del capital, les enseñó a invocar el antiimperialismo como fuerza inédita frente a los poderosos. Y ya no pudo contenerse.

El devenir de la praxis revolucionaria, sus afanes por la lectura y el estudio y sus andanzas por el mundo lo convencieron que no había tiempo que perder en diatribas estériles. Y en destello luminoso, frente a incautos y timoratos, propuso el SOCIALISMO como única opción para exterminar al CAPITALISMO, fuente de la desdicha humana. El tiempo de las revoluciones liberales burguesas afines a la lógica del capital que tanto cautivó y cautiva a sus compañeros y compañeras bolivarianas, cesaba.

En el III Encuentro Mundial de Solidaridad con la Revolución Bolivariana (Teresa Carreño, 13 de abril de 2005) Chávez precisó:

En una ocasión yo comenté que, bueno, habría, sí me parecía interesante, buscar una tercera vía entre el capitalismo y el socialismo, una tercera vía. Luego todo esto que me ha venido pasando, me ha convencido de que no hay alternativas. Sí hay muchas alternativas, porque yo lo veo de manera muy flexible y muy diversa. ¿No? Pero mirando así entre el capitalismo que pone en primer lugar el interés por el dinero, que siembra egoísmos, el capitalismo que coloca al hombre, al ser humano, a la mujer, al niño en último lugar, no le importa nada el ser humano, el capitalismo es Judas, el capitalismo es capaz de vender a su patria y a su propia madre por la ganancia económica. El capitalismo que explota, que masacra. Ya Juan Pablo II lo calificó de salvaje, el capitalismo, entre ese camino y el camino del socialismo que pone al ser humano en primer lugar, que pregona la igualdad social, la justicia social, que coloca en primer lugar, repito, los valores supremos del ser humano, y que pone en segundo lugar el capital, la ganancia económica, pues no hay duda, el camino es el socialismo. ¡VAMOS POR EL SOCIALISMO!

Y los demonios se desataron, el azufre invadió los espacios. Los miedos y las corazas afloraron de tal manera que en un instante se planificó la conjura: su oralidad debía acallarse cuanto antes. Chávez nunca imaginó lo venderían por treinta denarios.

El plan fue concebido con mesura, desatado con pericia. Comenzó con la deificación para alejarlo de los suyos mediante el uso desmedido de los motes comandante supremo y líder eterno; luego proliferaron las estatuas, forma concreta para despojarlo de su integridad humana. Los símbolos rojos rojitos desaparecieron, las visitas al cuartel emularon actos circenses. Con la oralidad fueron más mesurados, la prolijidad de las ideas de Chávez no era asunto sencillo, menos aún, porque se debatían en el planeta entero. Fue así que decidieron actuar como los historiadores oficiales entresacando y descontextualizando sus ideas para fines inconfesables.

La devastación de su propuesta socialista fue asunto medular y avanzaron. En diciembre 2013 aprobaron, vía exprés, la adulteración del Plan de la Patria, el que Chávez presentó ante el CNE en junio 2012. Hicieron trizas la ejemplarizante lección de autocrítica de Chávez en el último consejo de ministros, cuando cuestionó los desvaríos del poder popular-comunal. Y por si fuera poco, cual rebelión en la granja orwelliana, disociaron al pueblo con la luna llena con el único fin de quebrantar el compromiso político entre la masa y Chávez contraído después de su última alocución el 8D.

La irreverente oralidad de Chávez fue silenciada; la sustituyeron por la palabra insulsa y degradante. Pero la Historia es terca y siempre preserva legados. En los recovecos de las conciencias y en el corazón de millones habita su osadía, sólo basta una lumbre que incendie la pradera. ¿Cómo? ¿Con una junta suprema conservadora de los derechos de la burguesía? ¿Con una transición confusa y ambigua, sin fin ni destino? ¿O con el despertar insurgente y revolucionario de los chavistas de Chávez al mejor estilo de la madrugada del 4F?

El Plan de la Patria es la síntesis de la evolución político-ideológica de Chávez como Líder y Comandante de un proceso histórico inédito, la revolución bolivariana, esfuerzo colectivo trascendente desde el nacionalismo revolucionario anti neoliberal con visos de capitalismo "humanizado", al mejor estilo de Tony Blair, al socialismo bolivariano anticapitalista del siglo XXI. Es por ello y más que el Plan de la Patria define: SER CHAVISTA ES SER SOCIALISTA ANTICAPITALISTA COMO CHÁVEZ LO FUE. Lo demás sobra como herencia lejana de la nocturnidad de las conciencias…

 

elgaropa13@gmail.com



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